7. Viejos conocidos 🔞🔥

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🎶Banda sonora: I feel like i'm drowning - Two Feet🎶

Viernes 15 de enero.

Llevaba más de una hora sentado en la recepción de aquel elegante edificio en el distrito financiero de Seúl. No había estado ahí nunca, pero siempre había una primera vez para todo. Y la suya estaba siendo insoportablemente aburrida.

Llamó a Soobin por cuarta vez. Y no le respondió, por cuarta vez.

Seungmin paseó por el lugar frustrado. Iban a llegar tarde, le había costado horrores reservar una maldita mesa en un exclusivo restaurante que acababan de abrir y ahora iban a perderla.

Se dejó caer en el sillón cruzando los brazos. Iba a matar a Soobin; si perdía la reserva, lo golpearía hasta hacerlo sangrar. Había conducido durante horas desde Gangwon para llegar a la mansión de su amigo, ducharse y tomar un taxi hasta las oficinas centrales de Han Bank. Todo a contrarreloj, porque tenían su cita en... exactamente 35 minutos. Mierda, iba a perder la reserva.

—¡Seungmin! —escuchó la voz de Choi a su espalda y se levantó del sofá preparando la peor cara de indignación de su vida antes de girarse.

—Llevo esperando una...—No pudo decir ni una sola palabra más.

El hijo de puta que estaba entre Soobin y Changbin drenó con una media sonrisa irónica toda la valentía que Seungmin tenía. Su garganta se contrajo y la respiración se le atoró en los pulmones. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y trató de volver en sí.

—¿Estás bien, Seungmin? —preguntó Changbin acercándose a él con una expresión preocupada. Y agradeció internamente que entrase en su campo de visión y tapara al hombre que creyó que no volvería a ver jamás.

—¿Eh? Sí, sí. Estoy bien. —Trató de darle una sonrisa al director del banco, pero el chico pareció confundido, por lo que interpretó que su cara no había mejorado.

—Deja el show o perderemos la reserva —reclamó Han, pasando junto a él con una mirada altiva y caminando hacia las puertas dobles de cristal para salir del edificio.

—Eso mismo trataba de decir —contestó enfadado—, imbécil —farfulló en voz baja y escuchó la risita de Changbin a su lado.

—No se lo tengas en cuenta, ha tenido un mal día —aplacó con una mano en su hombro y se marchó hacia el ascensor de nuevo—. Voy a por el coche, esperadme fuera.

—El joven maestro no parece tener más que malos días —se quejó caminando hacia el lado contrario.

Evitó a toda costa cruzar la mirada con aquel hombre que sabía que iba tras ellos. Seungmin quería que la tierra le tragase ahora mismo. O que se tragase a ese hijo de puta al que le quedaba tan malditamente bien el traje negro.

Llegó junto al Han y recibió otra mirada desinteresada, como si Seungmin fuese una aburrida mosca que perturbase su tranquilidad. Quiso darle una bofetada con la mano abierta a ese niño mimado. Soobin llegó junto a ellos y le dió un apretón en el brazo, girándolo.

—Siento que hayamos bajado tan tarde, la reunión se alargó. ¿Estuvo muy cansado el viaje?

—Por supuesto que estuvo cansado. Y me di toda la prisa del mundo por llegar aquí para que me tuvieras una hora esperando en la recepción. Podrías haber mirado el móvil.

—Lo siento, Miiiniiiiie —alargó las ies y sonrió con esa maldita cara tierna que tenía, derritiéndole el corazón.

—Está bien. Solo espero que no perdamos la reserva.

Estación de lluvias 2: OTOÑO| Minsung | Changlix | HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora