Capítulo 46: Legado

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La batalla había terminado. La Sombra Roja finalmente había sido derrotada. El aire, que antes estaba cargado de peligro y muerte, ahora se sentía más ligero, como si el mundo estuviera exhalando un suspiro de alivio. Pero a pesar de la victoria, el peso del sacrificio de Liam todavía colgaba pesadamente en mi corazón. No había tiempo para lamentaciones, porque Alaric, con su conocimiento inquieto, ya estaba trazando el camino hacia nuestro próximo destino.

El viejo guardián nos llamó con urgencia. Sin decir una palabra, nos guio por el bosque que rodeaba el campo de batalla, moviéndose con la precisión y la determinación de alguien que conocía el camino, aunque para nosotros era un misterio. Ninguno se atrevió a preguntar a dónde nos llevaba, el agotamiento y la confusión cargaban demasiado en nuestras almas.

Finalmente, llegamos a un claro donde se alzaba un antiguo portal. Sus arcos de piedra negra eran imponentes, cubiertos de runas y símbolos que emitían un leve resplandor. Era uno de los cinco portales que, en épocas remotas, habían dividido Eternal, fragmentando nuestro mundo en pedazos. Alaric se detuvo frente a él, volviéndose hacia nosotros con una expresión seria.

"Este es uno de los cinco portales que mantienen a Eternal dividido," comenzó a explicar. "He estado trabajando en silencio para encontrar la forma de restaurar Eternal, pero nunca pensé que llegaría tan pronto. Hoy, gracias a vosotros, ese día ha llegado."

Jake, Cass y yo nos miramos con sorpresa. No esperábamos que, después de todo lo que habíamos pasado, una misión más estuviera esperándonos. La idea de restaurar Eternal, algo que parecía un sueño imposible, de repente se volvió tan real que casi podíamos tocarlo.

"Necesitamos activar los cinco portales simultáneamente," continuó Alaric. "Cada uno de vosotros deberá encargarse de uno. Pero antes, necesitamos a Dafne, para que podamos activar los 5 a la vez, cuando el sol se ponga, los 5 bajaremos la palanca y los portales se activarán."

El nombre de Dafne trajo consigo una ola de tristeza que no habíamos tenido tiempo de procesar. Recordé a Liam, su sacrificio, y cómo había decidido morir en ese limbo para que Jake pudiera regresar. Teníamos que enfrentar a Dafne y su familia, no solo con la noticia de la restauración de Eternal, sino también con la devastadora verdad de que Liam no volvería.

Nos dirigimos hacia la casa de Liam. La caminata fue larga y silenciosa. Cuando finalmente llegamos, vi a Dafne esperando junto a sus padres. Había una gran tensión en el aire, por todo lo que había sucedido.

Cuando nos vieron entrar, Dafne cayó de rodillas, las lágrimas corrían por su rostro mientras sus padres la abrazaban con fuerza, compartiendo su dolor. No había palabras que pudieran aliviar su sufrimiento, pero intenté ofrecer algo de consuelo.

"Liam murió como un héroe. No lo hizo solo por nosotros, sino por todos. Quería que Eternal tuviera una oportunidad de ser restaurado, que tú y todos los demás pudieran vivir en un mundo en paz."

Sus padres, con los rostros descompuestos por el dolor, asintieron con gratitud:

"Nuestro hijo... siempre fue especial, pero nunca lo comprendimos," dijo Coral entre sollozos. "Siempre lo vimos como un niño problemático, pero ahora entiendo que era más fuerte de lo que jamás imaginamos."

Pletnius, normalmente una persona insensible, tenía los ojos llenos de lágrimas. "Perdimos a nuestro hijo, pero si su sacrificio significa la restauración de Eternal, entonces no habrá sido en vano."

Después de lo que pareció una eternidad de lágrimas y abrazos, Dafne se levantó, limpiándose las lágrimas. "Liam quería esto, no voy a fallarle. Si su sacrificio significa algo, es que debemos acabar lo que él quería terminar."

Nos dirigimos a los portales. Cada uno de nosotros ocupó su lugar, sabiendo que lo que estábamos a punto de hacer era lo que la sombra roja había querido usar para hacer el mal. Activamos los portales simultáneamente, y en un destello de luz, Eternal comenzó a renacer. El suelo bajo nuestros pies vibró, y a lo lejos, vimos cómo las tierras se unían, los fragmentos dispersos encontraban su lugar otra vez.

Cuando todo estuvo completo, destruimos los portales para que nunca más pudieran ser activados. Nos reunimos en el centro del bosque de Eternal. Era un momento solemne, pero también había una sensación de logro y de cierre.

"¿Y ahora qué?" dijo Jake con una sensación de vacío en su corazón. "¿Que haremos con los anillos, con la espada y con todo esto que ha causado tanto caos?"

Todos nos miramos, sintiendo la necesidad de evitar que estos causasen más daños. Los anillos, la espada... eran poderosos, pero también peligrosos. No podíamos permitir que cayeran en manos equivocadas, ni que fueran usados de nuevo para el mal.

"Sé exactamente lo que hacer con eso Jake" respondió Alaric como si hubiera estado esperando este momento. "El mundo mágico os agradece profundamente por todo lo que habéis hecho. Sin vosotros, Eternal seguiría dividido, y la sombra roja estaría sobre nosotros."

Nos miró a cada uno de nosotros con una expresión seria, pero llena de respeto y admiración. "Queremos hacer algo por vosotros, algo que asegure que vuestro sacrificio y valor no sean olvidados, y que también proteja a Eternal en el futuro."

Nos quedamos en silencio, atentos a lo que Alaric iba a decir. Sentíamos que, después de todo lo vivido, él tenía la solución que todos buscábamos.

"Junto a Elara" continuó Alaric, "Hemos decidido crear una estatua en vuestro honor. Será una estatua mágica y enorme, colocada en el centro de Eternal, donde todos puedan verla. Pero no será una simple estatua; será un monumento que portará vuestros anillos y la Espada Olímpica. Gracias a la magia de Elara será imposible liberarlos a menos que seáis vosotros quienes lo hagáis."

Sentí un nudo en la garganta al escuchar esas palabras. No solo por el honor que significaba, sino porque implicaba que los anillos y la espada, con todo su poder, quedarían finalmente seguros, protegidos por la memoria de quienes luchamos por Eternal.

Jake, Cass, y yo intercambiamos miradas, sabiendo que esto era lo correcto. No podíamos permitir que esos artefactos volvieran a desatar el caos. La estatua sería un símbolo de lo que habíamos logrado y un recordatorio eterno de lo que estaba en juego.

"Es una gran responsabilidad," dijo Cass en voz baja, "Pero también es un alivio saber que estarán seguros."

Alaric asintió. "Vuestros nombres y vuestras hazañas serán recordados por generaciones. La estatua no solo será un monumento a vuestro valor, sino también una barrera contra cualquier futuro mal que intente resurgir."

Jake respiró hondo y luego sonrió, aunque sus ojos reflejaban aún el dolor de las pérdidas. "Es lo mejor que podemos hacer. Que el sacrificio de todos no sea inútil."

Y así, con el destino de los anillos y la espada decidido, nos quedamos un momento en silencio, absorbiendo la tranquilidad que teníamos después de lo que habíamos hecho y decidido. Sabíamos que, aunque habíamos salvado Eternal, la vida continuaría, y nuevas amenazas podrían surgir, pero estábamos seguros de que ya no viviríamos nada igual.

EL BOSQUE DE MYSTVALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora