Capítulo 15.

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"EL BESO"

Habían pasado varias semanas en las cuales no había consumido ni una gota de alcohol, estuve pasando mucho más tiempo con Bill y su banda; me enseñaron un par de hábitos que tenían ellos para cada concierto. Además de las charlas a la madrugar con el vocalista de Tokio Hotel, cuando podíamos salimos a dar unas vueltas por las ciudades (obviamente con guardaespaldas y toda la seguridad del mundo)

Actualmente Bill estaba recostado en mi cama mientras escuchaba como practicaba algunas canciones para el recital de mañana, era el último de la gira; por lo que era el más esperado por los fanáticos, ya que teníamos planeado un cambio de vestuarios para darle un cierre, junto a varios arreglos arriba del escenario.

Se sentía bastante la presión pero mantenía todo bajo control. Hoy era un día de descanso y algún que otro ensayo, pero cada uno por su cuenta; ya la gira llegaba a su fin, nos sabíamos las entradas, los solos y las letras de memoria.

—Me encanta verte tocar. —Su voz me llamo la atención nuevamente.

—Es irritante a veces tocar lo mismo.

—Pero eso te hace perfecta, estoy pensando en sacar a Tom y ponerte a vos en su lugar. —ambos reímos.

—Sabes que te mataría si llegas a hacer eso. —deje la guitarra en su lugar, luego la acomodaría para mañana. Aunque ya tenía las otras listas, podía elegir los colores tranquilamente.

Me recosté junto a él y lo abrace fuerte. ¿Qué iba a pasar cuando termine esto? No lo había pensado antes, habíamos estado meses enteros viajando, lo único que había hecho era aparecer arriba del escenario y hacer lo que me encantaba; pero todo llegaba a su fin, supongo que descansar y seguir componiendo junto a la banda. Iba a ser raro, salir de este ambiente pero iba a disponer de más tiempo para pasar con Bill, podíamos hacer algo distinto sin estar escondiéndonos de los paparazzis.

—¿Te parece si mañana nos vemos un rato antes de que te vayas a tu casa?¿Cómo una despedida, ya que nosotros tenemos unos días más de gira?

—Sí, después vamos a tener algo de tiempo para vernos, total somos vecinos. ¿o lo olvidaste?

—Jamás, la vecina irritante. —rio un poco, solía ser algo irritante, pero ellos tampoco cooperaban.

—Ahora lamento tener que echarte, pero debo descansar para mañana brillar más que todos ustedes.

—Me quedo hasta que te duermas "estrellita", no quiero que te vayas. Aunque no creas te voy a extrañar.

—Hay veces que sos un pimiento. Te haces el picante y sos dulce.

—Sos rara. Ahora acostate que tenes que dormir.

Sentí como me abrazaba. Mis sentimientos hacia él eran confusos, tenía que ponerme a pensar que realmente que quería; que iba a hacer de mi vida, mis amigos, la banda, Bill. Muchas cosas enredadas en mis pensamientos, en estos momentos hubiera optado por tomarme unas cervezas para no sobrepensar tanto, pero ya no era así tenia que afrontar las cosas como una mujer; poner los pies en la tierra. Al cabo de unos minutos, concilié el sueño; él me causaba paz.

A la mañana siguiente, más exactos al mediodía; Carla me desperto lentamente, lo que era raro en ella, siempre me despertaba a los gritos o abriendo bruscamente las cortinas o puerta.

—Daila, te deje dormir un rato más. Cuando entre había un chico, el de la otra banda.

—Ohh, no pienses mal, somos amigos nada más, se quedo haciéndome algo de compañia. —sonreí, habíamos dormido juntos toda la noche.

La rivalidad que nos une. (Bill Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora