Capítulo 23: Uno de esos Días

29 6 0
                                    


Hoy había sido uno de esos días. Había planeado salir de Quantico a las cinco de la tarde para volver a casa, dejar a Avery con Sophie un rato más y sorprender a Emily con la cena. Poco sabía que dos de los casos en los que había estado consultando requerirían toda su atención hasta mucho después de las siete. Finalmente, llamó a su novia, que se había ido antes, y le dijo que se vistiera. Su estado de ánimo se hundió aún más cuando ella expresó que no estaba de humor para salir. El embarazo le pasaba factura más de lo que jamás admitiría, pero no podía ocultar su cansancio. De alguna manera, él la había convencido de que viniera de todos modos, pero a estas alturas, probablemente ella ya estaba paseando con impaciencia por el pasillo.

Derek acababa de sacar su coche del aparcamiento del edificio del FBI cuando su teléfono empezó a sonar. Con un suspiro, contestó, sabiendo muy bien que ella se molestaría.

—Estoy en camino. Treinta minutos más.

—Bueno, no creo que podamos salir. Sophie recibió una llamada y tiene que ir a ayudar a su hijo.

—No, no puede ser.

—Ya le dije que se fuera. Estaba muy apenada, pero prometió que cualquier otra noche funcionaría bien.

—No, no entiendes, cualquier otra noche no funcionará. Después de todo, me llevó un buen mes conseguir la reserva en el elegante restaurante.

—Derek, es su hijo. Sabes que tú o yo haríamos lo mismo por Avery o por este pequeño.

Dejó escapar un gruñido de frustración.

—Podemos ver una película. De todos modos, realmente prefiero no salir.

—Simplemente no te cambies todavía. Voy a arreglar algo.

Con eso, le colgó. Probablemente ahora ella estaba frustrada con él, pero no había forma de que renunciara a la reserva. Su mano marcó otro número rápido en su teléfono.

—Niña, necesito un favor —dijo tan pronto como ella contestó.

Por mucho que te amo, ahora no es el momento. —Derek cerró los ojos por una fracción de segundo mientras escuchaba la voz de Kevin de fondo.

—Necesito que cuides a Avery solo unas horas.

Oh, a mí también me encantaría, pero Kevin organizó esta cena a la luz de las velas y consiguió mi película favorita.

—Es realmente importante.

¿Le pasa algo a Emily?

—No, ella está bien, pero yo realmente... —Se detuvo a mitad de la frase—. Sabes qué, no importa.

Colgó, contemplando a quién más podría pedirle ayuda. Finalmente, sus pensamientos terminaron en la única opción real que veía. Todos en el equipo tenían a alguien o algo que hacer.

Será mejor que esto sea bueno, Morgan —Rossi sonaba de todo menos divertido al contestar su llamada.

—¿Puedes cuidar a mi hija durante dos horas?

¿Qué?

—Lo has oído bien.

¿Y tú me llamas a mí? ¿Qué pasa con García o JJ, alguien que esté loco por los niños?

—Están ocupados. Escucha, Rossi, esto es muy importante. Tengo una reserva en 30 minutos en un restaurante de lujo y ya se me está haciendo tarde. ¿Puedes ir a mi casa y relevar a Emily para asegurarte de que no se convierta en sudaderas?

Cambios de toda una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora