— Me estás mirando mucho —Jeno comentó, con los ojos puestos en el camino.
—¿Y qué con eso? ¿No puedo mirarte? —el aludido no respondió, y RenJun paró abruptamente en el borde de la acera. El semáforo estaba en verde— No es por nada, pero creo que me estás mintiendo.
—¿Qué? —una expresión de sorpresa fue lo que recibió —¿Por qué te mentiría?
Él se encogió de hombros, soltando la mano de su novio para abrazarse a sí mismo, refregando sus brazos. Debió llevar un abrigo más grueso.
—Estás actuando raro —volvió a mirarlo, sintiendo el enojo aflorar cuando Jeno le dirigió una mirada cargada de incredulidad— ¡Dime la verdad! ¿Por qué no querías que fuera?
—Bonito.. y-ya te lo dije, terminaría muy tarde por la noche y no creo que a tu madre le hubiera gustado eso. ¿No crees que ya tenemos mucho con su actitud hacia nosotros?
RenJun bufó, enceguecido por sus propios pensamientos como para atender a razones. No miró a la calle, cruzando sin más para alejarse de Jeno y de su patética mentira.
Estaba completamente convencido de que estaba mintiéndole en la cara, ¡hasta había titubeado! Bajo ningún término podía estar siéndole honesto. No supo qué lo llevo a pensar que tal vez, sólo tal vez, Jeno podría dejar de quererle para comenzar a verse con alguien más. Imaginó que quizás había llevado a otra persona al partido en vez de a él, y eso estaba rompiéndole poco a poco el corazón. Porque la verdad era que no podía hallar otra explicación.
A mitad del pavimento fue cuando miró al semáforo, notando que recién cambiaba a color amarillo, al mismo tiempo en que uno motor se oía a su derecha, RenJun observó en dirección al vehículo que parecía venir a toda velocidad hacia él, deteniéndose a unos pocos centímetros de su cuerpo al lograr frenar repentinamente. De puro susto, trastabilló hacia atrás, cayendo sobre la asfalto.
—¡RenJun! —sólo pudo escuchar el grito de Jeno, quien de pronto estuvo a su lado, sujetándolo de los hombros— Enloqueciste, ino puedes cruzar así! Dios.
Se llevó una mano al pecho, sintiendo el rápido bombeo de su corazón, y se aferró a los hombros del castaño cuando éste lo levantó, abrazándole.
—Lo siento —murmuró—. Perdón...
El contrario negó, tomándolo de la mano para avanzar hacia el otro lado. Parecía agitado, y por demás, mucho más asustado que él. Por un instante, RenJun olvidó que habían estado en una pequeña pelea antes del incidente.
—¿De verdad te sientes bien? —Jeno preguntó, tocándole la mejilla con delicadeza. Le tomó la mano, notando el leve raspón en su palma— Te hiciste daño.
—Jeno, lo siento —ignoró lo dicho por Lee, cerrando la mano suavemente en un puño para no prestar atención al ardor—, lo lamento. No tienes razón para mentirme, no sé por qué me puse asi. Soy un dramático, perdóname, de verdad.
El alto suspiró, rompiendo contacto con él para bajar la mirada al suelo. Unos segundos bastaron para que finalmente se decidiera, llevando la mano a su bolsillo para tomar de allí una pequeña cajita. La extendió en dirección a RenJun, quien lo miraba con notoria pena.
—No, tú tienes razón al final. Sí, te mentí, no fui a jugar un partido con el equipo de natación. Fui a comprarte esto —elevó aún más la mano, poniendo la cajita delante de sus ojos—. Sabes todo lo que hago todo el tiempo, conocemos nuestros horarios. No encontré otra excusa para poder ir yo solo a buscar esto para ti. Quería dártelo más tarde...
El pelirrosa tragó rompiendo el contacto visual con Jeno para ver la pequeña caja de terciopelo azul marino que descansaba en su palma. La tomó cuidadosamente, abriéndola.
El pequeño dije de oro con forma de frutilla brilló bajo la luz del sol. Miró al castaño por un momento, notando fácilmente lo rojas que se habían puesto sus orejas. Se rió un poco por eso, tomando el colgante para verlo más detenidamente. Era tan bonito, y él sólo quería romper a llorar.
Jeno lo amaba, se lo decía seguido e incluso había hecho mucho para demostrarlo. Ese pensamiento le hizo encoger los ojos, y trató de evitar llorar a toda costa. Abrazó a su chico con fuerza, enterrando la cara en la curvatura de su hombro.
—Soy un tonto, Te quiero, te quiero tanto —murmuró con un nudo en la garganta—. Eres tan....
—Estuve ahorrando para comprártelo —él le dijo en tono bajo—. Supe que tenía que ser tuyo desde que lo vi por primera vez. La dueña de la joyería es amiga de mi mamá y ella me lo reservó.
RenJun se separó para mirar sus ojos oscuros. Esos ojos que no hacían más que brillar cada vez que le miraban, fascinándolo por completo.
Besó a Jeno con cuidado, apretando el dije en un puño.
Una vez más, su corazón se calentó.
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¡bonito! | noren [ADAPTACIÓN]
FanfictionDonde Jeno es el capitán del equipo de natación, y RenJun el bonito chico de pelo rosa del que está enamorado. O, donde Jeno deja notas de color rosa entre los útiles escolares de RenJun, hablando de lo bonito que éste le parece. ✓ Todos los crédito...