Daddy Issues

XXX

La lluvia golpeaba la ventana de la oscura habitación y el pequeño bulto envuelto en cobija saltaba cada que un rayo iluminaba el cielo.

El pequeño niño tenía miedo, mucho miedo. Se preguntó que hizo enojar a Dios tanto como para que hiciera tal desastre con el cielo. En momento como esos le gustaría ser como su padre, él no le tenía miedo a nada, mientras que el pequeño azulino se sentía patético chillando por una tormenta. De repente un turno particularmente ruidoso lo hizo gritar por su padre. Cuando escucho la puerta abrirse se ocultó más entre las cobijas -"¿Ciel?¿Estás bien?"- sin embargo, la voz de su progenitor se sintió como miel, le inspiro confianza y consuelo, el niño saco la cabeza de entre las sábanas y miro a la figura del Phantomhive mayor.

-"oh, ahí estás"- Vincent sonrió a la vista de su hijo, sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas y sus ojos parecían brillar por las otras lágrimas aún por derramar. -"¿Tienes miedo de la tormenta?"- el pequeño asintió.
-"¿Ya regreso mamá? Ella me dijo que me iba a contar un cuento antes de dormir"-
-"oh, ella aún no llega, al parecer se le hizo tarde, si quieres yo puedo contarte un cuento, mira"- le mostró al niño una taza con vapor saliendo de ella "- incluso te traje un poco de miel con leche"-
-"jajaj es leche con miel, papá"- el niño pareció más relajado
-"nope, porque le puse mucha miel"- el mayor pasó al cuarto y cerró la puerta con cuidado de poner el seguro atrás de él.

Cuando Ciel se había calmado lo suficiente decidió esperar afuera del cuarto, ya no quería ver a su mamá así. Quería permanecer con la imagen de su mamá fuerte y feliz, con esa sonrisa amable y el rosado en sus mejillas, no pálida, triste y postrada en una cama.

Entonces su estómago comenzó a doler y sus tropas retumbaron, sabía que Sebastián le había dicho que no se alejará de la puerta, pero la máquina expendedora no estaba muy lejos, solo iría y conseguiría unas galletas o lo que sea.

Sus pasos sonaron haciendo eco por los pasillos que estaban extrañamente solitarios. Dejó el billete en la máquina e introdujo la clave de la golosina que quería, vio como bajaba ridículamente lenta, se inclinó a agarrarla pero alguien se le adelantó, levantó la cabeza con el ceño fruncido pero se congeló cunado vio al responsable.
-"cuánto tiempo, pequeño Phantomhive jiji~"-

Rachel parecía más calmada ahora y le pregunté sobre su ex marido sabía que era un tema difícil para ella, muy difícil. Sally me advirtió de muchas cosas y me puso en contexto de otras. Sabía que Vincent había tenido un amorío con Angélica Durless-Burnett, la tía de Ciel, la hermana de Rachel, qué prácticamente paso bajo las narices de la rubia pero nunca se dió cuenta, ni siquiera sospecho por la fé ciega que le profesaba a su marido, misma fe que la obligaba a hacer la vista gorda ante su negligencia de cuidar de Ciel y dejar todo acargo de su esposa .
-"¿Sabes? Ciel siempre me habló de tener una jugueteria, siempre le encantó la idea, en realidad le hablaba a todos sobre eso, todo el mundo lo alentaba pero Vincent no, su hijo debía ser quién heredará su compañía después, él se aseguró de cortarle las alas incluso cuando aún era muy pequeño lo último que supe fue que está en Estados Unidos"-
Esa información no era para nada útil, sabía que estaba siendo evasiva.
Le tome la mano para darle apoyo -"Rachel, por favor, solo quiero ayudarlos, ayudar a Ciel"-
Por fin me miró a los ojos, sus hermosos ojos azules buscando una la sinceridad de mis palabras y cuando solo encontró la verdad, suspiro y se dispuso a hablar.
-"él enserio adoraba a su hijo, lo podía ver en su mirada, lo consentía siempre que podía...a veces me enojaba con él porque a mí me dejaba toda esa parte de los castigos y ser la mamá regañona, Ciel también lo adoraba. -" se limpió las lágrimas de los ojos y yo le pasé un pañuelo para que pudiera continuar-" pero cuando se enteró de la condición de Ciel, fue... él pereció otro hombre. "-

El niño balanceaba sus pies con nerviosismo, estaban en una habitación diferente, el mayor lo había llevado ahí. El niño prácticamente temblaba, no quería estar ahí, no quería estar cerca de ese hombre. En realidad quería salir corriendo y gritar por Sebastián pero tenía más miedo de que sus piernas fallaran por el miedo y que el mayor lo atrapará y se enoje. Pocas veces lo había visto enojado (sobre todo cuando no lo obedecía) y le daba miedo, mucho miedo cuando el peliplata perdía su característica sonrisa.
Sabía muy bien que el mayor contrario a su apariencia era muy poco paciente. Eso era otra cosa que tenía en común con su padre.

-"Te extrañe mucho, pequeño Phantomhive jijiji~"- Undertaker parecía encantado con el menor. -"¿Tú me extrañaste también? Hace mucho tiempo no nos vemos"- él niño negó con la cabeza, el nudo en su garganta le impedía hablar.

-"oh~ yo si te extrañe mucho, todos los días~"- el niño miraba a todos lados excepto al mayor, comenzó a reconocer el lugar, era el despacho de Undertaker, no había cambiando nada. -"ah ya sé, de seguro extrañas a tu papá"- eso por fin pareció llamar la atención del Phantomhive pequeño -"el viene a visitarme cada tanto, si quieres puedes venir conmigo cuando él venga...estarlas mucho a ti papá ¿verdad?"- el niño asintió.
Undertaker era amigo de Vincent, es más, incluso fue su padrino en la boda con Rachel y en su boda con Ángela. Conoció a Ciel cuando era apenas un bebé y por mucho tiempo fue su psiquiatra. Él sabía que hilos mover para obtener lo que quiera del pequeño Phantomhive.

-"¿Cu-cuando viene papá?"- Ciel trago en seco cuando vio que la sonrisa de Adrián se hacía más grande.
-"primero dime ¿Quien es ese señor de pelo negro? Parece que encontraste un sustituto de tu padre, el se pondrá tan triste cuando se enteré, pensará que ya no lo quieres más ¿Es el nuevo esposo de tu mamá?"- Adrian tomo una de esas revistas que usan para que los pasientes no se aburran en la sala de espera, abrió una página y se la tendió en las piernas del menor, apunto con el dedo a la foto de aquel hombre tan familiar para le de ojos azules -"es él?"-

-"no, no, no"- negó tan desesperado -"no es mi papá sustituto, Sebastián es mi...es mi princi..."- por alguna razón Ciel no termino la oración, su labio inferior tembló y las lágrimas se acumularon en sus ojos
-"tú qué?"- presionó Undertaker
-"...es mi Príncipe"-.