La rivalidad que nos une. (Bill Kaulitz)

Capítulo 19.

"Era el día"

—¿Y esas flores? –escuché a Georg con duda.

—Son para Daila, la quiero invitar a una cita.

—Estas todo un romántico, ¿lograste hablar con ella?

—Si, fue difícil pero al final se pudo.

Arrancamos a caminar para la calle saliendo de mi hogar, ellos se estaban yendo a sus respectivos caminos; nos reunimos para poder debatir todo sobre el tema de la banda hacia un tiempo más prolongado, ya que ahora estábamos de vacaciones y planeando las siguientes producciones. También hablando de que iba a ser de nuestra vida en unos meses que nos graduamos de la secundaria, si alguno se iba a ir de la provincia para poder estudiar o seguiríamos con la banda dedicándonos al cien porciento.

Por un lado estaba seguro de que la banda era lo que quería realmente para mi vida, pero ese no ere mi asunto, quería independizarme al graduarme; empezar a ser yo y obviamente poder incluir a alguien en mis planes a futuros.

Golpeé la puerta de la casa de Daila, esperando que ella saliera, pero no fue así; su papá me recibió, dejo que subiera hasta su habitación en la cual se la escuchaba practicar unos cuantos acordes, llame a la puerta y ahora si fue la chica quien me abrió:

—Hola, ¿qué haces aquí? No te esperaba.

—Quería invitarte a salir, ¿Vamos? —Todo nervioso hable, mientras le daba las flores.

La chica entusiasmada dijo que si, se arreglo un poco y salieron los dos jóvenes caminando agarrados de la mano, el bar al que fueron estaba lleno de gente las cuales los reconocieron al instante. Luego de varias fotos y autógrafos pudieron disfrutar de una hermosa velada.

Cuando se hizo tarde volvieron los dos juntos nuevamente de la mano, la noche era agradable, una leve brisa movía sus cabellos y los acompañaba a su ritmo.

Al llegar a sus hogares, ambos se dieron un dulce beso de despedida del cual ninguno se quería separar.

Al cabo de cuatro meses saliendo con Daila y con mis planes a futuro bien claros, sentía que era el día de preguntarle si quería ser mi novia. Estaba enamorado de ella desde hace tiempo y lo reforcé en este tiempo que pasamos juntos.

Al salir de una sesión de fotos para una revista, le mande un mensaje de que este lista para las ocho de la noche que iríamos a un restaurante fuera de la ciudad. Ya tenía el lugar reservado y una idea en mente.

Pase por ella al horario pactado, cuando la vi estaba más hermosa de lo normal, un vestido negro y una botas acorde; ese día era el indicado, lo presentía.

Luego de comer, fuimos a dar unas vueltas en auto, y me estacioné en una colina donde se veía toda la ciudad; le hice señas para salir y nos sentamos a admirar nuestra ciudad; la cual no sabíamos si seguiríamos estando acá en un mes que nos graduamos todos.

La envolví en mis brazos y mientras nos mirábamos, con mucho miedo a la respuesta, hablé:

—¿Me permitirías ser tu novio y poder hacerte la mujer más feliz de este planeta?

Sus ojitos se iluminaron y con una hermosa sonrisa me dijo que "si", oficialmente estaba en una relación con la persona que menos me iba a imaginar hace unos meses atrás, pero a la que estaba perdidamente enamorado en el presente.

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Holaa, se acerca el finallll. ¿Cómo andan?

No se olviden de votar y comentar, que eso me ayuda mucho. 

att. su escritora Giuli. ❤️