Capítulo 37: Vínculos

7 2 0
                                    

El amanecer trajo consigo un silencio tenso, una calma inquietante que pesaba sobre nosotros como un augurio de lo que estaba por venir. Después del día agitado que tuvimos, Alaric se acercó a mí con una mirada audaz, sus palabras estallaron con una gravedad que no había mostrado antes.

"Necesitamos despertar tus anillos ahora, antes de que sea demasiado tarde," me dijo con una firmeza que no admitía discusión. "El poder que contienen es esencial para lo que estamos por enfrentar. Liam... él tiene conocimientos que pueden ser útiles en este proceso. Quiero que venga contigo. Y... Cassie también necesita despertar los suyos."

Asentí, sintiendo el peso de la responsabilidad que me estaba encomendando. "Lo haré, pero ¿Qué hay de Jake?"

Alaric hizo una pausa antes de responder, sus ojos se oscurecieron con una sombra de culpabilidad. "Jake no tiene anillos asique no es necesario que venga. Todo a su tiempo, en un futuro será necesaria su presencia, pero por ahora, nos enfocaremos en ti y en Cassie."

Me marché en busca de Cass, sintiendo un nudo en el estómago. La encontré en una de las habitaciones más seguras de la fortaleza, acurrucada en un rincón. Su rostro mostraba un cansancio extremo, una mezcla de agotamiento físico y emocional que reflejaba todo lo que habíamos vivido todos estos meses.

"Cass," le dije en voz baja, casi dudando en interrumpir su momento de paz. "Alaric cree que es hora de despertar los anillos. Necesitamos que vengas para despertar también los tuyos."

Ella me miró, y en sus ojos pude ver la lucha interna que estaba librando. Sabía lo importante que era, pero también podía ver que estaba al borde de romperse. Con un suspiro tembloroso, Cass me entregó los anillos, sus manos temblaban ligeramente. "Hazlo tú por mí," murmuró, evitando mi mirada. "Estoy demasiado cansada... Solo asegúrate de que no les pase nada malo."

La miré, sintiendo una punzada de preocupación por ella, pero sabía que insistir no serviría de nada. "Está bien. Descansa. Prometo que haré todo lo posible."

Cass asintió lentamente, y se retiró a la cama mientras yo me quedaba sosteniendo sus anillos, sintiendo el peso de la responsabilidad que ahora recaía sobre mis hombros.

Dejé que Cass se quedara con sus pensamientos y fui a buscar a Liam. Lo encontré en una celda improvisada, donde lo habíamos encerrado después de que lo capturamos. Su rostro mostraba signos de cansancio, pero había algo más en su expresión, una mezcla de arrepentimiento y determinación que no había visto en él antes.

"Liam," le dije, abriendo la puerta de la celda. "Necesito tu ayuda para despertar los anillos. Es ahora o nunca, tu padre va a destruir todo lo que conocemos, incluso posiblemente a nosotros también."

Me miró con una mezcla de sorpresa y desconfianza, pero al final aceptó, levantándose de su rincón oscuro. "Lo haré. Pero ten en cuenta que esto no es un juego. Despertar esos anillos... es peligroso. No sabemos qué podría pasar."

"Lo sé," respondí con firmeza. "Pero no tenemos otra opción."

Juntos, salimos de la fortaleza y nos dirigimos a la ermita de la Sombra Roja. El viaje fue tenso, y aunque ambos intentamos mantener la compostura, había una corriente subterránea de emociones entre nosotros que no podíamos ignorar. El camino era estrecho y estaba lleno de obstáculos, como si el propio bosque intentara detenernos. El aire estaba cargado de electricidad, y cada crujido de ramas bajo nuestros pies parecía resonar como un eco en la enormidad del lugar.

Mientras avanzábamos, Liam y yo intercambiamos algunas palabras, pequeñas conversaciones que parecían superficiales, pero que escondían un torbellino de emociones bajo la superficie. En algún punto, nuestras manos se rozaron accidentalmente, y en ese pequeño contacto, sentí una chispa de algo que me hizo dudar. Había una tensión palpable entre nosotros a pesar de lo ocurrido en la estación, una mezcla de remordimiento, atracción y el peso de nuestras decisiones pasadas.

EL BOSQUE DE MYSTVALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora