Cap 31

256 30 1
                                    

Porschay fue despertado debido a el llanto de la pequeña.

-Mmhm- se quejó un poco removiendose en la cama.

Miró a la pequeña llorar y comenzó a darle leves golpes en la espalda intentando consolarla. Segundos después entro Porsche sin siquiera tocar.

-Yo la cuido. Sigue durmiendo- Porschay asintió y espero a que Porsche cargase a la pequeña para poder darse la vuelta y seguir durmiendo.

Porsche salió de la habitación con Emmily en brazos.

-Dios. ¿Quién de tus padres será tan berrinchudo o lo sacaste del tío Thankhun?- preguntó mirando a la pequeña quien seguía llorando.

Porsche se dirigió a la cocina para preparar el biberón.

Hizo el biberón y se dirigió a su habitación dónde se encontraba su esposo durmiendo plácidamente.

Se acostó a un lado y junto a el la bebé la cual tomaba del biberón desesperadamente.

Porsche no se dio cuenta en qué momento se quedó perdidamente dormido.

Tres horas más tarde...

Porschay despertó una vez más, salió de su habitación y se dirigió al baño. En el camino nunca encontró a nadie, suponía que estaban durmiendo.

La noche anterior no había cenado nada debido al cansancio así que en esos momentos moría de hambre pero no quería despertar a Porsche. Se dirigió a su habitación y cambió su pijama por una ropa casual para después dirigirse a la sala y tomar las llaves. Salió de casa en dirección a un pequeño puesto de comida que se encontraba cerca.

-Dumplings por favor- sonrió después de hablar.

-Claro- el Omega que lo atendía le regresó la sonrisa.

Mientras esperaba sacó el celular para contestar uno que otro mensaje.

<< Iré maña... >> Paró de escribir al sentir aquel olor cerca.

Alzó la vista pero no vio a la persona que esperaba, solo habían muchas llendo de un lado a otro y su vista volvió al celular.

-Aqui tiene- una voz masculina lo sacó de su nube. Era el chico que lo atendió.

-Ah, si, gracias- sonrió antes de sacar dinero y pagar.

Tomó la bolsa que contenía su pedido y empezó a caminar.

Avanzó dos calles más y ahí lo vio. Kim estaba besando a un chica. Lo hacía de la misma manera que cómo lo hizo con Porschay ese día e incluso Porschay podía ver cómo introducía su lengua con la misma desesperación.

El cuerpo de Porschay se congeló y sintió una punzacion en el pecho. Le era imposible despegar los ojos de aquella escena aunque le doliera.

El aroma de Kim olía más fuerte de lo normal y Porschay notó que se trataba de su celo.

De pronto Kim dejó de besarla para mirar hacía Porschay y una vez más sus ojos se encontraron. Porschay se congeló más de lo que ya estaba e incluso ya no respiraba.

Kim quitó las manos del cuerpo de la chica y dirigió su cuerpo hacia Porschay para empezar a caminar hacía el pero este no se quedó ahí esperando, sino comenzó a correr en dirección a la casa de Kinn. No podía verlo pero sabía que Kim lo seguía.

Llegó a la casa e intento sacar las llaves con desesperación.

-Ey. Porschay- Atrás de el llegó Kim acelerado. Porschay no tuvo de otra más que girar para verlo.

-¿Si?- preguntó con seriedad.

-Yo... Ella... Nosotros- titubeó.

Porschay negó rápidamente.

-No quiero ni necesito una explicación. Siento interrumpir el momento- hizo una reverencia.

-Aun así lo siento- Porschay asintió.

-Esta bien... ¿Ya te vas?- preguntó casi corriendolo.

-Ah, si. Podrías ammm... ¿Darme tu número? Ya sabes. Para cualquier emergencia- volvió a titubear.

-No lo veo necesario- negó Porschay.

-Pero yo si- Kim le arrebato el celular de las manos a Porschay y copió su número.

Se lo regresó y sin decir nada más se fue. Porschay se quedó unos segundos aturdido y después entro a casa.

Dejo la comida en la mesa junto a las llaves y antes de poder hacer otra cosa su celular vibró.

<< Olías bien. >> Porschay ni siquiera abrió el mensaje.

<< ¿Crees que te dirigiré la palabra después de lo sucedido? >> Pensó.

Omega destinado no correspondido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora