012

200 33 0
                                    


— RenJun, escúchame —el pelirrosa continuó su camino por el pasillo del colegio, sintiendo las miradas de cada alumno presente sobre él y JaeMin. Al parecer, a todos les gustaba el morbo del chusmerío y no pasaría de largo la discusión con Mark Lee del equipo de básquet esa mañana temprano. 

— Nana, hablaremos después, ¿de acuerdo? Me duele la cabeza ahora, debo pasar por el baño antes de irme —volteó a verlo, encontrándose con su ceño fruncido y una expresión abatida

— Está bien, pero... N-no es cierto, ¿bien? No te alejes de mí por lo que Mark o los demás crean. Nosotros simplemente tuvimos problemas y él no pensaba porque estaba enojado conmigo —se excusó. RenJun lo percibía como una excusa. No obstante, no se sentía bien para divagar o discutir; la situación le afectaba, por lo que se limitó a asentir con la cabeza antes de voltearse para retomar su andar. 

Para su buena fortuna, el amplio baño del colegio se encontraba vacío. RenJun se adentró con lentitud, apoyando su mochila en el suelo mientras la sostenía entre sus piernas. Se remojó la cara con agua fria, poniendo especial énfasis en su frente pulsante. Humedeció las hebras rosadas que caían en pequeños flequillos y suspiró. Quería llegar a su casa y dormir durante horas. 

El silencio estridente que persistía en el sanitario se vió interrumpido cuando una cadena fue jalada. La puerta blanca del último cubículo se abrió, y el pelirrosa observó a través del espejo a Lee Jeno saliendo de allí con la cabeza gacha. 

Desde aquel pequeño encuentro en la cafetería, RenJun se había cuestionado seriamente los hechos. ¿Debía ser una coincidencia, que justo cuando choca contra Lee de manera accidental, la nota aparezca por arte de magia en su bolsillo? Aunque, por supuesto, eso sería fantasear demasiado. ¿Un chico como Jeno, gustando de él? 

RenJun debía dejar de ver películas románticas y, por sobre todo, debía dejar de ver al castaño con otros ojos. 

El chico se acercó a pasos lentos hasta el lavabo, levantando la mirada hacia el espejo y encontrándose de súbito con RenJun viéndolo con atención. El pelirrosa sintió sus mejillas calentarse y desvió la vista a un costado,la vergüenza apoderándose de su sistema. 

— Hola —lo escuchó pronunciar, y se volvió hacia él. Le sonreía con gentileza mientras lavaba sus manos bajo el chorro espumoso del grifo. 

— Hola —se las arregló para no balbucear. El pensamiento de quedar como un tonto ante el imponente castaño le hizo encogerse un poco más. ¿Qué tan patético estaba viéndose? 

— ¿Cómo estás?

— Bien, ¿y tú?

— Muy bien —cerró el grifo, sacudiendo suavemente las manos para quitar el agua en exceso. No estaba mirándolo, pero RenJun sentía sus ojos oscuros posados sobre él a través del espejo, mientras se limitaba a jugar con sus anillos en un intento por calmar su nerviosismo—. Eres RenJun, ¿verdad? 

— Si, ¿Jeno? —el castaño asintió. ¿Por qué estaba preguntándolo si era algo obvio?— Nunca antes habíamos hablado. 

— Es verdad. Es la primera vez que puedo escuchar tu voz. ¿Me permites decirte algo? Siempre me gustó tu cabello rosa. 

RenJun sintió el calor subiendo por su rostro. Lee Jeno, el capitán del equipo de natación, estaba halagándolo.

— Ah, bueno... Es mi color favorito, es lindo saber que te gusta —se inclinó para tomar su mochila, mientras Lee permanecía impávido frente a él— ¿Te gusta el rosado?

— Es mi color favorito también.

 Oh, ¿qué era eso? ¿Su pulso acababa de acelerarse? En efecto, su ritmo cardíaco se hizo más veloz tras sus palabras. No es como si RenJun estuviese sintiéndose como el protagonista de un drama coreano, para nada. 

— Mi papá suele decir que es un color para maricas —murmuró, y de inmediato se arrepintió. ¿Por qué a Jeno le interesaría saber sobre su vida? 

— Tu padre no debe ser un hombre muy comprensivo, pero no te preocupes, el rosa no es para maricas. En tu caso, te hace ver mil veces más bonito todos los días.




¡bonito! | noren [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora