6 Te amo

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Colin regresó a casa abatido, no lo podría creer, su amor por Pen era intenso, más allá de sus fuerzas, más allá de su razón. Pero ella se había ido. Era muy difícil saber a dónde. No tuvo más remedio que tirarse en su cama, sin esperanzas, quería dormir, no despertar. Cerró los ojos, con la esperanza que en sus sueños apareciera Penelope y que le dijera en donde estaba. Sin embargo, no pudo dormir, la angustia en su pecho no se lo permitía, sentía que se ahogaba que le faltaba al aire. Quiso escribir en su diario, no pudo concentrarse. ¡Esto es terrible! Necesito saber donde estás, se dijo. Comenzó a llorar, de repente ya estaba en el suelo, en posición fetal, llorando como un recién nacido. 

-¡Colin! ¿Estás bien?- le dijo Eloise con gran preocupación. 

-No, estoy fatal hermana. Se la llevaron y no se a donde. 

-Los empleados dijeron a América. 

-Eloise, América es muy grande, gran parte desconocida, ni siquiera yo se muy bien como es; y la verdad no creo que sea un lugar muy hóspito para vivir. 

-Tranquilo Colin. Yo sé que encontraremos una solución. Tienes que hablar con Anthony, él sabe mucho de amor y te ayudará a solucionar esto. 

-Ni siquiera Anthony puede ayudarme, conozco más de sociedades que él, que tú, que todo. ¡Mierda! Estoy perdido. 

Continuó llorando, Eloise en verdad no sabía que hacer. Se quedó a su lado, en silencio. 

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Las horas pasaron, Colin se había quedado dormido en el suelo. Eloise tomó una manta y se la colocó encima, salió de la habitación de su hermano y fue a la de ella. Pensó en ir con su madre, pero en verdad quería que Colin se desahogara, así que prefirió entrar en su habitación y recostarse en su cama. De repente, escuchó un "El", casi como en un susurro. 

Salió de detrás de un espejo de pie. 

-¡Pen!- corrió enseguida a abrazarla. 

-¡No grites por favor! Nadie sabe que estoy en Mayfair, y mucho menos en tu casa. 

-Pero... ¿Cómo llegaste hasta aquí?

-Necesito hablar con Colin, ¿puedes traerlo a tu habitación?

-No, mejor te llevo a la de él. 

-Pero no quiero que me vean, ya fue bastante difícil entrar aquí. 

-No te preocupes, nadie te verá. Solo tienes que andar silenciosamente. 

La abrazó de nuevo, luego la tomó de la mano, estaba bastante fría. La introdujo en la habitación de Colin, el yacía en el suelo, dormido pero sollozando. Penelope se arrodilló y acarició su rostro con amor. Poco a poco fue abriendo los ojos. 

-¡Peeeen!- se restregó los ojos -¡Estoy soñando!

-No Colin, soy yo. 

-Pero... pensé que te habías ido en el barco. 

-No, esa era la idea de mi madre. Pero pude escaparme. Para algo ha servido el dinero que me ha dejado Lady Whistledown, porque pude pagarle a alguien que me ayudó a bajar del barco antes de que zarpara. ¡Fue terrible, Colin! Mi madre no quiso escucharme, dice que soy un capricho tuyo, que tú nunca te casarías conmigo, que soy tan poca cosa, que si no me casaba con Lord Debling, me llevaría a América. No me escuchó Colin, me dijo que tantas cosas que en verdad me destrozó el corazón. Quizá ella tenga razón, quizás no me amas, sólo estás impresionado por lo que he sido capaz de hacer, pero yo te amo Colin, eso es real.

-No sigas, por favor. Te amo más que a mi vida, Pen. Fue terrible para mí pensar que ya te habías ido, que jamás te volvería a ver. 

Y sin pensarlo más, ahí en el suelo frío de su habitación, le dio un beso y luego la abrazó, colocándola sobre sus piernas, le acarició el cabello y las mejillas sin apartar los labios de los suyos. 

-Espera ¡Colin! Tengo que decirte algo. Bueno, a los dos. 

Colin miró hacía arriba, Eloise estaba en la habitación, con lágrimas en los ojos. 

-No estoy del todo salvada, en cuanto mi madre se entere de que estoy aquí, vendrá y me llevará a la fuerza, tal vez ya no a América, pero si con Lord Debling, la conozco, ella no dejará que me quede contigo Colin.

-Pues así tenga que batirme en duelo con ese tal "Debling", tú estarás conmigo. Si es posible, nos fugamos. 

-¡No Colin! Eso sería más que terrible. Deben hacer las cosas bien.- dijo Eloise cruzando los brazos como pensando. 

Los dos se levantaron del suelo, se sentaron en la orilla de la cama. Eloise acercó una silla para estar frente a ello. 

-Tenemos que planear bien que va a pasar. 

-¡Nos vamos a casar!- dijo Colin rápidamente. 

-¡No!, bueno ¡Sí!, pero tienes que hacer todo el protocolo delante de la sociedad. 

Se quedaron en silencio un pequeño rato, de repente Eloise saltó de su asiento, con una gran sonrisa.

-¡Tengo un plan! 


Después del baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora