20 Revelación

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Ha llegado la noche, Penélope ha estado ansiosa todo el día, no sabía que ponerse para el baile, pero Colin ya había preparado todo. Su vestido fue enviado por Madame Delacrouix y llegó justo después de que habían terminado el desayuno. Lo más interesante es que hacia juego con el traje de Colin. Ambos de un color azul eléctrico, vestido de lentejuelas, que desde que lo vio se dio cuenta de que era hermoso, haciendo juego con el chaleco de Colin, de la misma tela.

-¿Lista, amor?- le dijo Colin dándole un dulce beso en sus labios.
-Si. Ya Rae terminó de ayudar. Solo que siento ligeramente apretada la parte de arriba de mi vestido.
Colin la observa detenidamente. Sus senos se estaban haciendo más grandes. Se lamió los labios con deseo.

-¡Bolígrafo! ¡Tus senos se ven más grandes! ¡Más...!
-¡Colín! ¡Por favor, no empieces!
-Siempre me han gustado tus senos, debe ser el embarazo lo que está provocando ese crecimiento, pero no me desalienta, al contrario crece mi hambre por ti.

Ambos se miraron y se rieron. Fue un buen momento. Le permitió a Penélope sentirse un poco más ligera. Después de todo, esta noche sería inolvidable.

Llegaron al baile, Colin la ayudó a bajar del carruaje y se colocaron las máscaras.

-¡Vamos mi sirena! ¡Esta es nuestra noche!
-¡Vamos mi príncipe! ¡Promete que no me dejarás sola!
-¡Por mi sirena, lo juro!

Entraron, el salón lucía hermoso, Penélope sabía que su cuñada Kate tenía muy buen justo, pero que con el apoyo de Lady Violet había hecho un asunto espectacular. Todos tenían máscaras, hasta los sirvientes. Eso fue algo que a Penélope la puso nerviosa. Su nueva familia había pensado en todo.

-¡Su majestad, La Reina!- mencionó el lacayo.

La Reina entró luciendo majestuosa, con su aire de superioridad inundó el lugar.

-¡Gracias por la invitación, Sr. Bridgerton- dijo, dirigiéndose a Colin.

-¡Un placer! Me gustaría que antes de irse del baile, pudiera tener una audiencia con usted, he preparado una sala para hacerlo.
-No he venido con la intención de escuchar peticiones. No esta noche, señor Bridgerton.
-Le conviene su majestad. Se trata... mmm... de Lady Whistledown.
-¡Entonces porque esperar!
-Todo a su tiempo. Yo le avisaré con su lacayo.

Colin se retiró, tomó de la mano de Penelope y la llevó a la pista de baile. La Reina se había quedado intrigada, pero tomó su asiento y espero impacientemente. Sabía que podía exigirle a Colin que le dijera en ese momento lo que sabía, pero prefirió darle más emoción al momento. Mientras tanto, Colin y Penelope se desplazaban por la pista de baile, hasta que terminando la tercera danza, Colin se retiró ligeramente la máscara, haciendo lo mismo con Penelope y le dio un dulce beso en los labios, la cual se quedó sorprendida, esas muestras de cariño no se podían hacer delante de la sociedad, no era moralmente correcto; pero a Colin no le importó.

-Es hora cariño. Hemos de enfrentarnos a nuestro destino- le susurró a Penelope.

Se tomaron de las manos y se dirigieron a la sala que Colin tenía preparada.

-Es hora su majestad.- le dijo el lacayo a la Reina.

Ella se dirigió hasta la sala, la esperaba solo Colin y Penelope, pero afuera se quedaron Anthony y Benedict. Al entrar su majestad, los enamorados se retiraron sus máscaras.

-¡Su majestad! Le pido su favor para dejarme hablar. Pero antes de emitir un juicio ante esta verdad que he de contarle, le pido que me deje terminar. - dijo Penelope dando un paso adelante.
-¡Concedido belleza!

Es así que comenzó el discurso de Penelope:

"Hace años, cuando cumplí 17, comencé a escribir un panfleto, no lo hice para atacar a la sociedad, es sólo que quería tener una voz, algo que me conectara con lo que soy y con lo que pretendo ser. Alguien me ayudó a publicar y conforme se fueron vendiendo mis panfletos, empecé a ser vista por la Ton, algo que nunca me imaginé, porque cada vez que iba a un baile después de haber debutado, era pegarme a la pared, donde fui humillada, muchas veces burlada. Solo Colin, pudo ver quien era, pero los demás no. Ni siquiera usted, que siempre está atenta de sus súbditos. Sin embargo, cuando usted comenzó a interesarse por mí, me sentí halagada, y me puse a jugar, no por maldad, sino porque me pareció entretenido, tener a alguien que fuera capaz de retarme. Así es su majestad. Yo soy... LADY WHISTLEDOW. Sé que debe odiarme, pero créame, nunca he querido menospreciarla, al contrario, la admiro. Y mi único deseo, es vivir mi vida con mi esposo, aunque no vuelva a tener la dicha de continuar escribiendo, no deseo en verdad su benevolencia, pero apelo a su razón y a las muchas temporadas en que pude entretenerla".

Imperó un silencio sepulcral en la habitación. La Reina miraba a Penelope de arriba a abajo. Pensaba, pensaba, pero por mas que Colin y Penelope querían entrar en esos pensamientos, no podían imaginar ni remotamente lo que sucedería.

-Tengo una invitación de Cressida Cowper desde su celda. Quiere una audiencia. Sin embargo, la veré en el juicio. ¿Lo que ella tiene que decirme es con respecto a lo que acabas de informarme?
-¡Sí! También recibimos una nota de ella. ¡Sólo quiere atemorizarnos!- dijo Colin un poco angustiado.
-Comprendo.

SILENCIO

-He de tomar una decisión con respecto a esto. Los veo en el juicio.

Y dicho esto, la Reina salió de la habitación y abandonó la fiesta. Faltaba solo un día para el juicio y el miedo comenzó a inundar la vida de los enamorados.

Después del baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora