PÍDEME LO QUE QUIERAS (MAFIN)

Capitulo 17

DIONAEA MUSCIPULA (Planta Carnívora)

El estridente sonido de la alarma se mezcla con mis sueños hasta que consigue traerme a la realidad. Estiro el brazo para llegar a mi teléfono y apagarlo, es lo mismo cada mañana y tengo perfectamente medido cada objeto sobre el buró. Pero hoy, en lugar de la fría pantalla de mi móvil, mis dedos se clavan en un objeto punzante.  

—¡Mierda! —nunca antes me había levantado tan rápido. 

Con los sentidos alerta inspecciono la mesa de noche, segura de que encontraré un insecto, pero me equivoco. Hay seis objetos junto a mi cama. Un libro de Miguel Gane, mi teléfono, unos audífonos enredados, el mando del estéreo, un sobre blanco y una extraña planta que no deja de moverse.  

¿Qué diablos…? 

Me acerco usando mi almohada como escudo, ¿es una broma? Con expresión de asco contemplo las protuberancias que se asemejan a una boca con dientes afilados, despide un olor extraño mientras se abre y cierra de forma siniestra. 

¿Esa cosa me ha mordido? 

—¡Mamá! —grito asustada y alargo el brazo para coger el sobre. 

No hay información del remitente y en el papel que lleva dentro solamente han escrito dos líneas. 

“Utiliza una sentencia switch en vez de una tabla de punteros, e inicia los códigos de operación de estos servicios en 80h.” 

Marta, estás loca. 

En ese momento intentan abrir la puerta y debo correr para empujarla y evitar que mi madre descubra todo esto. 

—¿Fina, me llamaste? —intenta abrir de nuevo, pero ya he puesto el seguro. 

—Me cambio… —veo los amenazantes movimientos de la planta— no encontraba un… mi teléfono. Pero ya apareció. 

—¿Necesitas algo? 

Al ejército. Una millonaria ha dejado una planta carnívora en mi habitación. 

—Salgo en un momento. 

La escucho alejarse, tengo la boca seca y las manos me tiemblan, ¿qué debo hacer con esto? 

Arriesgo la vida ocultando la maceta bajo mi cama y mientras subo las escaleras del edificio principal invento una oración para que esa extraña planta no se coma a mis padres. 

¿Es qué estaba pensando, doctora de la Reina? 

Voy tan concentrada en mis problemas que me estrello de frente con alguien más y casi ruedo por las escaleras. 

—Lo lamento —Tasio me sostiene con fuerza— ¿Fina? ¿Qué haces tan temprano aquí? 

—Siempre llego temprano —finjo ofenderme. 

—Te ves diferente —me abraza. 

La posibilidad de encontrarme a de la Reina me hizo pasar más tiempo frente al espejo, si Tasio lo ha notado significa que exageré. 

—He solucionado mis problemas con Epsilon —cambio el tema— eso me tiene de buenas. 

—Con razón, luces preciosa. 

—Cállate —lo golpeo en el estómago.  

—Deberías usar falda más seguido, tienes unas piernas increíbles. 

―Lo digo en serio, cállate.  

―Bien, pero solo si dices que sí —cuando se ríe aparecen unos hoyuelos adorables en sus mejillas.