DOLERÁ
Trágame tierra.
Llevo el vestido más provocativo que he usado en mi vida y la mirada de Marta me hace recordarlo.
-Buenas noches, señorita Valero -para que pueda escuchar su saludo se inclina sobre mi oreja y la punta de su nariz roza mi hélix.
-Ho-Hola -no puedo tenerla así de cerca y no tartamudear, tampoco soy de piedra.
-Me alegra que haya podido venir -grita Claudia y me abraza por la espalda-Pero no les quitamos tiempo.
Y sin esperar una respuesta se aleja de nosotras, necesito nuevas amigas porque estoy a punto de matar a las actuales. Me han dejado sola en una fiesta, con Marta de la Reina. Mi corazón late tan fuerte que si no fuera por la música todos en la playa podrían escucharlo.
De la Reina sonríe y alargando el brazo me indica que nos alejemos un poco del bullicio.
Camino a su lado, me sorprende ser capaz de mantenerle el ritmo cuando mis piernas parecen hechas de gelatina. Unos chicos pasan corriendo junto a mí y para no ser arrollada me hago a un lado, este movimiento me deja más cerca y entonces Marta sostiene mi mano. El calor de su piel provoca que la electricidad viaje por mi cuerpo y mis latidos se descontrolan.
Nos alejamos de la fiesta, en nuestro camino vamos encontrando a más parejitas que prefieren estar tumbadas en la arena, conversando tranquilamente. Marta no ha soltado mi mano, me pregunto qué pensarán cuando nos ven pasar, definitivamente es muy raro, pero lejos de sentirme avergonzada o incómoda estoy haciendo un gran esfuerzo por no sonreír como tonta. Es increíble, Marta de la Reina sostiene mi mano.
Voy sobre las nubes, sin poner atención a nada más hasta que de la Reina se detiene. Entonces me doy cuenta que hemos llegado a un muelle y del otro lado nos espera un barco. Digo barco porque no encuentro otra forma de nombrarlo, es una especie de plataforma flotante, por debajo luces azules iluminan los bordes y sobre ella hay camastros, y una elegante mesa para dos personas.
Mi estómago se encoge.
-Me debe una cena -murmura Marta mientras camina sobre el muelle sin soltar mi mano- y no admito otro rechazo.
-Será solo porque tengo hambre -digo mirando con curiosidad el restaurante flotante que ha traído hasta aquí.
Al subir a la plataforma me conduce hasta la mesa y retira una silla para que ocupe mi lugar a su lado.
No se está tomando tantas molestias por una estúpida bofetada.
Cuando Marta se sienta un camarero se acerca llevando dos copas, ¿cómo reacciona mi cuerpo ante el alcohol? Fatal. Pero ahora estoy nerviosa y quizá un trago me ayuda.
Acerco la bebida a mis labios, su sabor es una combinación explosiva de dulce y salado, nada mal. Contengo la respiración mientras el líquido se desliza por mi garganta.
Cuando pongo mi copa vacía sobre la mesa volteo en dirección a Marta y la encuentro con sus cejas elevadas y los labios ligeramente separados.
-¿Tan insoportable soy que debe embriagarse para tolerar mi compañía? - al preguntar esto se acerca más.
-Debo embriagarme porque seguramente no sabré cenar con la mujer más rica del mundo.
Toma un sorbo de su bebida sin dejar de mirarme.
-Deseo que esta noche cene con una mujer a la que puede abofetear si dice algo inapropiado.
Mis mejillas se enrojecen, por suerte el camarero ya ha puesto otra copa frente a mí y decido beber un par de tragos mientras analizo mi respuesta.
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PÍDEME LO QUE QUIERAS (MAFIN)
RomanceADAPTACIÓN: lib. Pídeme lo que Quieras. Altanera. Enigmática. Dominante. Provocadora. Marta de la Reina es tan guapa como peligrosa. Debo salir corriendo... En la lógica como en el amor, los polos opuestos se atraen para destruirse. MARTA DE LA...