La joyería "Sweety luxury" era lo que más resplandeciente entre los viejos locales de la acera del parque central, gracias a su amplia variedad de collares, brazaletes y anillos bañados en oro que provocaban el reflejo de varios destellos tornasol.
Mariel la única trabajadora disponible de ese día limpiaba con esmero la parte delantera de la repisa principal; aquí se encontraban piezas de un valor más elevado que el resto.
Sin embargo unas manos colocandose en su cintura provocando que pegara un salto en su lugar asustandose al sentir un metal frío posandose en la parte baja de su espalda.
"Shh, Shh, shh" canturreo Victoria en el oído de su segunda víctima del día.
"Esto es lo que vamos a hacer, te vas a levantar y vas a caminar directito la caja; la vas a vaciar rápidito mientras yo me aseguro de que mantengas cerrada la puta boca y no se te ocurra hacer alguna pendejada ¿entendido?"
Mariel solo se dedicó a asentír con la cabeza mientras intentaba regular su errática respiración. Siguió atentamente las instrucciones que le propinó aquella voz. la pelinegra se abrió paso con las piernas temblorosas sintiendo la presencia de la peliblanca detrás de ella sujetandola fuerte de la cintura con una mano y sosteniendo el arma con la otra.
La cabeza de Mariel daba vueltas intentando concentrarse en llevar los fajos de billetes a la pequeña bolsa extendida frente a ella o en encontrar como distraer a la asaltante para poder salir ilesa de ahí; una idea algo loca detuvo sus acciones dejando confundida a Victoria.
"Que carajo estás haciendo, no te detengas o acaso quieres que te perfore la puta espalda" soltó Victoria en un tono nada delicado lleno de frustración.
Mariel no lo pensó dos veces y en un movimiento rápido se dio la vuelta aún sintiendo el agarre de Victoria sobre ella, quedando peligrosamente cerca del rostro de la mujer quien mantenía un semblante furioso con un toque de confusión. Mariel quedó sorprendida ante el angelito que estaba intentando de cometer un delito pues a pesar de que un ski-mask se interponía entre ambas no pudo evitar perderse un segundo entre ese par de ojos azules como el océano adornados con un par de pestañas casi perfectas; en un movimiento temeroso Mariel bajo la ski-mask de Victoria solo de la parte superior descubriendo sus pomposos labios moviendo su cabeza hacia adelante atrapando los labios de la asaltante entre los suyos moviendose de forma tranquila dandose cuenta que la peliblanca seguía ese ritmo.
De pronto el arma cayó de las manos de Victoria provocando que su extremidad se pose al otro extremo de la cintura de su contraria alargando el beso por unos segundos más; cuando este contacto termina Mariel aprovecha para empujar a la asaltante colocándose del otro lado del mostrador.
Victoria aún aturdida y confundida por las acciones anteriores imita su acción mientras levanta el arma y toma la bolsa de dinero a medio llenar preparándose para huir al escuchar el estruendo algunas sirenas acercarse, no sin antes dejar un último beso rápido en los labios de la chica quién se queda estática viendo como Victoria acomoda su ski-mask como la portaba al inicio y comenzaba a correr cruzando la calle sin cuidado.
Esta lectura puede ser tomada como una gran anécdota para Mariel o incluso para Victoria: así como puede extraerse tomándose como un consejo de que hacer si algún maleante con cara de angelito tiene la osadía de cometer un delito, o bueno, tal vez no. Nunca se sabe que pueda pasar después ya que el futuro es solo cosa de esperar.
- xoxo, love