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-"por favoooor"- se escuchaba una vocesita dentro de la cosina

-"p-pero Ciel, estoy ocupada hasta la noche"- dijo nerviosamente la chica pelirroja. Él chico volteo a ver al cosinero con barba descuidada
-"no me mires a mi, yo tampoco puedo y Finny tiene clases extra en las tardes por reprobar"- él pequeño ante el rechazo de todos se le cristalizaron los ojos.

-"¡N-No te preocupes Ciel-chan, yo puedo acompañarte si quieres, le diré a mi mamá que nos llevé! ¿Qué te parece?"- dijo un apresurado adolecente rubio y amigable.
Pero su sonrisa de calló cuando ahora el azulino empezo a lagrimear
-"p-pero no quiero que pierdas tus clases"- se froto su ojo azul con el puño -"se que te cuesta las matemáticas y no quiero que repruebea por mi culpa"-.
Ante esto el rubio no sabía que contestar.

-"lo sentimos por no poder acompañarte, Ciel-chan"- A ninguno en la sala les gustaba ni por asomó que Ciel llorara
-"n-no se preocupen, no importa, siempre puedo ir después"- trato de formar una sonrisa, y aunque aquélla sonrisa se esforzaba por permanecer en su rostro aniñado, fue suficiente para iluminar la habitación o quizá hasta la cuidad entera.

Mientras ento ocurría en la cosina, un pelinegro alto estaba a pocas habitaciones de allí, más precisamente en la oficina de la jefa.

-"entonces...para qué querias hablar conmigo?"- pregunto la mujer pelirroja, un tomo miy parecido al cabello de MeyRin.

-"veras...tú me conoces desde hace años y sabes que mi yo de hace meses jamás se interesaría por nada ni por nadie-" Sally lo miró con interes -"hasta que conocí a Ciel"-

-"¡Espera! Si estas pensando en lo que creo qu-"-

-"¡No! ¡Claro que no! ¿Cómo cres que quiero a Ciel de manera sexual? Lo que quería decir, antes de que me interrumpieras, es que; enserio he logrado empatizar con este niño, lo quiero, no de manera sexual, sino como un ¿hermano?, no lo sé, el punto es que le he cogido cariño"- dije apresuradamente.

-"claro"- dijo más calmada -" entiendo lo que dices, también me paso lo mismo poco después de conocerlo, ese chiquillo tiene algo que hace que todo el mundo lo quiera, quiero decir, mira a tu alrededor todos aquí lo adoran-"dijo con una sonrisa comprensiva.

-"lo que queria pedirte es la dirección de Rachel, quiero apoyarla todo lo posible, ella ahora no esta en el mejor momento y tu no puedes estar siempre al pendiente se Ciel, por lo que me han dicho, espera hasta una hora en la sala de espera hasta que puedes pasar por él, me preocupo por él y quiero llegar a un acuerdo con Rachel"- Los ojos de Sally estaban como platos, nunca en su vida pensó que Sebastián se preocupara por alguien más allá de él y su familia cercana, él siempre se mostraba tan indiferente hacia todo y todos, sin embargo, tener a ese mismo hombre en frente suya rogandole para dejarle ayudar a un chiquillo que conoció hace un par de meses. Sonaba inverosímil.

-"uhmm...esta bien, es-"- pero fue interrumpida por el estrépito de la puerta, ambos adultos voltearon a ver a la pequeña figura que apareció, era nada más ni nada menos que Ciel -"hablando del rey de roma..."-.

-"Sa-Sally..."- decía con lágrimitas de cocodrilo, ante tan adorable escena el de ojos rojos n[ pudo contenerse
-"¿Qué sucede, Ciel?-" dijo el pelinegro, al escuchar la voz del mayor se le iluminaron sus ojitos azules.
-"¡Seby"- salió corriedo en dirección al nombrado
-"¿Seby?"- estrañado, era la primera vez que le llamaba así.
-"¿Qué pasa?"- usualmente no se comportaba así
-"es que...es que, nadie me quiere acompañar"- apenas se le entendía las palabras ya que tenía su cara contra el abdomen del mayor, Sebastián miro a Sally en busca de respuesta.
-"lo que sucede, Sebastián, es que cierto niño le habló a Ciel sobre el parque de atracciones, pero no puede ir sin compañía"- suspiró y es que en ese punto Sebastián tenía razon sin Rachel presente no había quien oudiera cuidar de él 24/7, la mayoría del tiempo se turnaban en las mañanas ella, el ciertas horas del día Bard o MeyRyn y la mayoría del tiempo Finny, pero ahora él rubio muchacho regreso a clases no puede pasar tanto tiempo en la cafetería como antes.

-"no te preocupes, yo te llevo"- dijo el pelinegro con una sonrisa a ojos cerrados -"¿e-enserio?"- preguntó esperanzado el azulino
-"por supuesto ¿Qué clase de amigo sería si no pudiera haver algo tan simple como esto?"-.

El reloj marcaba las 5:28 cuando el modelo y el chiquillo abandonaban el restaurante.
Caminaron agarrados de las manos, Ciel llevaba una mochila roja infantil con algún personaje de caricatura que Sebastián no logro identificar colgada de su hombro izquierdo mientras que con su mano derecha se aferraba a la más grande de Sebastián.

El niño iba tan distraido pensando en lo divertido qud se la iban a pasar que no se dio cuenta cuando llegaron al estacionamiento, solo salió de su ensoñacion cuando Sebastián le abrió la puerta invitandolo a sentarse en el copiloto -"uh...¿no podemos ir en metro?"-

-"Ciel, en metro tardaremos mucho y Sally te pasara a recoger justo a las 7, no quieres solo estar 10 minitos en el parque o si?"-
-"p-pero..."- Aún así se mostraba inseguro
-"vamos, te prometo que no va a pasar nada"- con su mano guió al menor a sentarse, le puso el cinturón de seguridad y acomodó su mochila sobre sus piernas.

Rodeó el auto y entro él también, cuando el rugir del motor llegó a sus oidos distraidamente volteo a ver al menor, que había sacado a su peluche de felpa y lo abrazaba fuertemente entre sus brazos y tenía los ojos cerrados con fuerza.

-"Ciel ¿estás bien? ¿Qué sucede?"- le tomo el delgado hombro. -"todo va a estar bien, manejare despacio en breve ya estarenos allá"-.
Rependinamente Ciel se abalanzó a Sebastian rodeando con sus brazos -"prometes no irte?"- apenas se escuchó el susurro retumbar en su pecho

-"¿Qué?"-
-"Prometes no abandonarme?"- por fin el chico salió del refugio del pecho de Sebastián sólo para mirarlo a la cara con ojos acuosos y lagrimas recorriendo su mejillas sonrojadas
-"no me dejaras tu también? T-tu no eres así"-
-"Por supuesto que no, ¿Por qué preguntas eso?"- aún que el pelinegro ya se daba una idea no quería que se confirmará lo que sospechaba.

-"Poco antes de que papá se fuera para siempre, él...-"apretó más su agarre a la chaqueta del mayor -"yo me perdí...solo me distraje unos segundos y cuando intente ir con papá ya no estaba, no lo encontré en ninguna parte, intente regresar a donde habiamos dejado el auto pero me habia perdido, y-yo...tenía mucho miedo"- después de esto se echo a llorar y es que, es entendible el último recuerdo de el que era su 'padre' (porque a lo que concierne a Sebastian, Vincente perdió el derecho a que Ciel lo llámese así) era agónico.
Lo peor de todo es que Sebastián estaba casi seguro que el hecho de  que Ciel se perdiera no fue un mero accidente.

-"escuchame"- lo tomo suave pero firme de los hombros y lo alejó lo suficiente para mirar sus profundos ojos oceanicos -"yo jamás te abandonare, me quedare a tu lado hasta el final"-
-"...lo harás?"-
-"te lo prometo"-

...No hagas promesas que no puedas cumplir...

No hagas promesas que no puedas cumplir

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Daddy IssuesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora