La radio curó a la estrella de video

Capítulo 23 : Parte XXI

Esta noche es la noche del estreno de El Halcón de Titanio . Vox camina por la habitación de Alastor ladrando órdenes de último momento a Vesta y Briar, quienes a su vez gritan órdenes a los empleados que corren de un lado a otro en el fondo. Todo el asunto parece un poco estresante, especialmente después de que Vesta le informa a Vox que Kilznib se ha puesto en "modo de mal humor", negándose a hacer cualquier otra cosa relacionada con la película como forma de protesta.

—La película ya está terminada —resopla Vox con desdén—. La vamos a poner esta noche. En serio, qué idiota.

Vox le asegura a Alastor que, a pesar de lo que parece, en realidad está en su elemento. “Estoy en la zona”, dice con una sonrisa. “¡He tenido dos Joltz y me siento motivado! Briar, envíame la rotación de caminata. Necesitamos asegurarnos de que Vacuxxi y Balorn no estén cerca el uno del otro. No necesito que esto se convierta en una pelea a puñetazos… otra vez. Vesta, asegúrate de que los fotógrafos asignados a Zelencia recuerden apagar sus malditos flashes. La mujer es ochenta por ciento ojos, ¿están tratando de cegarla?

Alastor baja las escaleras y lo deja con su trabajo. Asmodeus y Fizzarolli están abajo despidiéndose de Charlie. La Encarnación de la Lujuria explica que los padres de Charlie estarían en el estreno. No solo se esperaría que Ozzie asistiera, sino que también se esperaría que se sentara con el Rey y la Reina.

—Si intento quedarme en mi hotel, el pequeño bastardo me ordenará que vaya de todos modos —dice Ozzie con el ceño fruncido—. Si voy contigo, me dará la opción —dice Ozzie haciendo comillas con los dedos y con una mueca de desprecio—. Para unirme a él, asegurándome de hacerlo frente a la mayor cantidad de personas y cámaras posibles para que, por supuesto, puedan verme «eligiendo» —dice con más detenimiento—. Para dejar tu lado e ir al suyo. Tu padre es un bastardo y un maestro de la manipulación. Asmodeus frunce el ceño. Se arrodilla y ahueca la mejilla de su sobrina. —Candy Apple, lo siento mucho.

—Está bien, tío Ozzie —le asegura Charlie, pero no consigue que su voz no se note. Se las arregla para sonreírle—. Entiendo que papá puede ser… difícil… —Ozzie frunce el ceño—. Pero no quiero ponerte en una situación incómoda.

—No serías tú quien lo hiciera sentir incómodo —dice Ozzie, poniéndose de pie—. ¿El IMP trajo tus libros?

—Sí, señor —responde Vaggie—. Llegaron esta mañana.

Asmodeus asiente. —Déjame ver esa factura. —Espera a que Vaggie la recoja. Cuando ella regresa, Ozzie la toma, la dobla y se la entrega a Fizz. —Yo pagaré la factura de tus libros para padres.

—Tío Ozzie —comienza a protestar Charlie.

Asmodeus levanta una mano para interrumpirla. —Déjame hacer esto, Charlie. Piensa en ello como un regalo de disculpa para decirte que lo siento por haber dejado que el idiota de tu padre me echara. ¿De acuerdo?

Charlie asiente.

Ozzie sonríe. Levanta a Charlie por la cintura y la levanta en el aire para poder darle un beso en la frente. Sus otras dos cabezas se mueven para besarla en las mejillas y ella se ríe de la sensación. "Sigue siendo dulce, Candy Apple", dice mientras le sonríe. "Fizz y yo volveremos a visitarla cuando se acerque la fecha prevista del parto".

—Sobre eso —interviene Charlie—. ¿Se supone que el cristal se está haciendo… más grande? —Mira hacia el sofá donde ella y Vaggie dejaron a su futuro hijo. Desde su llegada, el cristal ha duplicado su tamaño. La princesa y su consorte han empezado a transportarlo por el hotel en una carretilla (algo que a Alastor le parece cómico, especialmente cuando tienen que llevarlo arriba) o simplemente lo dejan en un lugar después de alimentarlo.