XXII.- Antes de que te vayas/Agridulce

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Gordo fue quien los encontró primero.

Estaban cerca de su claro, sobre sus espaldas, observando las estrellas a través del dosel de árboles. Desde donde se encontraban, podían ver el suelo en donde la pira de Thomas había estado. La tierra estaba chamuscada. No podían acercarse más.

Ni siquiera tuvieron que mirar para saber quién era. Se preguntaron cuándo habían comenzado a reconocer a la manada a través de las ataduras. La mayoría se encontraba cerca, pero se mantenían alejados.

Sintieron a todos a excepción de Joe. Él no estaba en los bosques.

— Cuando estuvimos fuera... — dijo Ox pesadamente con sus ojos siguiendo la constelación del perro mayor — Cuando estabas arreglando las guardas. Ya lo sabías, ¿cierto?

— Y te pidió que no nos lo dijeras. — le dijo Stiles, la verdad él estaba agradecido de no poder sentir a Joe, estaba tan heridos y sentía que algo dentro de él estaba roto y los demás parecía estar a punto de romperse.

— Así es, pero estuve de acuerdo.

— Por supuesto que sí. — Stiles soltó una risotada.

Gordo suspiró. Lo vieron por el rabillo del ojo, mientras se movía a su derecha.

— No se equivoca, Ox, Mitch.

— ¿Dices eso porque en verdad lo crees o porque piensas que algo podría pasarnos? — Gordo permaneció en silencio y lo vieron con claridad — Podemos cuidar de nosotros mismos.

— Lo sé.

— Eso es una mierda, Gordo.

— Lo es. — se sentó en medio de ellos con las rodillas contra su pecho.

— Y vas a seguirle el juego.

— Alguien debe asegurarse de que no se mate a sí mismo.

— Y ese alguien eres tú. Porque eres de la manada.

— Eso parece.

— ¿Por elección?

— Eso creo.

Stiles comenzó a frotar su muñeca, no sabía si era bueno hablar porque solo sentía que se rompía más. No era justo.

— Tiene que haber otros buscándolo por su cuenta. Por quien Thomas fue para ellos, no van a dejarlo pasar simplemente.

— No. — Gordo coincidió con Ox — Pero no lo buscarán para lo mismo que nosotros tampoco.

— ¿Cómo? — sus tatuajes brillaron, apartaron la vista de ellos — Quieres decir matar.

Suspiró.

— ¿Te parece bien? — preguntaron los hermanos al unísono.

— Nada de todo esto está bien, Ox, Mitch. Pero Joe tiene razón. No podemos dejar que esto le vuelva a suceder a nadie más. Richard quería a Thomas, pero ¿cuánto más tardará hasta que caya tras otra manada para convertirse en un Alfa? ¿Cuánto más antes de que reúna a otros seguidores, más grandes que los que logró reunir en el pasado? Estamos perdiéndole el rastro. Tenemos que terminar con esto mientras podamos, por todos. Esto es venganza, simple y pura, pero viene del lugar correcto.

— Realmente lo crees. — susurró Stiles.

— Tal vez. Joe lo cree y eso es suficiente para mí.

Se quedaron en silencio por un rato, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

— Lo traeré de regreso, Ox. Los traeré a todos, Mitch.

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