Prólogo

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Sus pasos resonaban entre las hojas secas de los árboles caídos del bosque, a cada paso, se escuchaban las respiraciones agitadas de la tejón. Era de madrugada, dónde el frío de la reciente lluvia torrencial de la tarde se sentía mortífero. Sin embargo, Sticks the Badger parecía ser inmune a las condiciones climáticas, pués estaba caminando a toda velocidad y sin una prenda por encima para protegerse del frío.

¿Que hacía ahí? Realmente ni ella lo sabe. Había salido a toda velocidad de su madriguera sin poder evitarlo. Las emociones la estaban matando poco a poco. Era parte del tratado que había echo, su pequeño castigo por no haber cumplido con su sentencia.

Todos conocían a la dulce tejón que protege a todos sus amigos, la mejor amiga de Amy, la paranoica que siempre está obsesionada con los aliens. Pero nadie sabe de verdad que es lo que ella hace cuándo el sol se pone en el horizonte. Ella escapa al bosque cuándo ya no puede aguantar más su lado oculto.

Terminó por desplomarse en el suelo, sin fuerzas para continuar caminando. Aquella sensación de cansancio y esa hambre interminable la carcomía desde dentro de su jóven cuerpo. No podía ni mantenerse de pie, pués los mareos constantes la comenzaban a matar. Si no llegaba al claro antes del amanecer, posiblemente terminaría muriendo de hambre. Sin embargo, las fuerzas de su cuerpo parecieron ser drenadas, sus músculos ya no respondían, temblaba cada que intentaba un solo movimiento, estaba acabada.

Para colmo, el cielo estaba comenzando a aclarse poco a poco, lo que significaba que ya no le quedaba tanto tiempo. Todo el esfuerzo del mundo para nada. Amy va a estar destrozada cuando sepa que su amiga murió de forma misteriosa en el bosque.

Cerró los ojos, dejando que las lágrimas de frustración llenaran sus ojos. Oh, Amy, la extrañaría tanto. Ella fué la única persona que no la vió con miedo por su naturaleza salvaje, más bien la vió con comprensión y cariño. Fué la única amiga que tuvo desde que se asentó en la tierra.

Soltó un largo suspiro, rindiéndose ante su inevitable destino.

Todo se volvió oscuro.

...

— Patética tejón — Escuchó una voz que murmuraba muy lejos de sus oídos. ¿Estaba soñando acaso? ¿Estaba muerta?

Un líquido frío fué lanzado a su rostro, haciéndola despertar inmediatamente. Comenzó a respirar agitada al momento de recuperar por completo el control de su cuerpo. ¿No estaba muerta?

Sus ojos zafiros comenzaron a observar a su alrededor, encontrándose con las púas de un erizo que hace dos meses había atacado su villa.

— ¿Shadow? — Murmuró confundida, ¿Que hacía él ahí?

El erizo no respondió ante su llamado, decidió ignorarla teniendo su mirada constante sobre él. Shadow tomó un cuenco que a saber de dónde lo había sacado, para seguido tomar agua del claro que habia bajo sus pies. Sticks se fijó con gran sorpresa que se encontraba en el claro que estaba buscando.

Shadow estiró su mano con aquél cuenco, entregándolo.

— Toma.

Sticks, un tanto confundida por su acción tan amable, tomó el cuenco entre sus garras, para dirigirlo a su boca y saborear el agua fría y mágica que tenía este claro. El líquido bajó por su garganta, dándole una sensación de alivio tan abrumadora que terminó suspirando de una forma extraña. Bajó su mirada al suelo, limpiando sus labios mojados.

Notó que cerca de ella, Shadow se mantenía sentado a unos centímetros de la tejón, observando en silencio el claro, como si estuviera perdido en sus pensamientos. Era más interesante estar en su mente que aceptar la realidad misma.

Sticks decidió no romper ese suave silencio, rindiéndose ante la paz que ambos tenían en ese momento. Aunque su curiosidad le hizo observarlo de reojo, notando con hábil sorpresa algunos cambios que Shadow tuvo en su cuerpo desde la última pelea que tuvieron en su villa.

De alguna forma, Shadow tenía varias heridas en su cuerpo que parecían recientes, como si se hubiera metido en una pelea en algún momento. Aunque algunas marcas hacían que Sticks dudara de si de verdad se metió en una pelea, pués habían marcas de mordidas alrededor de su cuello y caderas. Shadow de echo traía una bufanda algo desgastada para intentar cubrir las marcas, aunque no sirvió de mucho, pues los ojos zafiros de Sticks notaron con detalle las marcas que hacían evidencia a... Un encuentro... delicado.

Sticks alzó una ceja ante ese pensamiento.

— ¿Puedes dejar de mirarme tanto? — Atacó Shadow con un poco de brusquedad, aunque manteniendo un tono monótono.

Sticks desvió su mirada al agua que subía y bajaba a las costas dónde estaban ambos sentados. El sonido era relajante.

— ¿Me salvaste? — Por fin decidió preguntar, dejar salir su curiosidad ante la interrogante que tanto la carcomía.

El erizo agitó una oreja, mordiendo sus labios.

— Si...

— ¿Por qué?

Rayos, Sticks era un persona muy curiosa, eso no podía negarlo. Shadow no respondió ante la pregunta, se mantuvo en total silencio observando el lago en una expresión neutral.

— Pensé que no te agradábamos — Comentó de forma casual.

— No lo hacen.

— ¿Entonces por qué me salvaste? — Volvió a indagar. Shadow suspiró un poco fastidiado, no era un secreto que Sticks fuera bastante energética en todo —. O mejor... ¿Cómo sabías que necesitaba el agua de este claro?

Ese era el tema que más le intrigaba. Nadie sabía el secreto que Sticks ocultaba en lo más profundo de su alma, nadie sabía que Sticks necesitaba el agua clara y limpia de este claro para poder sobrevivir diariamente. ¿Como lo supo?

El erizo chasqueó la lengua.

— Puedes engañar a todos tus amigos, pero a mi no — Sticks entrecerró los ojos con confusión. Los ojos rubíes de Shadow se fijaron en sus zafiros con una suavidad inusual en ellos —. ¿Por qué le ocultas a todos tus poderes, si eres capáz de destruir a todos en un segundo?

Sticks abrió los ojos de par en par, horrorizada porque su secreto era fielmente sabido por ese erizo entrometido. Reuniendo su fuerza, se lanzó encima de Shadow de forma agresiva, para acorralarlo en el suelo. Hizo acto de presencia una daga en sus manos, para colocarla en el cuello del erizo intentando amenazarlo.

Shadow se mantuvo con una expresión neutral, sin demostrar la más mínima expresión de temor ante el posible fin de su vida.

— ¿Cómo demonios lo supiste? ¿Quién eres? — Preguntó bruscamente, colocando la daga en el cuello de Shadow —. ¿Cómo rayos supiste que yo...?

— Vi tus marcas. — Reveló, observándola fijamente a sus ojos zafiros —. Cuándo te encontré esta madrugada, estas estaban libres, brillando con claridad. Soy la forma de vida suprema, obviamente sé que significaban estas marcas y el porqué las tienes tú.

Sticks volvió a amenazarlo, algo asustada por dentro.

— ¿Por qué me salvaste? — Volvió a preguntar por tercera vez en esos minutos. Shadow parpadeó lentamente hacia la tejón, sintiendo sus emociones aterrorizadas por el miedo a ser descubierta.

— Porque sé como te estás sintiendo.

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¡Bienvenidos a esta historia echa con mucho amor para los que la lean!

De seguro tienen varias dudas sobre la naturaleza de Sticks (Y quizás también por el encuentro delicado que mencionó Sticks atrás). Pero, tranquilos, esas dudas se irán respondiendo más adelante según vaya avanzando la historia.

Pero diciendo un pequeño Spoiler no tan spoiler; Todo esto se debe a un headcannon extraño que tengo sobre Sticks y sus teorías.

¡Disfruten la historia!

𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐄𝐲𝐞𝐬 || Shadsticks AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora