Capítulo 22

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Él se sentó en su cama, mirando el suelo con nostalgia debido a la reciente conversación que mantuvo con el erizo.

Era consciente que Sonic ya había partido para su habitación, lo supo apenas vió como las luces habían sido apagadas. Sin embargo, aún seguían unas pequeñas velas en la mesa del centro que iluminaba entre los orificios de la puerta cerrada de madera.  Elevó su mirada hacia al frente, para ver otra cama similar a la de él justo al otro lado de la habitación, dónde descansaba la tejón de ojos zafiros que había echo todo un lío con los sentimientos de aquél azabache.

Ella dormía plácidamente en aquél lugar, sin estar consciente del caos que armaba con solo su presencia física.

Shadow suspiró mentalmente, mientras sentía su corazón comprimido en su pecho en un tenue calor. Se levantó de su cama por mero impulso, para dirigirse lentamente hacia Sticks, cuidando sus pasos en silencio para no despertarle.

Se detuvo a su lado, viendo a la tejón desde una altura segura. Ella dormía con la boca ligeramente abierta, soltando pequeños ronquidos que casi no podían ser escuchados a menos que estuvieras realmente cerca de ella. Shadow se sentó en el borde de la cama, estando a una distancia que sabía que no la despertaría ni molestaría.

El cabello de Sticks estaba suelto, se lo habían soltado apenas se había desmayado, en un intento de refrescarla más por el caluroso ambiente. Pero, al parecer ninguno se había dado cuenta de la imagen tan diferente de Sticks con su cabello suelto.

Sus mechones caían por su frente, algunos pegándose a su mejilla y dándole una apariencia tierna.

Shadow sintió como sus mejillas se acaloraban.

¿Por qué la mera imagen de ella podía hacerle sentir así? ¿Abochornado? ¿En serio estaba enamorado de ella?

Shadow elevó su mano derecha hasta su pecho, enredando sus dedos entre su pelaje blanco. Pulsó su mano contra su busto, solo para confirmar lo que él quería escuchar con acciones. Su corazón latía con fuerza, mientras un calor tenue calentaba alrededor de aquella zona. No necesitaba palabras para saber lo que aquél órgano quería decirle.

Sticks, ¿Que habías echo con él?

Bajó su mano de aquél lugar, para admirar nuevamente a la tejón tan pacífica. Tanto tiempo sin darse cuenta que aquellas sensaciones nuevas que jamás había experimentado, era amor. Amor.

Estaba enamorado, mierda. Estaba enamorado.

Y le aterraba. Le aterraba estar en este estado. Le aterraba verse débil. Le aterraba perderla.

Un dolor demasiado punzante chocó contra su dolido corazón, sintiendo un nudo en su garganta que hizo humedecer sus ojos rojizos. El apretó sus labios, mientras aguantaba aquellos jadeos que hacía cuándo lloraba. Desvió su mirada de el cuerpo dormido de Sticks, solo para colocar su mano tapando su boca.

Tenía miedo. La forma de vida definitiva tenía un miedo desgarrador que lo hacía estremecerse.

Diría que había caído bajo y que era bastante estúpido su estado, pero Shadow sabía que no podía insultarse a sí mismo por esto. Él mismo era consciente que esto iba a pasar, María se lo advirtió, le dijo que tenía sentimientos y sufriría en el amor. Todos sus conocidos se lo dijeron. 

Le dijo que el amor significaba sufrimiento. Significaba pérdidas, significaba lágrimas. Pero que al final, todo ese sufrimiento sería recompensado con felicidad. Una felicidad infinita que haría que todos esos eventos y lágrimas en verdad valieran la pena.

Pero Shadow era consciente, él no merecía ser feliz. No con Sticks.

Su felicidad significaba la muerte de las personas. Y eso no podía ser más amargo.

𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐄𝐲𝐞𝐬 || Shadsticks AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora