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Esa era la última oportunidad. Sí, la última que JaeMin tendría para poder explicar sus acciones con RenJun y así obtener su perdón. Conocía a su amigo y cuando una idea se le metía en la cabeza era difícil quitársela. Estaba enojado, dolido, y un montón de adjetivos más que le harían permanecer reacio a arreglar las cosas.

Por ello, jugó con el vaso de cristal en donde RenJun le había servido un poco de agua, mientras se enfocaba en verlo ir de un lado a otro en la cocina de su casa. Había tomado la decisión de ir hasta allí para que pudiesen hablar y llegar a algún punto. Uno que no le doliera demasiado.

La espalda del pelirrosa estaba cubierta por el pijama gris oscuro de dos piezas, y JaeMin resistió las ganas de abrazarlo. Las mismas que lo habían agobiado por tanto tiempo. La diferencia estaba en que antes había podido ocultar sus intenciones tras su amistad, pero ahora, simplemente ya no podía continuar con eso.

—Perdona por... Venir sin avisar —murmuró por lo bajo, RenJun permanecía de pie junto a la cafetera, sin voltear a verlo aún.

—Está bien, aunque podría haberme cambiado de ropa si lo hubiera sabido.

Su voz hizo eco en la cocina. Sabía que su madre no estaba porque trabajaba los sábados en jornada completa, y eso era una ventaja. Sólo no lo arruines.

—Antes nunca te cambiabas de ropa por mí —bien, quizás no debió haber dicho eso. Las cosas eran distintas, y él lo sabía.

RenJun se dió la media vuelta, con ambas palmas apoyadas sobre la mesada de mármol. Su expresión permanecía indiferente, y no podía descubrir lo que estaba pensando.

—Pero hay un problema aquí, JaeMin ¿Decidiste venir para hablar de eso o sólo quieres colmarme la paciencia?

—No quiero que te enojes.

—Ya estoy enojado, no puedes cambiar eso tan fácil, sólo —suspiró, apagando la cafetera que comenzó a despedir vapor. —Dame una explicación para no tener que cortar con esto por lo sano.

—Mentí, y estuve mal, acepto eso, ¿bien? —se incorporó del taburete donde estaba sentado. La mirada recriminatoria de RenJun le hacía sentir pequeño— Yo... Salí con Mark porque quería captar tu atención, y al principio él lo sabía. Lo aceptó porque YukHei lo rechazó, pero con los días, yo terminé gustándole de verdad, y él a mí también. Sin embargo, no le amaba como a ti, no es mi culpa, por favor, RenJun, ya no te alejes más.

—Bien, ¿Y cómo explicas lo de las cartas? —el rubio titubeó bajando la mirada, y no pudo evitar apretar los puños al recordar la expresión ganadera de Jeno—Eso fue lo peor. Sabías que estaba ilusionado por encontrar a ese chico y te hiciste pasar por él.

—Y-yo... —tragó saliva— Lo usé a mi favor, sí, perdóname.

RenJun emitió un profundo suspiro que llenó toda la cocina, JaeMin levantó sus ojos oscuros hacia él.

—¿Eso es todo?

—No, hay algo más —tomó la decisión. Durante todo el camino hasta la casa de Huang, estuvo meditándolo, y ya lo decidió—. Yo sé quien es ese chico.

La mirada del mayor se transformó y lo observó con un brillo particular en los ojos. Entonces así se sentía ser el causante de eso.

—Dímelo, por favor, JaeMin, necesito saberlo.

Tragó saliva por segunda vez. Su pulso disparándose por todo su cuerpo.

—Lee Jeno —pronunció, y la expresión de RenJun tuvo un cambio radical, haciéndole enojar. Fue aquello lo que le impulsó a decir —, pero, estuve cerca de las duchas del equipo de natación cuando él hablando con sus amigos... Ellos hicieron una apuesta. Lo siento, fue por eso que mentí. No quería que te enteraras.

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Esta va para yemina

Esta va para yemina

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¡bonito! | noren [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora