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«Creo que llegué a malinterpretar las cosas. Pensé que tenías pareja y eso me hizo sentir mal, y bueno... Celoso. No puedo negarlo. El día en que iba a invitarte a salir, te ví con Liu YangYang, y tuve que retroceder. No sé qué piensas de mí, pero si mis suposiciones son ciertas, dame un tiempo. 

Esta será la última nota que te enviaré. Estás buscándome hasta por debajo de las piedras, y eso no está bien, RenJun. No quiero que te enamores de estas palabras, sólo quiero que te fijes en mí. Si YangYang hubiese sido tu admirador, ¿habrías salido con él? 

Sé que para quererme, debes conocerme, pero tienes que darle tiempo al tiempo. Si no aparecí ante ti aún, es por algo, ¿no crees? Sólo espérame. 

Hoy estás simplemente hermoso.»

 RenJun arrugó una esquina de la nota con molestia. El chico había decidido jugar a las escondidas de pronto y aquello le hacía sentir ligeramente colérico. En algunas partes, tenía toda la razón, sin embargo, ¿él no la tenía también al querer saber de quién se trataba? Dudaba mucho de que, estando otra persona en su situación, hubiese actuado de manera tan pacífica. 

Metió aquel cuadrado rosa en el bolsillo delantero de su mochila, acomodándose de nuevo sobre el pupitre. Él también acababa de tomar una decisión: ignoraría la existencia de aquella persona. Ya no le importaría nada y no volvería a pensar en su descarada forma de acosarlo.

 Con la vista fija en la ventana que daba hacia el patio interno de la institución, sintió a alguien tomando asiento a su lado. Al voltearse, se encontró con Mark y su cara, que usualmente era pálida como el papel, roja hasta las orejas. Sus ojos oscuros denotaban una molestia que hizo a RenJun encogerse de manera inconsciente. 

— Bien hecho, Huang —el chico farfulló, apretando un puño con fuerza. Por un momento, temió que lo golpeara—. JaeMin acaba de terminar conmigo, ¿estás feliz? Siempre te puso a ti por encima de nuestra relación y ya me harté. Responde, ¿te sientes bien? 

El pelirrosa se quedó estático sobre su asiento, y juró ver cómo el rojo se apoderaba de Mark Lee hasta la raíz de su pelo azabache. No sabía de lo que hablaba y aquello lo llevó a balbucear como un idiota. 

— Y-yo no... De q-qué...

— ¿Quieres saber de lo que hablo? Te lo diré. Na JaeMin cortó conmigo anoche por una puta llamada porque según él, yo no te acepto como su mejor amigo —repitió con voz aguda—. Yo jamás dije o demostré eso y me lleva a pensar que tú eres el responsable, ¡así que respóndeme! —exclamó, tomándolo de los hombros para sacudirlo con brusquedad. 

Sus ojos se abrieron de manera descomunal, sintiendo toda la atención de las escasas personas del salón sobre ellos. Algunos murmullos comenzaron a escucharse mientras el pelinegro continuaba exigiendo una respuesta satisfactoria. Pero la realidad era, que él no sabía qué responderle, sin contar con que el chico parecía un desquiciado poco dispuesto a razonar.

 — ¡Mark, basta! —JaeMin apareció tras él, tomando fuertemente a su ex novio del brazo para separarlo— ¿Qué crees que estás haciendo? 

— ¿Y lo preguntas? —se zafó bruscamente de su agarre, viéndolo con rabia— Me utilizaste, maldito imbécil. ¿Ya sabe RenJun que estás enamorado de él? 

El tiempo pareció detenerse. RenJun dirigió su mirada confundida hacia el rostro contrariado de JaeMin. 

— Eso no es cierto.

— Vamos, ¿creías que no me daría cuenta? Querías provocarle celos y por eso me pediste que saliera contigo cuando aún me gustaba YukHei. Estabas desesperado.

 Los murmullos a su alrededor aumentaron de volumen. Vaya espectáculo que estaban dando ahí, frente a todos. Las mejillas de RenJun hirvieron mientras oía en la lejanía a los dos chicos discutiendo. ¿Realmente había sido JaeMin todo el tiempo?

¡bonito! | noren [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora