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RenJun separó la camiseta blanca de su pecho con la punta de sus dedos, buscando que un poco de aire ingresara para refrescarse bajo el ferviente sol del mediodía. Se abanicó con los folletos que debía repartir, comenzando a sentirse agobiado.

Jamás había sido partidario de las épocas calurosas, y podía sentir el mal humor floreciendo ante las altas temperaturas de esa mañana. Él no había querido estar allí, pero terminó siendo algo inevitable. Para los profesores, el tener buenas calificaciones era sinónimo de un trabajo más liviano para las evaluaciones finales, y RenJun era un estudiante impecable. Por ende, le habían asignado aquella tarea que parecía ser fácil.

Y lo sería si no hiciese tanto calor como para freír un huevo en medio de la acera.

—Buenos días, ¿Le gustaría asistir a la competencia anual de la institución? —pero aquel hombre trajeado lo ignoró para seguir su camino. Cinco de cada quince personas que pasaban por frente de su escuela parecían siquiera dispuestas a recibir el folleto, y eso sólo lograba aumentar su mal genio ¿Acaso no existía la tecnología y las redes sociales? ¿Por qué debía verse en la obligación de hacer tal cosa?

Emitió un jadeo acongojado, y caminó con lentitud hasta la sombra del gran árbol que cubría una parte de la pared donde apoyó su espalda, dispuesto a descansar por tan sólo unos minutos. Estaba solo allí, sin nadie con quién hablar siquiera para poder distraerse.

RenJun aprovechó el tiempo en que una suave brisa removió su pelo rosado, para entonces recordar los últimos sucesos. El seguía sin cruzar palabras con JaeMin y ya no sabía por cuánto tiempo se mantendría así. Le dolía, pero el chico rubio no había actuado bien y de cualquier manera debía entenderlo.

Por otro lado, un pequeño cambio estaba haciéndole feliz, Jeno solía saludarlo con una bonita sonrisa cada vez que se encontraban por algún pasillo durante los recesos. La sensación que se desataba en su estómago cuando él alzaba la mano para agitarla en su dirección, lo mareaba al punto de desestabilizar su ritmo cardíaco. Era extraño, pero agradable.

¿Tenía algún sentido continuar haciéndose el desentendido? Le gustaba Jeno, era evidente. Pero, ¿Qué más podía hacer? Incluso, se sentiría feliz si ellos pudiesen llegar a ser amigos en un futuro, no forzaría las cosas bajo ningún motivo. No sería un JaeMin más.

—¿Necesitas un poco de agua?

RenJun se sobresaltó cuando una vez masculina resonó a su derecha, y se separó de la pared para encontrarse con la expresión amigable de Lee Jeno. La botella de plástico estaba siendo extendida hacia él, y la observó como si fuese lo más extraño del mundo.

—¿Qué estás haciendo aqui? —pero no replicó demasiado. Tomó la botella para poder dar un gran sorbo. Estaba fría y su cuerpo lo agradeció.

—Gracias.

—No hay porqué. Respondiendo tu pregunta, ya me desocupé por hoy. Tampoco soy el peor alumno de mi clase, ¿Sabes?

El castaño esbozó una pequeña sonrisa avergonzada.

—No quise decir eso, es que me sorprendió que hayas venido aquí.

—Te vi por la ventana —levantó la mirada hacia él, encontrándose con sus ojos brillantes. Era un chico tan precioso, y su corazón saltó ante eso—. Creí que sería buena idea hacerte compañía.

Jeno tuvo que desvíar la mirada para que no descubrieran su sonrojo. De pronto, la sombra de aquel árbol no parecía refrescarlo lo suficiente.

—Está bien, iré a hacer mi trabajo —y pasó por su lado, rozando ligeramente su hombro para interceptar a una mujer y poder entregarle un folleto plastificado.

Las cosquillas en su vientre jugándole una mala pasada.


¡bonito! | noren [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora