29. Decisiones vitales

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🎶Banda sonora: Too good at goodbyes - Sam Smith🎶

Martes 6 de abril.

* Seungmin: Me voy a casa, ha habido un problema con la clínica y tengo que solucionarlo. No te encierres en la cueva, nos vemos el fin de semana*

*Soobin: Espero que no sea nada. Procuraré no hacerlo. Gracias por todo, te quiero*

Leyó la respuesta de Soobin cuando aparcó en el camino de entrada de su casa. Ya era de noche y le dolía terriblemente la cabeza.

Igual pasarte dos horas y media llorando es la razón de tu jaqueca, Kim Seungmin.

Salió del coche con pasos pesados y un pinchazo en la parte baja de la espalda que le recordaría durante muchos días al hijo de puta al que había dejado follarle mientras su mujer esperaba en casa.

Entró y dejó en la puerta los zapatos fijándose en que solo había un par de deportivas, las de I.N, para ser exactos. La casa estaba silenciosa y limpia, fue un regalo para su latente cerebro.

El maullido de Dori lo sorprendió y alegró a partes iguales. La gata se acercó a él con pasos seguros y se restregó contra sus piernas. Se le escapó una lágrima porque era la primera vez que esa desagradecida lo recibía en la puerta. Y, mierda, hoy lo necesitaba de verdad.

—¿Echaste de menos a papá, bolita de pelo?—dijo agachándose.

La levantó contra su pecho y la gata se movió, acomodándose en sus brazos. Fue hasta la cocina con Dori en el hueco de su codo como un bebé.

Sacó una botella de agua de la nevera y encontró varios recipientes con comida preparada dentro. Vació el contenido de uno en un plato y lo calentó en el microondas, la gata empezó a revolverse incómoda.

La dejó bajar de sus brazos con un salto. Se sentó y masticó bruscamente la carne.

¿Cómo demonios había acabado su vida así otra vez? ¿Cómo había permitido que ese demonio volviese a enredarlo?

Seungmin había cometido muchos errores, pero sin duda el peor había sido Bang Chan. Bien, si no contabas las drogas y esas fiestas en las que acababa inconsciente en una esquina. Lo curioso era que Bang había llegado a su vida en una de esas bacanales a las que I.N le dio acceso.

En su mente adolescente, Seungmin había creído que podría llevar una relación adulta con un hombre como él. Pensó, erróneamente, que era capaz de gestionar el sexo absorbente y salvaje y no involucrar sus sentimientos.

Bang Chan era como tirarse en caída libre. Como saltar de un avión con los ojos vendados confiando en ser capaz de abrir el paracaídas a tiempo. Generalmente, si solo tenía en cuenta el brutal placer que le proporcionaba, Chan siempre estaba para amortiguar el golpe contra el suelo.

Cuando hacían ese tipo de cosas, se aseguraba de que Seungmin estaba bien antes, durante y después de cada sesión. Lo llevaba hasta el límite de su cuerpo y su mente, se lanzaba desde ese avión agarrándolo con sus manos llenas de venas. Y siempre, absolutamente siempre, abría el paracaídas a tiempo.

Excepto hace ocho años, cuando Seungmin lo llamó por teléfono y le dijo que no quería volver a verlo nunca. Excepto tres horas atrás, cuando había escuchado aquella mujer de voz dulce decir que lo quería y que lo esperaría en casa.

Su hambre había desaparecido repentinamente. Tiró las sobras a la basura y dejó la vajilla en el fregadero. Salió de la cocina y apagó todas las luces de la casa. Necesitaba de forma urgente una ducha. 

Estación de lluvias 2: OTOÑO| Minsung | Changlix | HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora