luego serán ustedes...

18 3 0
                                    

JUNGKOOK

Desperté sobresaltado, un fuerte dolor pulsando en mi sien. Mis ojos se abrieron lentamente, encontrándome con la figura de Alma, de pie a un lado de la cama, una almohada en la mano. Su mirada era intensa, casi hipnótica.

-Despierta -me ordenó, su voz suave pero firme.

Aturdido, me incorporé en la cama.

-¿A dónde vamos? -murmuré, aún somnoliento.

-Verás -respondió ella con una sonrisa enigmática.

Me vestí a toda prisa, siguiendo a Alma como un autómata. El mundo exterior parecía borroso, como si estuviera viviendo un sueño febril.

Al llegar a nuestro destino, la escena que se presentó ante mis ojos me heló la sangre. Cuerpos yacían esparcidos por el suelo, sus rostros contorsionados por la agonía. Y en sus cuerpos, escritas con sangre, unas palabras que me helaron hasta los huesos: "Luego serán ustedes, familia Jeon y Johnson".

No podía creer lo que veía. Cuerpos inertes, ensangrentados, con nuestros apellidos escritos en rojo sobre ellos. Alma, con esa misma frialdad en la mirada que había visto en mis fantasías más oscuras, me observaba como si todo esto fuera lo más normal del mundo.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ya no era solo una fantasía enfermiza, era una realidad macabra que se había colado en mi vida. La sangre, el olor a muerte, el ambiente tenso... Todo me abrumaba. Sin embargo, una extraña excitación comenzaba a apoderarse de mí. Era como si mi subconsciente más oscuro estuviera celebrando.

Ella se limitó a sonreír, una sonrisa que me heló la sangre. "Hemos comenzado una guerra, Jungkook. Una guerra que ellos nos impusieron".

Sus palabras me enfurecieron. ¿Ellos? ¿Quiénes eran ellos? ¿Por qué nos habían hecho esto? La ira me cegaba, y de pronto, sentí una extraña sensación de liberación

El aire estaba impregnado de un hedor metálico que se mezclaba con la humedad de la noche. No podía apartar la vista de los cuerpos inertes, con nuestros apellidos escritos en un rojo brillante y grotesco sobre ellos. Alma me observaba con una expresión fría, tan familiar y perturbadora que me resultaba imposible ignorar. La había visto en mis pesadillas, pero nunca imaginé que se materializaría de esta manera, tan cruda y tangible.

De toda esta situación había algo más profundo, algo que me revolvía las entrañas. Una parte de mí, la más oscura, estaba disfrutando de esta escena macabra. Era como si mi subconsciente estuviera festejando esta horrenda realidad que había escapado de los límites de mi mente para invadir mi vida.

Alma no parecía perturbada en lo más mínimo. Su mirada, vacía de remordimientos, me penetraba como un cuchillo. Sentí una conexión con ella en ese momento, una comprensión tácita que me asustaba, pero a la vez me atraía. ¿Cómo podía estar sintiendo algo así en medio de todo este horror?

"Luego serán ustedes, familia Jeon y Johnson," dijo Alma, su voz resonando en el vacío de la noche como un presagio. La amenaza estaba clara, pero algo dentro de mí se activó con esas palabras. ¿Estaba realmente dispuesto a seguirla? Miré de nuevo a los cuerpos a nuestros pies y luego a Alma, y las palabras salieron de mi boca sin que pudiera detenerlas.

"Ahora lo que harás, yo te seguiré."

Alma esbozó una sonrisa, una mueca que era más de satisfacción que de alegría. Sabía que había cruzado una línea de la que no podría regresar, pero en ese momento no me importaba. Nos alejamos de la escena, dejando el caos detrás de nosotros como un rastro imborrable.

Llegamos a mi casa, y al abrir la puerta, me encontré con Eunji, su presencia tan inesperada como incómoda. Antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Eunji corrió hacia mí y me besó con una intensidad que no sentía desde hacía mucho. Pero esta vez, algo en mí se rebeló ante ese contacto, y me aparté.

mi compliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora