15 Te protegeré

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Penelope llevaba tres días en un profundo sueño, el médico mención que fue por la conmoción sufrida que no lograba despertar. Colin no se apartaba de su lado. Y para no dejarlos "solos" , Eloise, Violet, Kate, Franscesca, Portia o alguna doncella se quedaba a acompañarlos.
Colin todos los días le hablaba, como si estuviera platicando con ella. Pero por más que se conmovía con sus palabras, Penelope parecía estar más cerca de la muerte que de él. El médico le había dicho a Colin y a toda su familia que no podía hacer más por ella, que solamente un "milagro" la podría sacar de ese letargo.

Colin no fue a la habitación de Penelope durante la noche, esta vez dejó que su madre Portia, se quedara con ella. Y durante el transcurso del día tampoco fue a visitarla. Después de tomar el té con su familia, la cual se mantenía en un constante silencio, decidió volver a la habitación en donde se encontraba su amada. Le solicitó a Portia que los dejaran solos, ella que se encontraba muy cansada, le dio el permiso, con lágrimas en sus ojos.

-Pen- se acercó cuidadosamente a su rostro. -Han pasado más de tres días, no has abierto los ojos y estoy desesperado, siento que no quieres luchar por nosotros, después de todo lo que hemos pasado. Sea lo que sea que te haya pasado en ese lugar, lo entenderé y créeme que no habrá poder en esta tierra ni en la siguiente que me impida estar lejos de tí. Esta vez, te protegeré y nada ni nadie te hará daño. Pero por favor Pen, despierta. ¡Te amo! Sin tí mi vida no tiene sentido...- se arrodilló y comenzó a llorar en su regazo.
-Colin- dijo la voz temblorosa de Penelope.
-¡Dios mío! Pen, amor mío. - la abrazó fuertemente. Luego el abrazo fue tierno y cálido y se quedó así por varios segundos.
-Amor, por fin despiertas. Estaba muy asustado.
-Esos hombres me hicieron daño.
Colin se congeló.
-¡No hablemos de eso ahora! Voy a avisarle a tu madre y a mi familia que has despertado.
-No Colin. Por favor, déjame hablar contigo ahora. Después no habrá espacio para hacerlo.
-Esta bien, pero si en algún momento te sientes incómoda, no tienes porque seguir hablando. Te vuelvo a repetir, lo que haya sucedido no me importa y nada de lo que pasó, amor, absolutamente nada es tu culpa.

Penelope asintió, las palabras de Colin le dieron más valor. Y aunque tenía muchas ganas de llorar, necesitaba soportar para acabar con el dolor que emergía de su corazón.

-Colin, uno de ellos quiso tocarme, me desgarró la ropa, me apretó los brazos y quiso besarme.... Fue terrible... pero no sé que paso, el otro hombre no se lo permitió, le dijo que las órdenes de Cressida eran mantenerme quieta y callada. Ellos comenzaron a discutir y quise huir por una ventana abierta, el que me había desgarrado la ropa me jaloneó y me pegó contra la pared,  comenzó a subirme las faldas y a tocarme la pierna, me llamaba zorra y decía que me iba a hacer sentir lo que era ser mujer. Quiso introducir los dedos en mí, pero Colin, luché, luché con todas mis fuerzas, le arañé el rostro, le golpeé sus partes y de repente me dió un golpe en la cabeza. ¡Colin! ¡No se si ese hombre me hizo algo más!- ya no pudo resistir y comenzó a llorar.

Colin ardía en furia, pero no podía decírselo, la abrazó y la consoló hasta que ella se fue tranquilizando.

-¡No te preocupes amor mío! En cuanto tenga oportunidad, borraré con mis besos todo el daño que él te haya hecho. Pero, ahora, tengo que ir por nuestros seres amados, que ninguno de nosotros se ha despegado de aquí. ¡Solo recuerda algo! ¡TE AMO! Eso es lo único que debe importar. ¿De acuerdo?
-Sí, Colin. ¡Gracias!

Se dieron un tierno beso en los labios y Colin salió de la habitación.
Llamó a Portia, a su madre, a todas las mujeres Bridgerton, que al enterarse de que Penelope había despertado corrieron a la habitación.
Colin se tropezó con Benedict.
-¿Qué te pasa hermano? Deberías estar feliz y te veo con una cara de enojo que...
-¿Dónde está Anthony?- lo interrumpió.
-En su oficina. Pero Colin...

Después del baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora