Aunt Ann...

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Las manos de su tía Angela le recordaron una ternura casi olvidada, le recordaron tardes de lluvia con chocolate caliente y ser arropado en las noches, sus ojos parpadearon y juro ver en vez de cabellos rojos como la sangre, dulces cabellos de rubios de miel, extendió su mano tratando de alcanzar aquella ilusión, y antes de que su puño se cerrará en la nada, Angela lo sujeto.

-"T-tía Ann..?"- Salió estrangulado de su boca.

-"Si cariño, ya estoy aquí, todo estará bien"- como si fuera una cosa preciosa, Angelina le tomo el rostro suavemente y lo acerco a su pecho, el niño instintivamente se acurrucó más en busca de un consuelo lejano y anhelado, lo más cercano al confort materno que extraña todos los días desde hace semanas. Sin saber cuando cayó dormido en los brazos de su Tía.

Angelina no dejo de abrazar al niño mucho después, lo miro con detenimiento, y anoto en su mente cuánto había crecido, como habían cambiado sus fracciones aunque aún aniñadas, la grasa de bebé ya había abandonado sus mejillas, olió su cabello y le recordó a su hermana. Dios, parece que no ha crecido ni un centímetro, bueno, sonrió, eso cambiar con una buena alimentación para dar el estirón y dejar que la pubertad haga su trabajo. 

Dios mío santo, exclamó la cielo desde sus adentros, al darse cuenta el tesoro que tenía en sus manos y el abrumador sentimiento de protección que le lleno el pecho. -" Rachel... Te juro que voy a proteger a nuestro ángel"-, una promesa al cielo, susurrada en el oído de Ciel, como un secreto íntimo.

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Ciel fue llevado a la habitación del hotel donde se estaban hospedando. El chico está exhausto, habían sombras debajo de sus ojos, pero al menos si respiración calma y ritmo la consoló mientras lo vigilaba en desde el umbral de la puerta. 

El movimiento de su zapatilla derecha delataba su ansiedad, todo lo que tenía que hacer, y evaluando lo que sería mejor para su sobrino, irse de Inglaterra sería muy duro, pero tal vez empezar desde 0 en otro lugar podría ser un nuevo comienzo para todos, o tal vez quedarse en Gran Bretaña, pero en otro lugar lejos de Londres. Sabía que cuando el niño abra los ojos será difícil, ni siquiera le han dicho sobre el fallecimiento de su madre y para empeorarlo Vincent estaba en el hospital por culpa de ese loco extrañamente familia que lo agredió en la calle. Estaba sola y debía enfrentar esto.

El sonido de la puerta la saco de sus pensamientos, camino cansada a la puerta lista para descartar al servicio cuando se sorprendió de ver a Diedrich quien se supone debería estar cuidando a su esposo.
-"¿ Que haces aquí?"-
No dijo nada en varios segundos, su rostro sombrío mirando al suelo, obvio que algo no andaba bien. Algo andaba absolutamente mal como para poner a Diedrich así.

-"Angelina, tienes que ser fuerte... Tengo que confesarte algo"- al fin la pudo ver a los ojos y Diedrich sabía que era la última vez.

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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