Ella, una tejón caótica y paranoica que se caracteriza por proteger a sus mejores amigos. Él, un erizo amargado que jamás consideraría una amistad con alguien. Ambos eran mundos diferentes, tan diferentes que ninguna persona creería que entre ellos llegaría a existir algo tan grande como una amistad. Es difícil, pero fueron esas diferencias que hicieron que ambos sintieran sus pechos comprimidos, cuándo ambos se vieron reflejados en sus ojos.