Capitulo 18

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PANORAMAS DE PLACER

Ejecuto el último comando de prueba y me quedo mirando como un montón de letras desfilan en la pantalla del monitor. ¡Funciona!, no puedo creer que por fin Epsilon está vivo y en mis labios se dibuja una sonrisa altiva, mientras dejo que mi columna descanse sobre el respaldo de la silla. 

Ya es tarde y todos se han marchado, cierro los ojos prometiéndome que no volveré a dejar mis proyectos para el último minuto cuando caigo en la cuenta de que mi vida como estudiante ha terminado. 

Examino el taller, he venido a este lugar de lunes a viernes durante tres años, pero en unas semanas el sistema de la entrada ya no reconocerá mi huella. Tendré que encontrar una empresa y realizar prácticas por dos años para finalmente obtener mi título. 

Se me encoge el estómago, no estoy lista para ser adulto. 

Tocan un par de veces y giro en dirección a la puerta. Una irresistible rubia me observa atenta y mantiene los brazos cruzados. Hoy luce un elegante traje escarlata, los accesorios son un elemento clave en su estilo, nunca le faltan largas cadenas de plata y los anillos adornados con piedras. 

Trago duro.

Ayer salí huyendo de su oficina, después de reclamarle por el extraño obsequio y la estuve evitando todo el día, debo confesar que la presión aumentaba en mi pecho por no saber si la vería hoy. Pero ahora está aquí y sus hermosos ojos me escanean. 

—Buenas noches, señorita Valero — su voz es profunda, única — ¿Puedo acercarme? 

Me humedezco los labios. 

—No —levanto la voz para que logre escucharme con claridad, mi cuerpo está tenso. 

Mueve la cabeza, asintiendo sutilmente. 

—Considere llamarme si necesita algo. 

—No tengo su número —me aparto el cabello de la frente, no hagas esto Fina— Usted puede… quiere… —me aclaro la garganta— me gustaría tener su número. 

Se aproxima a un escritorio que está cerca de la entrada para coger una hoja, observo que escribe algo y sonrío para mis adentros. 

—¿La doctora de la Reina no puede hackear mi teléfono y programarlo para que le haga una llamada todas las mañanas? —me mira de reojo y comienza a doblar el papel. 

—Preveo que usted me gritará si lo hago. 

Me muerdo el labio, es absolutamente irresistible sin una corona sobre su cabeza y mientras la veo hacer un avión de papel resulta imposible imaginar que esta mujer gana como mil dólares por segundo. 

—No llegará hasta aquí —digo al ver que levanta el brazo. 

Unos 30 metros nos separan, adivino lo que planea Marta y es físicamente imposible. 

—Usted frecuentemente olvida quien soy—lanza la hoja— Yo le enseñé a las naves de Hipernova como aterrizar en otro planeta. 

Mis ojos siguen el trayecto del papel, los pliegues le ayudan a usar el aire en su favor y viaja hacia mí sin ningún tipo de dificultad. Me quedo boquiabierta y alargo el brazo para atraparlo. 

—Puede llamarme —da media vuelta y se marcha.  

Bien, al parecer hoy ha decidido respetar mi decisión.  

Sonrío y comienzo a extender la hoja, hay 10 números en ella y cuatro palabras. 

Pídeme lo que quieras” 

PÍDEME LO QUE QUIERAS (MAFIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora