Capítulo 14

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No entiendo como terminamos así, habíamos comido el almuerzo que Harry preparo, una pizza con mucho queso y beicon, muy deliciosa. Se había ido a duchar en lo que yo terminaba un ensayo que se me había quedado pendiente, parece ser que Harry aprovecho el tiempo que no nos vimos para terminar todo el trabajo para poder pasar el mayor tiempo juntos sin hacer tarea, hizo pucheros hasta que lo mandé a duchar con las pociones que hice en lo que terminaba de hacerlo. Ahora aquí estamos, moviéndonos al compás de una suave música, con Harry agarrándome de la cintura y mis manos en su cuello.

-explícame porque hacemos esto- susurro huyendo de su mirada, tiene una intensidad que me sonroja, me aprieta aún más a su cuerpo rozando con su nariz mi mandíbula.

-porque el único momento en el que baile fue con alguien que no quería y todos me miraban como su fuera un mono en una exhibición- dice con calma rodeándome con sus brazos mientras mete una de sus piernas de manera ligera entre las mías volviendo todo más íntimo. -y porque quiero bailar contigo, me hubiera gustado haberte llevado a ti- continúa rozando detrás de mi oreja -no hubiera parado en toda la noche, te veías estupendo con esa túnica blanca- asegura dejando un casto beso en mi cuello.

-apenas bailaste esa noche- digo con la garganta seca, sintiendo como mi cuerpo está en llamas, sentir su aliento en un área tan delicada, sentirme rodeado por él. Su pierna rozándome, Merlín como sobreviviré a este hombre.

-porque fui obligado a asistir y a bailar con la chica, aunque me cae bien no me gusta ni me gusto- dice haciendo que giremos un poco más rápido, lo rodeo con mis brazos en reflejo.

- ¿así que hubieras bailado conmigo? - digo sin atreverme a preguntar cómo me gustaría, hubiera bailado conmigo porque le gusto.

-por supuesto, no me gusto que llevaras a Parkinson- dice con desagrado en el nombre de ella, Merlín este hombre.

-fui obligado también- susurro posando mis labios en su hombro tratando de calmarme -me hubiera gustado que me invitaras, aunque no creo que los demás les diera gracia- digo con una mueca de solo pensarlo.

-no me importa los demás- dice con rotundidad, nos movemos unos minutos por el espacio despejado, la música no se detiene continúa cambiando a diferentes canciones sin pausas notorias. -bailas muy bien- dice de pronto olisqueando mi cuello.

-aprendí desde mis cinco- explico con una sonrisa nostálgica -mi madre fue la que me enseño, era muy divertido como ella me hacía hacerla dar vueltas por la sala- digo suspirando recostando mi mejilla en su hombro.

-eso es una imagen adorable- dice con una risita, sonrío relajándome por fin, es Harry, nada malo sucederá. Nos seguimos balanceando hasta que me guía para que pegue mi espalada a su pecho, hecho mi cabeza hacia atrás apoyándola en su hombro, suspiro cuando comienza a dejar besos y caricias a mi cuello mientras pone una de sus manos en mi pecho y otra en mi abdomen bajo, esto hace correr mi mente. Merlín no puede ser.

-Harry- digo en un suspiro, no sé qué estoy pidiendo o tratando de decir pero Harry solo gruñe mordiendo mi cuello.

-Draco- susurra subiendo su mano a mi cuello para mantenerme en mi lugar y ahí es que lo siento, su erección, suspiro arqueando un poco mi espalda apretándolo a mi trasero -amor- se queja tomándome de las caderas deteniéndome para hacerme enfrentarlo, sus ojos están algo nublados por la excitación y sus mejillas coloradas, me mira con tanto cariño y deseo que jadeo -desearía continuar pero no sé qué hacer- susurra avergonzado bajando la mirada ligeramente -déjame investigar primero- pide mirándome con ojos suplicantes.

-yo tampoco lo hice- digo posando una mano en su pecho, donde su corazón late muy rápido -no tengo prisa, aunque lo que hacíamos estaba bien- digo con sinceridad y vergüenza sonrojándome también.

La serpiente del león Donde viven las historias. Descúbrelo ahora