18-El fin de una amistad

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El primer golpe fue por parte de Tn, un puñetazo directo al rostro haciendo que Kemich retrocediera. Pero solamente lo hizo durante unos segundos antes de contraatacar con todo y propinando un fuerte golpe en el pecho a su amigo. Ambos intercambiaban golpes, las patadas eran detenidas usando los brazos como escudo o retrocediendo lo justo para evitar ser golpeado. El suelo era resbaladizo y costaba mantenerse en pie en ocasiones, por eso las patadas fueron a menos para evitar caer al suelo y ser derrotado.

—Encantado soy Tn—dijo la voz en la cabeza del chico—¿y tú eres? —preguntó—mi nombre es Kemich, encantado—Tn aún tenía grabado a fuego ese momento.

—Creo que nos vamos a llevar muy bien—ahora resonaba en la cabeza de Kemich.

Ahora esa amistad estaba completamente rota, resquebrajada y sin posibilidad de retorno, ambos peleaban por los ideales o ya ni eso. Era un ajuste de cuentas, quizás en el fondo siempre fueron enemigos, pero se necesitaban el uno al otro, ahora, era el final. Solamente podía quedar uno con vida.

Tn le dio en el pecho antes de darle otro puñetazo en el rostro que lo tumbó al suelo. Las gotas de sangre de Kemich mancharon el suelo antes de ser borrado por la lluvia. Éste se puso en pie enseguida, no se iba a rendir y se limpió la sangre del labio con la manga.

—Luchas al lado de los normies...has caído muy bajo Tn...—dijo mientras recobraba el aliento—ellos te traicionarán...te odian...nos odian...sienten envidia por ser bendecidos con un don que ellos jamás tendrán.

—La paz solamente se consigue mediante la empatía y entendimiento, no espero que logres entenderlo. Te has encerrado en tu burbuja de odio...

—Una burbuja que representa un mundo mejor

—Lo siento, pero yo escapé de esa burbuja de muerte y sangre hace mucho tiempo.

Y fue en ese momento donde ambos sacaron todas las fuerzas que tenían para golpearse el uno al otro, ya ni siquiera intentaban defenderse, era ver quien caía primero al suelo derrotado. La sangre salpicaba el suelo mientras las heridas físicas y emocionales salían a la luz. Tn sentía mucho dolor, pero nada en comparación con pelear con su mejor amigo.

—Los normies son nuestros enemigos—golpe de Kemich.

—Los normies son nuestros amigos—golpe de Tn—y nos necesitamos mutuamente—otro impacto.

Kemich le dio un cabezazo a Tn que lo hizo retroceder unos pasos antes de ser golpeado de nuevo en el rostro. Pero aún así se mantuvo en pie pudiendo empujar a éste para recobrar el aliento.

—Sé qué rompí tu corazón Kemich...lo siento...—dijo respirando agotado.

—Poco importa ese estúpido pasado y momento de debilidad...miro a un futuro en el cual me necesitan. Y el amor no entra en mis planes...solo...dar a los marginados un mundo mejor.

—Todo a costa de las vidas de los normies...lo siento pero...no puedo dejarte ganar—dijo quitándose la camisa manchada de sangre.

—Lo sé...y voy a tener que matarte...pero en está ocasión no podrás revivir...—él hizo lo mismo.

La batalla volvió a producirse, los nudillos ya dolían y los brazos empezaban a cansarse mientras los ojos también dolían un poco. Entre la oscuridad, la lluvia y el dolor, apenas podían ver allí arriba.

Tn logró de suerte golpear el pómulo de Kemich antes de recibir un puñetazo en su pecho que los hizo caer. Ahora sentían el frío del suelo unido a la lluvia, aunque en parte se sentía bien para los dolores que presentaban su cuerpo.

—¿Y si mejor te rindes? —preguntó Tn desde su posición.

—¿Acaso nunca dejas de hacerte el gracioso? —preguntó Kemich.

—Nah, me gusta ser así—respondió mientras observaba el agua caer sobre él.

Allí en la cima de la academia escuchaban los gritos, explosiones y disparos, todo era un horror. La guerra estaba allí y Tn respiraba para recuperar fuerzas.

—¿Te suena el nombre de Martín Smyth? —preguntó de golpe Kemich.

—Si, el idiota ese...es muy fuerte y es un asesino de cuidado—contestó Tn.

—Él ha llegado hace poco...—Tn abrió los ojos—aunque logres matarme...él terminará lo empezado.

—¿Lo habéis soltado? —preguntó enojado tratando de levantarse.

—Si, lo han soltado...por la causa—contestó entrecortado.

Tn se puso de pie a duras penas y vio a su amigo tumbado. Al parecer los golpes que le había dado eran más fuertes. Kemich se sentía incapaz de ponerse en pie, estaba agotado y le dolía todo el cuerpo. Al mirar a su amigo, comprendió que era su final.

—Siempre aguantaste mejor los golpes que yo...casi te gano—dijo el chico con el rostro lleno de heridas y sangre.

—Tú tampoco lo haces tan mal—Tn se mantenía en pie como podía.

—Adelante...acaba conmigo...estoy...cansado—su respiración era lenta.

El chico sacó una pistola del bolsillo.

—Tenías un arma y no la has usado...¿por qué? —preguntó Kemich—¿por qué?, ¿acaso eres tan débil?.

—Honor—respondió Tn—tú no usaste ninguna la otra vez cuando tus compañeros me mataron. Y podías haberlo hecho.

—Poco importa ya...adelante...aprieta el gatillo...¡vamos! —exigía.

En la mente del chico pasaron mil recuerdos, y todos con él, se sentía responsable de lo sucedido. En parte, que los pensamientos de Kemich fueran así eran responsabilidad suya.

—¡Hazlo! —escuchaba mientras sus ojos veían a su amigo llorar entre tanta sangre a la par que pedía ser asesinado.

—Dime algo...si te perdono la vida...¿cambiarás?

—¡Claro que no! —rugía éste—¿acaso sientes piedad de mí? —aunque su voz mostraba enojo...su gesto decía otra cosa.

—Supongo que debo terminar contigo...¿últimas palabras?.

Kemich tomó aire, miró al cielo mientras rompía a llorar. Finalmente, miró a Tn quien quitó el seguro del arma.

—Adiós...amigo...—fue todo lo que pudo decir.

—Adiós—susurró Tn antes de apretar el gatillo.

En la parte de abajo, Enid y Miércoles se habían deshecho de unos pocos más que se colaban y la loba estaba eufórica. Se sentía con muchas fuerzas cuando escucharon un ruido cercano. Un hombre entró relajado, esquivando a Bianca antes de golpearla.

—Es Martín Smyth—comentó Miércoles sorprendida—Enid...será mejor que te prepares...esto va a ser muy difícil.

La pelinegra no salía de su asombro, pero no podía quedarse allí parada. Tenía que evitar una masacre, y necesitaría la ayuda de su roomie.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.

Enamorada del hermano de Miércoles (Enid x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora