Capítulo 12: Un Deseo no Dicho

10 2 1
                                    

12

El día amaneció con un aire de tensión sutil, una atmósfera que Taehyung podía sentir profundamente en su piel mientras se preparaba para recibir a la familia de Jungkook. Sabía que su presencia sería el centro de atención, y eso le generaba una ansiedad que no podía controlar. La familia de Jungkook, especialmente su padre, era conocida por ser estricta y exigente, y Taehyung no podía evitar sentirse como si estuviera bajo un microscopio, cada uno de sus movimientos y palabras siendo evaluados.

El pequeño omega se vistió con una elegancia discreta, queriendo impresionar pero sin llamar demasiado la atención. Sabía que para los alfas, la imagen de un omega sumiso y perfecto era vital, y él haría todo lo posible por encajar en esa imagen, aunque su interior estuviera desgarrado por el miedo y la incertidumbre.

Cuando la familia llegó, la casa se llenó rápidamente con voces y risas, una imagen que podría haber sido reconfortante si no fuera por el peso que Taehyung sentía en su pecho. Jungkook, siempre el alfa imponente, fue el primero en recibir a sus padres, intercambiando saludos y comentarios formales antes de llevarlos al salón donde Taehyung esperaba nerviosamente.

Los ojos del padre de Jungkook se posaron en Taehyung casi de inmediato, evaluando al omega con una intensidad que hizo que Taehyung quisiera retroceder. Pero se quedó quieto, ofreciendo una inclinación respetuosa de su cabeza mientras sentía cómo la mirada del alfa mayor lo atravesaba.

—Vaya, hijo, realmente elegiste bien—, dijo el padre de Jungkook con una sonrisa aprobadora. —Este omega es... hermoso. Una buena elección para asegurar la línea familiar.—

Taehyung sintió cómo sus mejillas se calentaban bajo el peso de esos elogios, pero no de la manera que podría haber deseado. No se sentía halagado; más bien, se sentía expuesto, como si su valor estuviera siendo reducido únicamente a su apariencia física y su capacidad para cumplir con el papel que la sociedad esperaba de él.

—Gracias, padre—, respondió Jungkook, su tono lleno de orgullo. Tomó la mano de Taehyung, dándole un apretón suave, pero firme. Taehyung no pudo evitar temblar ligeramente al contacto, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

La madre de Jungkook se unió a la conversación, sus ojos brillando con una mezcla de afecto y expectativas.

—Oh, me encantaría ver a un pequeño alfa corriendo por esta casa—, dijo, su voz llena de dulzura. —Con la belleza de este omega, estoy segura de que sus cachorros serán adorables. Me gustaría que el primero fuera un alfa, como su padre.—

Esas palabras hicieron que un escalofrío recorriera la columna vertebral de Taehyung. La mención de cachorros, de formar una familia, era algo que lo asustaba profundamente. No se sentía preparado, no después de todo lo que había pasado, no con la incertidumbre que sentía en su corazón sobre su relación con Jungkook. Pero sabía que no podía expresar esas dudas. No ahora. No frente a la familia de su alfa.

—Sí, madre—, respondió Jungkook con una sonrisa tranquila. —De hecho, Taehyung y yo hemos estado hablando sobre formar una familia. Queremos asegurarnos de que todo esté listo antes de dar ese paso, pero sin duda es algo que planeamos hacer pronto.—

Las palabras de Jungkook cayeron sobre Taehyung como una pesada losa. ¿Planear una familia? Era la primera vez que Jungkook mencionaba algo así directamente, y el omega se sintió mareado por la revelación. No quería eso, no aún. No estaba listo para ser padre, para traer una vida al mundo bajo las condiciones en las que él mismo se encontraba. Pero, al mismo tiempo, sabía que no tenía voz en esa decisión. Jungkook había hablado, y lo que Jungkook decía, se cumplía.

Taehyung bajó la mirada, sintiéndose observado, juzgado, no solo por los padres de Jungkook, sino por la misma situación en la que se encontraba. Su mente era un torbellino de pensamientos y miedos, rezando internamente que, si llegaba a tener hijos, fueran todos alfas. Al menos de esa manera, estarían protegidos de la vida que él había tenido que soportar. No tendrían que sufrir lo que él había sufrido, ni sentirse tan desprotegidos como él se sentía en ese momento.

Fuego EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora