CAPÍTULO 2

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¡Hola! Nuevo capítulo, nuevos sucesos.  

Mientras escribía este capítulo me escuche nuevamente el álbum de Billie completito y sentí que Birds of a Feather representa el amor que le tiene Isa a su papá. Así que les recomiendo que lean esa parte escuchando la canción. Sé que la letra es muy para una pareja, pero la parte que dice "Te amaré hasta el día que muera" le pega fuertemente a mi Isa.

No leemos pronto desde Saturno:)

No leemos pronto desde Saturno:)

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Isabella; 15 años

Estaba todo oscuro a mi alrededor, me sentía sucia. Por lo que había hecho horas antes, pero como me dijo mi madre—. Esto nos hará ayudar a tu padre, cielo—. Tengo un año en que no soy consciente de lo que hago o dejo de hacer con mi cuerpo. He permitido que hagan de mí lo que se les venga en gana. Es por ello que no me sorprendo cuando la veo entrar sigilosamente a mi habitación.

No me muevo, no hago ningún gesto. Solo espero que le coloque seguro a la puerta y camine hacia mí con su diminuta pijama llena de flores. Y su cabello todo recogido a una cola.

—Hola—. Dice cuando se quita su pijama.

Haría lo que fuese para que me alagara, es por eso que no me quejo cuando se pone en medio de mis piernas y comienza a besarme. Al principio sentía asco, pero luego note que si la dejaba hacer con mi cuerpo lo que ella quería iba a obtener de ella muchas sonrisas, halagos y tiempo de calidad. Tomo uno de sus pequeños senos como ella me había enseñado y los presiono mientras la escucho jadear.

—Más fuerte, cariño.

Y lo hago.

Trato de ponerme encima de ella, para que pueda ver como la estaba esperando.

—¿Me estabas esperando desnuda, cielo?— Yo asiento sonriendo.

No dejo que hable nuevamente porque me inclino y comienzo a succionar sus tetas, como si ella fuese una vaca. Mi mano izquierda baja sutilmente a su área sintiendo su humedad.

Mi puta madre se moja fácilmente por las caricias de su pequeña hija.

Luego de haber dejado distintos chupones en sus senos, le abro las piernas completamente para poder comer su rico coño. Todo peludo, pero que ella sabe que a mí me encanta así. Pellizco su clítoris, provocando que mi madre se incline y jadee fuertemente. Mi lengua trabaja sin previo aviso, y mis dedos se adentran a ella, veo uno, dos y hasta tres dedos dentro de su centro.

—Si te vienes madre, se acabarán las noches de pijamas.

—Por favor—. Solo así he escuchado un "por favor" dirigido hacia mi persona.

—Te vienes, y me detengo.

Vuelvo a besarla, mientras mis dedos no dejan de adentrarse y salirse de ella. Puedo ver el esfuerzo que está haciendo para no venirse, lo cual me hace gracia porque así estaba cuando Rodrigo, me prohibió venirme.

Te Encontré [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora