VI.- O Nunca/Ocho Semanas

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La madre de Chris falleció y eso fue terrible.

Lloró en medio del taller y los hermanos pusieron sus cabezas sobre sus hombros. Rico tocó su cuello. Tanner apoyó la cabeza sobre su espalda y Gordo pasó sus dedos sobre su cabello alborotado.

Se ausentó por un tiempo y regresó con Jessie, su hermana menor. Quien había cumplido diecisiete e iba en Green Creek con los hermanos. Lucía como su hermano: pelo castaño y ojos verdes bonitos, piel clara con pequeñas pecas en su nariz y mejillas, y una en su oreja, lo que más le fascinaba a Ox. La llevó al taller y ella sonrió levemente cuando los presentó.

— Ese es nuestro Mitch. — el menor la saludó con la mano y una sonrisa amable.

— Ese es Ox — dijo y el chico chocó contra una pared.

Los chicos se le quedaron viendo y Stiles solo pudo alzar la ceja, ¿de verdad su hermano había hecho algo así?

— ¿Acaba de...? — preguntó Gordo.

— Esto es estupendo. — rio Tanner.

— Déjenlo. — les dijo Stiles mientras ponía los ojos en blanco.

— Hola. — su voz sonó extrañamente profunda — Soy Ox, Oxnard. Llámame Ox. — intentó posar sobre una Chevy Tahoe del 2007, pero se resbaló y despellejó su codo. Volvió a incorporarse. — U Oxnard. Cómo sea.

Stiles miro a otro lado tratando de aguantar la risa.

— Ay, Dios. Esto es tan vergonzoso, deberíamos de ayudarlo o marcharnos. — dijo Rico.

Pero ninguno salvó a Ox o se marchó.

— Hola, Ox. Un placer conocerte. — la sonrisa traviesa de Jessie mostraba un poco de sus dientes.

A Ox se le secó la boca porque sus labios eran bonitos y también sus ojos, y pensó... bueno, eso está muy bien.

— Tú... ah... ¿el placer es mío?

— Tal vez Ox pueda enseñarte la escuela la semana que vien, cuando comiences las clases. — dijo Chris.

Ox dejó caer la llave de tubo sobre su pie.

— Mitch también irá contigo.

Stiles tuvo que ir a la oficina de Gordo para poder reírse.

*

Jessie comenzó la escuela un martes de primavera. Ox se sentía incómodo e inseguro, incluso cuando ella reía por alguna broma que él había dicho sin intención. Su risa era baja y gutural, y le parecía uno de los sonidos más bonitos que había escuchado.

Aparentemente les gustaba bastante a Carter y Kelly, pero ninguno de los dos se despegó de los hermanos en clase y los apretujaron aún más de lo usual durante el almuerzo. Eso tuvo que verse extraño para cualquiera que los observara: cuatro chicos enormes amontonados en una banca mientras que una choca se sentaba en frente con todo el espacio del mundo.

Jessie ladeó sus cejas en si dirección, pero Carter y Kelly se rehusaron a moverse y Ox le explicó que así eran los dos.

Stiles solo se mantenía atento al libro que tenía entre sus manos mientras comía de manera lenta. A él realmente no le importaba nada aunque ponía atención a cada cosa que decían.

— ¿Protectores? — aventuró mientras los observaba.

— Podría decirse. Chicos, por favor...

— Déjalos, Ox. Ellos están bien así.

Los hermanos Bennet fulminaron con la mirada a Ox antes de mirar a Jessie aunque antes acariciaron el cabello del menor. Ella solo rio.

Luego de la escuela los hermanos Matheson y Jessie se fueron caminando al taller y Ox se ruborizó cuando el brazo de la chica rozó el suyo. El chico mantuvo la puerta abierta para ella y lo llamó caballero. Se tropezó con sus pies y casi la arrastra con él al piso. Rico dijo que debía ser amor, en voz muy alta.

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