34. Lluvias tempranas

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Banda sonora: Dancing without music - BRDGS

Martes 18 de mayo.

Jisung recorrió su casa por segunda vez, descalzo. No hacía calor, así que el aire estaba apagado en todas las estancias. Los empleados del servicio se habían marchado hacía horas. Igual que Changbin y Felix.

La soledad se sintió opresiva por primera vez en muchísimo tiempo. Nunca había necesitado la compañía de nadie, ni siquiera en sus años universitarios, pero después de pasar un mes conviviendo con el polluelo y el oso, ahora el silencio dolía.

Se había acostumbrado a llegar a casa del hospital y encontrarse a Changbin preparándose para ir al banco. Se había acostumbrado a cenar con él, a pasar tiempo con él mientras Felix estaba con su hermano en aquella habitación.

De hecho, se había habituado al hospital, a los sanitarios dándole las buenas tardes, a las mantas con las que despertaba de sus sueños molestos. A la enfermera mayor que se acercaba a hablar con él un rato cuando tenía turno de noche.

Se había acostumbrado a desayunar con Felix en la cafetería del edificio y a sus insistentes intentos de que Jisung entrase a la habitación. Pero no se atrevió a hacerlo. Estaba aterrado de entrar allí. ¿Qué le diría? ¿Qué mierdas le iba a decir cuando ni él mismo sabía por qué había estado durmiendo en aquel asiento incómodo?

Había dejado de ir cuando Felix le dijo que dejaban a Minho dar paseos por la planta. Fue cuando empezó a comer y le quitaron la intravenosa y la sonda y cuando sus puntos parecieron mejorar. En definitiva, en el momento en que el gato pudo volver a ponerse en pie, Jisung huyó como el estúpido asustadizo que era.

Y en ese momento estaba paseando ociosamente por la casa, aburrido y con el silencio cayendo sobre su espalda. Changbin y Felix habían vuelto a casa porque Lee Minho también volvía a casa.

Pasó por delante del despacho y echó una mirada significativa a la botella de cristal llena de whisky. Negó con la cabeza y fue hasta la cocina alejándose de la bebida y la alfombra en la que siempre acababa cuando se sentía triste. Se sentó en la mesa de desayuno y echó un vistazo a la forma en la que el cielo se había oscurecido por las nubes.

Podría llamar a Changbin y pedirle que viniese a verle. O quizá podría sacar la cabeza del culo y caminar hasta allí para darle la bienvenida al hombre al que su madre casi había matado.

Su madre había apuntado con esa pistola a su hermano. Seo Changbin, la única persona en el mundo por la que Jisung moriría, había sido el objetivo de la mujer que le dio a luz.

Apretó las manos en sus sienes haciendo círculos. Si no encontraba algo en lo que ocupar su tiempo iba a meterse en el estudio a beber hasta quedar inconsciente. Y ya no quería beber solo.

Joder, quería ir a ver a Minho. Quería desesperadamente decirle que lo sentía, que lo entendía, que sabía por qué hizo las cosas que hizo. Mierda, quería decirle que la pequeña llama de su corazón seguía ardiendo fuerte y que necesitaba que él fuese la leña que la avivase.

Fuera empezó a llover y un par de minutos después frunció el ceño al escuchar las insistentes llamadas al timbre exterior. Se levantó y caminó hasta el intercomunicador encendiendo la cámara. Soobin estaba en la puerta, cubriéndose con una chaqueta del chaparrón repentino. Le abrió sin decir ni una sola palabra.

Diez segundos después, tokki estaba en su entrada con los restos del agua sobre él. Se quedó allí mirándolo unos segundos confundido. Jisung dio un paso atrás y bajó la mirada porque estaba tan débil y tan solo que podría hacer alguna tontería que les destrozase a los dos. Cómo engancharse a su cuello y pedirle que le abrazara.

Estación de lluvias 2: OTOÑO| Minsung | Changlix | HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora