Omega destinado no correspondido

Cap 26

Llegaron a casa después de dos horas bastante largas.

Kinn ayudaba a Porschay a caminar mientras Porsche cargaba a la hermosa bebé.

-Duerme todo lo que quieras. Nos haremos cargo de ella hasta que te sientas listo- dijo Kinn acostandolo en el sofá antes de ponerle una manta.

Porschay asintió y en menos de 10 minutos ya estaba durmiendo plácidamente.

-Es hermosa- dijo Porsche sin poder despegar la mirada de él bebé.

-Muero por verla abrir los ojos- Ambos tenían demasiadas ganas de ver sus hermosos ojos pues todo ese tiempo jamás los había abierto.

-¿Podemos ir a comprarle ropa?- Porsche al fin dejó me mirarla para ahora mirar a su amado.

-Mi amor. Ya tiene demasiada ropa y en un mes regresamos a casa- Porsche comprendió de inmediato y solo asintió. Sus ojos volvieron a dirigirse a su sobrina. La habían vestido con un pequeño gorro rosa claro y un mameluco en juego con el gorro. Sin dejar atrás los pequeños guantes para no rasguñarse y la cobija que la envolvía.

-Vayamos a dormir un poco más- dijo Kinn y ambos se dirigieron a su habitación.

Porsche acostó a la pequeña a su lado y en el otro su esposo quien con su largo brazo los abrazo y así durmieron cálidamente. No fue hasta las 7 am que la bebé comenzó a llorar y Porsche se levantó a arrullarla, cambiarle el pañal y alimentarla con mamila pues no quería molestar a Porschay.

Tardó al menos una hora en dormirla para después el hacer lo mismo, por suerte la bebé ya no despertó hasta las 10 am donde ya estaban despiertos.

Porsche la cargó en brazos para luego colocarla en su mecedora color rosa junto a la cocina pues estaba preparando el desayuno.

-A comer- dijo como normalmente lo hacía.

Kinn y Porschay llegaron a la cocina solo que este último cojeaba un poco.

Los tres tomaron asiento pero nadie habló.

-Es bonita- se atrevió a decir Porschay mirando a su pequeña.

Kinn y porsche se miraron sin saber qué decir. No esperaban que Porschay dijera eso.

-Lo es- dijo Porsche sonriendo.

Ninguno volvió a hablar durante el desayuno. Fue hasta que Porsche levantó los platos.

-Porschay, cuando volvamos puedes ir a vivir con nosotros todo el tiempo que quieras. Queremos lo mejor para ti, podemos pedir un descanso en la escuela- Porsche no quería que Porschay tuviera depresión o pensamientos suicidas.

-No. Quiero seguir estudiando y para menos sospechas me quedaré en la casa- Porsche asintió mientras recogía el último plato para después dirigirse a la cocina.

Todo ese mes fue igual. Un desayuno tranquilo sin hablar mucho. Porschay durmiendo todo el día. Kinn y Porsche Cuidando de la pequeña y de vez en cuando saliendo de compras.

Después de un largo camino hacía el aeropuerto al fin llegaron. Eran las 4 am y no habían dormido nada solo la pequeña que Porsche traía en brazos.

Todo ese tiempo Porschay jamás la cargó. Temía tirarla o lastimarla y profundamente Temía odiarla al pensar que podría arruinar su vida.

Entraron al avión directo a Tailandia. Se sentían nerviosos de regresar a casa pues el señor Korn había preparado una fiesta para celebrar el nacimiento de la pequeña "de Kinn y Porsche".

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Un mes antes.

Kim bajaba del avión sin ganas. Podría jurar que caminaba cómo un zombie.

No sabía si el arrastraba la maleta o está a el. Tomó un taxi el cual lo dirigió a la casa de su padre.

Al llegar, los guardaespaldas no dudaron en saludarlo y darle el paso.

《 El joven Kim se ve extraño, cómo si no hubiera dormido en años. Además ¿Por qué regresó? ¿A caso no había dicho que haría una familia en Francia? 》pensó Pete en cuánto lo vio.

Kim no tenía cara de ignorante sino deprimente.

-Muy pronto- dijo Korn quien estaba en la sala tomando una taza de té.

-No es mío- sin esperar nada más, se dirigió a su habitación azotando la puerta. Esta última acción ya era costumbre para todos.

Dejó las maletas en la entrada y se acostó, hasta que notó que el olor de su Omega no estaba por ninguna parte. Esperaba por lo menos sentirse tranquilo por su olor pero no estaba.

Se perdió en sus pensamientos hasta que se quedó durmiendo. Así fue todo ese mes menos el día que su padre le dijo que sería tío. Desde temprano tuvo que ir a la plaza para comprar cosas para celebrar el nacimiento.

Y así fue. Hicieron los preparativos y solo quedaba esperar a su hermano aunque siendo sincero Esperaba ver más a su omega. Sabía que este lo odiaría pero no le importaba mientras pudiera tener un poco de el. Lo único que tendría sería despreció pero al menos su olor reconfortante.