CAPÍTULO 14

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Desde ahora les digo, Dominik es mío;)

Me encontraba totalmente sola, algo que no había sentido en meses, luego de haber estado rodeada de personas que poco a poco se están convirtiendo en algo muy importante para mí

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Me encontraba totalmente sola, algo que no había sentido en meses, luego de haber estado rodeada de personas que poco a poco se están convirtiendo en algo muy importante para mí. El silencio a mi alrededor era reconfortante, pero también extraño. Mis pensamientos vagaban mientras observaba el entorno, y ahí estaba él, sentado en el pasto, conversando con Armando.

Por sus gestos, puedo ver que está un poco enojado. Sus manos se mueven con rapidez, como si intentara explicar algo con urgencia, mientras que Armando, en contraste, parece relajado, conteniéndose una sonrisa. Esa pequeña mueca en el rostro de Armando me hace pensar que tal vez está disfrutando un poco de la frustración de su amigo.

Desde la distancia, me pregunto de qué estarán hablando, y por un momento, deseo acercarme, pero la sensación de estar en mi propia compañía es demasiado atractiva como para romperla.

Pero antes de poder hacer cualquier movimiento, escucho cómo la puerta de mi habitación se abre con lentitud. Veo a Sofía entrando con una bandeja en los brazos. Me pongo de pie para ayudarla, pero ella me hace un gesto con la mano, indicándome que no lo haga. Coloca la bandeja en una mesita del balcón y se sienta, respirando profundamente antes de mirar con ternura hacia Armando, que sigue en el jardín. "Estos dos deben tener algo", pienso.

Sofía nota mi mirada y se sonroja un poco.

—Lo siento, es que mi esposo es tan... —. Comienza a decir.

Esa confesión me toma completamente por sorpresa.

—¿Esposo? —. Pregunto, desconcertada.

—Armando y yo estamos casados —. Responde con naturalidad—. Pensaba que lo sabías.

—Pues, como sabrás, apenas llevo unas semanas en esta casa —. Digo, todavía asimilando la noticia—. Solo falta que me digas que eres hermana de Dominik para completar.

Sofía se queda mirándome con una pequeña sonrisa en los labios, confirmando lo que nunca imaginé.

—¡Joder! —Exclamo, incrédula.

—Tranquila, mamá, si te gusta mi hermano... —Dice Sofía, entre risas, dejando caer la última bomba con una naturalidad aplastante.

Me quedo en silencio, procesando todo lo que acaba de decirme, mientras mi mente da vueltas en torno a esa última revelación.

—¡¿Qué?! —Mi voz sale más aguda de lo que esperaba, y Sofía suelta una carcajada suave.

—Lo sabía —. Sonriendo ampliamente mientras se recuesta en la silla del balcón—. Siempre he tenido esa intuición con las personas.

—Yo... no sé de qué hablas —. Balbuceo, intentando mantener la compostura, pero siento el calor subiéndome al rostro.

—Oh, vamos, Isa —Sofía me mira con una expresión de complicidad—. No es difícil de notar. Cada vez que Dominik está cerca, te pones más nerviosa que nunca, y no me hagas hablar de esa miradita cuando lo ves desde lejos.

Te Encontré [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora