Capítulo 13

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La vida de Draco había dado un giro de 180 grados, este año había comenzado sintiéndose muy asustado, ansioso y enojado, había tenido que pasar todo el verano como prisionero en su propia casa ancestral, ese maldito medio serpiente que se hacía llamar Señor oscuro no era más que un sádico que le gustaba que se doblegaran a sus pies y causar dolor y temor. Era inaudito que un Malfoy se arrodillara ante otros, desde que nació se le había inculcado que nunca se hincara ante nadie y en el primer segundo su padre lo hace ante ese medio humano. Y ese sí que es repulsivo, no como los vampiros, hombre lobos y demás creaturas que tuvo que fingir odiar por su padre.

Había tenido que dejar a su hermosa madre rodeada de escoria, no quería irse, pero ella lo obligo hacerlo, sé que quiere protegerme, pero yo también a ella. Cuando había ido a esconderse en aquel baño, acababa de recibir una carta de su padre, diciéndole las nuevas órdenes de su señor y que lo hiciera para que no le hicieran nada, ese patético hombre al que antes idolatraba solo se preocupa por él.

Cuando vio a Potter, estaba asustado, avergonzado y rápidamente paso a la rabia, quería maldecirlo por encontrarlo en ese estado. Pero el simplemente lo consoló. Rápidamente Harry Potter se volvió su soporte en este castillo, temía la casa de Slytherin, sabía que ante cualquier señal de traición seria reportado al señor oscuro, creía tener amigos reales en Theodore Nott que aunque su padre era un seguidor leal Theo siempre ha sido alguien estudioso y muy dado a la paz, Blaise Zabini por otro lado era neutral aunque su madre apodada la viuda negra podría matar a quien quisiera, pero la diferencia era que lo hacía por sus familiares no por cualquier persona que se auto denominara señor.

Ahora un mes desde que lo conoció decidió hablar con sus dos amigos, reuniéndolos en el laboratorio que Severus le dejaba usar, quería hacer unas pociones para Harry, se avergonzaba de solo pensar en hacer algo tan personal por él, pero recordar lo feliz que estaba con los jabones que le proporciono la habitación y por la ropa que no es suya, pero es de calidad, le hizo querer ser el que le proporcionaba todo.

-Draco- dice Blaise asomando su cabeza, sonrío asintiendo para que entren, se ven inseguros.

-hola- digo con timidez y vergüenza, ambos se relajan un poco pero aún no están seguros -yo quería hablar con ustedes- digo bajando la cabeza ligeramente -yo, los considero mis mejores amigos, pero no sabía si sentían lo mismo- digo inseguro -sé que ustedes no están a favor del Señor oscuro, pero no estaba seguro si seguía siendo así- digo elevando la mirada para ver sus reacciones.

-Draco eres nuestro mejor amigo también y sabes que mi familia es neutral en esta guerra- asegura Blaise, se ve emocionado.

-desde que conocí a Blaise supe que había una salida, no deseo ser partícipe de esta guerra, así que puedes confiar en nosotros- dice Theo con su voz suave y comprensiva, mis ojos se llenan de lágrimas nada más termina de hablar, había temido perderlos. Me acerco abrazarlo a los dos.

-lo siento por dudar de ustedes, pero está en mi casa, temía que si hablaba y confiaba se enteraría y mataría a mi madre- explico sollozando un poco. ambos me abrazan con fuerza.

-oh Draco estamos siempre aquí para ti- dice Blaise acariciando mi espalda - ¿quieres que le escriba a mi madre para que ayude a Narcissa? - pregunta alejándose para verme, me limpio las lágrimas negando. Me sonrojo apartando la mirada.

-yo, bueno- comienzo a avergonzado yendo a la mesa para comenzar a picar todos los ingredientes que necesito para las pociones. -la primera semana de clase yo me metí al baño de chicas abandonado y estaba teniendo una crisis por una carta de mi padre cuando entro Potter- comienzo a contarles todo lo que ha sucedido desde ese día y como me dijo que me ayudaría a sacar a mi madre.

La serpiente del león Donde viven las historias. Descúbrelo ahora