He descubierto como el paso del tiempo puede llegar a ser tanto hermoso como despiadado. La vida tiene dos caras como una moneda tirada al viento. De su caída depende el lado que toca vivir.
Sus ojos verdes me enseñaron la crudeza de este mundo. Mi...
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La música ha estado siempre ahí, dentro de las entrañas nuestra existencia. Nos ha visto crecer, ha visto lo peor y lo mejor de cada uno de los seres que habitan este pequeño planeta. Lo vieron los primeros pobladores de la humanidad, lo experimentó cada civilización, cada guerra, cada tregua.
En el transcurso de la vida ella forma parte de nosotros y está tan metida en la piel que respira el mismo aire. Está en la historia y también en la tragedia. Se cuela en los rincones más oscuros del mundo y es testigo de los horrores más siniestros.
Porque ella es inmune a cualquier sentimiento, porque ella es vida, muerte, color y destierro. Ella es el suspiro sutil que deja un instante en tu vida, el recuerdo palpable de todas la memorias juntas, letras mezcladas con acordes, que a su vez son arpegios silenciosos de cada parte del camino. Es la partitura perfecta que declama sin pudor el preciso instante de la primera entrega. O de esa oportunidad perdida que recordamos cuando creemos haberlo malgastado todo. Es lo que queda tras un adiós, o lo que puede llegar luego.
Está presente en encuentros, en los instantes, en lo que fue o en lo que puede llegar a ser, en los días de sol y en las tardes de invierno. A veces se pasea por los rincones de mi habitación las tardes de verano de tres a siete. Otras camina conmigo bajo la lluvia y apacigua mis miedos. Pero a veces se viste de siniestra y me recita al oído al compás de notas que retumban al unísono trágico de un momento. Ella está ahí, al lado de sus ojos verdes.
Es parte de él, como también es parte de mi, porque la hemos hecho nuestra y fiel testigo de todos los momentos que se plasmarán en las páginas de esta historia. Cada melodía traspasará la carne como agujas afiladas listas para tejer. Como la pluma busca sin tregua el papel, la música nos rastrea, nos captura y se hará parte de ti, letra a letra, hasta la última nota.
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Nota de autor:
Hola a todos y bienvenidos, te invito a que te sumerjas en esta historia y la vivas con todos sus matices y al final vuelvas a esta página.
