Capitulo 3

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NO SOY UNA MALDITA LESBIANA

Pero ella te ha elegido a ti. 

Enciendo mi móvil, accedo al navegador y antes de teclear vuelvo a presionar el botón lateral que bloquea la pantalla. 

Esto apesta. ¿Realmente quiero conocerla? 

Bien, quizá lo poco real que hay en internet me sirve para sobrevivir en una cita con su majestad. Debo dejar el maldito drama y buscarla de una vez. 

Tecleo los cuatro dígitos que me dan acceso al teléfono y las letras coloridas del navegador me reciben. 

“Busca o escribe una dirección web” 

Respiro hondo. Aquí vamos. Después de introducir ese nombre ya no hay vuelta atrás. El internet del hotel, siempre con una calidad execrable, esta vez responde sorprendentemente rápido, presentándome una gran variedad de resultados. 

Vaya, sí que tiene buenas razones para actuar como reina. 

Marta de la Reina. Fundadora Gelecek, CEO de Hipernova y TrakOG. Considerada una visionaria cuyas empresas tienen como misión cambiar el mundo de forma drástica.

Ver la cifra en la que se estima su fortuna me provoca dolor de estómago y prefiero dejar el teléfono a un lado. 

¿Soy capaz de tener una cita con la mujer que básicamente representa todo lo que deseo alcanzar en la vida? 

O tal vez lo que debo preguntarme es: ¿Por qué Marta de la Reina quiere una cita conmigo? 

¿Hasta qué punto exagera el internet con ella? 

Bien, esas respuestas no las conseguiré dando vueltas en la cama. Necesito a la imbécil de Claudia ahora mismo. 

—Iré —declaro provocando que mis amigas, quienes están cada una con su teléfono sin hacer nada importante, den un salto— voy a salir con Marta de la Reina. 

Eso sonó extraño. 

—¡Gracias, Dios! —exclama Laura poniéndose de pie— ve a darte un baño, debes arreglarte muy bien. 

—Falta mucho para la cena. 

¿A qué hora cena una mujer como Marta de la Reina? 

—Ese desastre en tus cejas necesita días completos —dice Hanna, burlescamente. 

Le dirijo una mirada de pocos amigos antes de levantarme. Voy a ser muy honesta, el poder de Marta ha motivado esta repentina decisión, es una imbécil de dimensiones exorbitantes, pero también es la dueña de Hipernova, ¡una agencia privada de investigación espacial! Y yo soy una estudiante universitaria cuyo título de ingeniero servirá para hacer piñatas si me alejo de personas como ella. 

Aunque enfrentándome al espejo, dos horas después, ya resulta complicado mantener mi decisión. 

—Parezco un simio usando vestido. 

Debo enlistar mentalmente las razones que me llevaron a aceptar esta cena, y hay una por encima de todas, Claudia no puede ir en mi lugar. Marta de la Reina me ha elegido y eso debe significar algo, obviamente no para ella (es una engreída todopoderosa), pero sí para mi futuro. Lo repito al mismo tiempo que mi cabeza dibuja la imagen de sus ojos. 

Tiene ojos lindos. ¿Por qué sería malo que los recuerde? 

—Mi cuerpo es extraño —murmuro pasando las manos por mi cintura, no me acomodo en este ridículo vestido. 

Hanna se ríe con ganas, disfrutando el espectáculo de ver tan arreglada a una chica como yo, difícilmente me paso un peine por la cabeza y ahora hasta debo utilizar tacones. Joder, ¿Realmente es necesario? ¿Quién fue el idiota que impuso estas ridículas formalidades? 

PÍDEME LO QUE QUIERAS (MAFIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora