Una metamorfosis real
Me desperté sobresaltada. La habitación se iluminaba por la entrada del sol. Me sentía agotada, como si hubiera pasado la noche en vela. Tardé varios segundos hasta recordar los sucesos más recientes. Giré la cabeza hacia un lado, estaba sola en la cama. Me miré a mí misma, estaba vestida con el camisón.
¿En qué momento me vestí? Estaba desnuda anoche cuando... ¿En qué momento me dormí?
Las respuestas tardaron unos segundos en llegar a mi cerebro, los sucesos con Lyota sí habían ocurrido. Los sucesos con Ilan... la relación sexual, mi primera vez como mujer... ... eso jamás sucedió, todo había sido parte de un sueño.
Me senté en la cama, y poco a poco mi mente se fue aclarando: luego de mi breve encuentro con Lyota, me quedé dormida, e Ilan jamás me visitó. Suspiré ¿aliviada? No estaba segura, el significado del sueño mi intrigaba ¿Por qué lo había soñado?
Me tomé la cabeza, estaba confundida. Pero me sentía distinta, había algo diferente aunque no lograba darme cuenta de qué era. Pensé que un poco de agua, aliviaría los malestares. Posé los pies sobre el frio suelo de roca haciendo mi cuerpo estremecerse.
Di unos pasos hacia mi objetivo, otra vez una sensación rara ¿qué es lo que está diferente? Un nuevo paso. Otra vez. Era un sentimiento de vacío, pero no un vacio metafórico, si no físico. Había un vacío en mi cuerpo, localizado en mi entrepierna. Al caminar se sentía distinta, completamente distinta.
Me toqué por encima de la ropa, mi ingle estaba diferente, muy diferente. No estaba listo para verlo con mis propios ojos, pero necesitaba confirmarlo. Volví a respirar hondo. Fui levantando el camisón con lentitud. Mi entrepierna estaba cubierta por la ropa interior, a simple vista no sobresalía nada como antes había notado, al contrario la bombacha parecía ajustarse perfectamente a mi anatomía. La bajé, y entonces confirmé lo que ya imaginaba, el último cambio, el último vestigio de masculinidad había desaparecido. Donde antes estaba mi pene, ahora se había formado una vagina.
Había pensado en aquel momento muchas veces, creía que enloquecería cuando finalmente fuera cierto. Pero nada de eso sucedió, simplemente me quedé observando mi nuevo cuerpo, uno más armonioso, que no podía negar.
También mi vista quedo prendida de mis nuevos genitales. No es que nunca hubiera visto una, pero reconocerla como parte de mí era sumamente extraño.
No resistí la tentación de tocarlos. Al tacto eran tan diferentes de los anteriores. Fui un poco más en profundidad y mi cuerpo se estremeció, como si una electricidad recorriera mi cuerpo, una electricidad que no lastimaba. Solté un gemido involuntario.
Me detuve, eran muchas experiencias juntas, recién estaba asimilando mi nuevo cuerpo, no creía estar lista además para experimentar un orgasmo.
Sentía mi cuerpo sudado, aunque no apestaba sentía la necesidad de asearme. Una vez hecho, me coloqué nueva ropa y un vestido. Quizás era mi impresión o no, pero me parecía que la ropa ahora se ajustaba mejor a mi cuerpo.
Con una mezcla de sensaciones bailando por mi cuerpo, salí de mi habitación. Me sorprendió la presencia del oráculo casi frente a mi puerta. Me miró de arriba abajo, como examinándome.
–Al fin la metamorfosis es completa –sonrió de una manera que me intimidó.
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La princesa interior
RomantikLas fuerzas del mal crecen en la oscuridad y amenazan romper con la paz. Se ha profetizado que la princesa Anastasia, reencarnaría si el reino de Riverlane corre peligro, ya que solo ella puede salvarlo... pero la princesa ha renacido en otra realid...