Capítulo 5: La Sombra del Amanecer

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¡Hola a todos! Les dejo los primeros 5 capítulos de esta historia y espero que les guste mucho. Su apoyo es fundamental, así que no olviden votar, comentar y compartir si disfrutan la trama. ¡Gracias por leer y espero que los atrape desde el principio!



05

El amanecer llegó lentamente, pintando el cielo con tonos suaves de rosa y azul mientras la luz del sol comenzaba a filtrarse por las gruesas cortinas de la habitación de Jungkook. La mansión estaba en silencio, sus antiguos pasillos resonaban solo con el suave susurro del viento que corría a través de los árboles del jardín. En la vasta cama, envuelto en las sábanas de seda, Taehyung yacía inmóvil, su cuerpo pequeño y frágil apenas visible entre los pliegues del tejido lujoso.

Había sido una noche inquieta para el omega. Las órdenes de Jungkook resonaban en su mente, repitiéndose como un mantra cruel que no podía ignorar. Desnudarse y dormir así había sido una instrucción que Taehyung había obedecido con un nudo en el estómago, su cuerpo temblando no solo por el frío, sino también por el temor y la vulnerabilidad que aquella situación le provocaba. Los suspiros de la noche habían sido su única compañía, mientras se acurrucaba en la cama, tratando de encontrar una sensación de seguridad en un lugar donde no existía.

Con las primeras luces del día, el cuerpo de Taehyung se movió ligeramente. Estaba en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia cuando sintió algo cálido y húmedo en su cuello. Parpadeó lentamente, su respiración se detuvo por un instante al darse cuenta de que no estaba solo. El roce de unos labios sobre su piel lo despertó por completo, un escalofrío recorrió su espalda cuando comprendió que era Jungkook quien estaba detrás de él.

El alfa había comenzado su mañana como un cazador paciente, acercándose sigilosamente a su presa adormilada. Su respiración era suave, pero había una intensidad en sus ojos que Taehyung no podía ver, una determinación que se manifestaba en cada uno de sus movimientos. Con una precisión que solo alguien como Jungkook podía tener, empezó a depositar pequeños besos a lo largo del cuello expuesto de Taehyung, recorriendo cada centímetro de piel con una reverencia oscura y silenciosa.

El omega tembló bajo ese contacto, sus ojos aún cerrados, pero su cuerpo reaccionando instintivamente al toque del alfa. Su corazón latía desbocado, y aunque su mente quería alejarse, su cuerpo no respondía. Estaba paralizado por la combinación de miedo y una extraña sensación que nunca antes había experimentado. Los labios de Jungkook viajaron desde su cuello hasta sus hombros, dejando una línea de calor donde antes solo había frío.

Cada beso que Jungkook dejaba en su piel parecía despojar a Taehyung de un poco más de su voluntad. Sabía que estaba atrapado, sin escape posible, pero había una parte de él que todavía luchaba, que se aferraba a la esperanza de que Jungkook se detendría, de que este alfa que lo mantenía bajo su control encontraría un rastro de humanidad en su interior.

Jungkook, ajeno a las súplicas silenciosas del omega, se permitió disfrutar del poder que tenía sobre él. Su mano, grande y fuerte, se deslizó lentamente desde la cintura de Taehyung hacia su cadera, sintiendo la suave piel bajo sus dedos. Con un movimiento firme, lo atrajo hacia él, pegando sus cuerpos hasta que no hubo espacio entre ambos. El contacto directo con el cuerpo desnudo de Taehyung hizo que el alfa soltara un suspiro bajo, casi un gruñido, mientras sus labios volvían a posarse sobre la delicada piel del omega.

Taehyung, sintiendo la presión creciente de Jungkook, no pudo evitar sollozar. Las lágrimas que había contenido durante tanto tiempo comenzaron a escapar de sus ojos, deslizándose silenciosamente por sus mejillas. No quería que esto continuara, no de esta manera. Sabía que Jungkook tenía el poder de destruirlo, de romper cada parte de su ser, pero había algo en lo profundo de su corazón que se negaba a ceder por completo. Con un temblor incontrolable, sus manos se movieron lentamente hacia las de Jungkook, intentando detenerlo.

Los dedos de Taehyung, frágiles y fríos, se cerraron alrededor de las muñecas de Jungkook, como si esa acción pudiera realmente frenarlo. El alfa sintió la resistencia y, sorprendido, detuvo su avance. Su mirada se endureció por un instante, su instinto primario gritándole que siguiera, que reclamara lo que era suyo. Pero había algo en la forma en que Taehyung lo miraba, algo en esos ojos llenos de lágrimas y miedo, que lo hizo detenerse.

El silencio que siguió fue pesado, cargado de emociones que ninguno de los dos se atrevía a expresar en voz alta. Jungkook, por un momento, se quedó inmóvil, sus manos aún sobre la cadera de Taehyung, mientras su mente luchaba contra los deseos oscuros que lo empujaban a continuar. Pero había una línea, una frágil línea que él sabía que no debía cruzar, no así, no en este momento.

Con un esfuerzo que parecía casi antinatural para alguien como él, Jungkook finalmente soltó a Taehyung. Retrocedió un poco, apartando sus manos del pequeño cuerpo del omega. Su respiración era pesada, y su cuerpo aún estaba tenso, pero su mirada se suavizó ligeramente cuando vio cómo Taehyung se cubría rápidamente con las sábanas, su pequeño cuerpo encogido en una posición de protección.

El alfa observó en silencio, su mente un torbellino de pensamientos contradictorios. Quería reclamarlo, marcarlo como suyo de una manera que el omega nunca pudiera olvidar, pero algo lo detenía, algo que no había sentido antes. Era como si una parte de él, una parte que había mantenido enterrada, emergiera lentamente, diciéndole que había algo más que poder y dominio en esa relación.

Taehyung, por su parte, se sentía destrozado. Su cuerpo temblaba incontrolablemente bajo las sábanas mientras intentaba protegerse de lo que creía inevitable. Había esperado lo peor, había temido lo peor, pero la pausa de Jungkook lo dejó confundido, como si no supiera cómo procesar el hecho de que, por una vez, el alfa no había seguido adelante.

Los minutos pasaron en un tenso silencio. Jungkook finalmente se levantó de la cama, su cuerpo emanando una energía contenida que parecía a punto de explotar. Caminó hacia la ventana, apartando las cortinas para dejar entrar la luz del día en la habitación. El brillo del sol parecía un contraste cruel con la oscuridad emocional que ambos sentían.

—No te preocupes—, dijo Jungkook finalmente, su voz baja y controlada, aunque había un matiz de algo más profundo, algo que ni él mismo comprendía del todo. —No haré nada que no quieras.—

Taehyung, aún envuelto en las sábanas, lo miró con ojos llenos de confusión y desconfianza. No sabía si creerle, no sabía si esas palabras eran una promesa o simplemente una tregua temporal. Pero en ese momento, no tenía la fuerza para cuestionarlo. Solo quería que el dolor y el miedo desaparecieran, aunque fuera por un breve instante.

Jungkook continuó mirando por la ventana, su espalda rígida, su mente trabajando en silencio. Sabía que había algo más profundo en juego, algo que aún no estaba listo para enfrentar. Y mientras el sol continuaba ascendiendo en el cielo, bañando la habitación con su cálida luz, ambos se quedaron en sus respectivos lugares, atrapados en un silencio que decía más de lo que cualquiera de los dos podría expresar en palabras.

El futuro era incierto, pero en ese momento, ambos sabían que el camino que tenían delante no sería fácil. Jungkook tendría que luchar contra sus propios demonios, mientras Taehyung enfrentaba el miedo de estar bajo el control de un alfa que tenía el poder de destruirlo o salvarlo. Pero por ahora, en ese preciso instante, solo había silencio, un respiro momentáneo en medio de la tormenta que ambos sabían que aún estaba por venir.

Fuego EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora