XXV

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Al salir del posgrado tomé como ética profesional no relacionarme con mis pacientes más allá de la relación profesional, no tuve problemas con esto durante mucho tiempo.
Mi vida profesional se volvió mi vida completa, nunca fuí alguien muy social, ese rol lo cumplía mi hermano -el cuál tiene años que no lo veo en persona,pero se que está más que bien- más el hecho de que tengo una personalidad reservada y fría, sin embargo si quisiera podías salir con cualquiera, soy joven, apuesto y un brillante psiquiatra, no es de extrañar que todas mis anteriores secretarías quisieran algo más.

Mi rutina cambió un día lluvioso en Londres hace un par de años.

La distancia entre mi departamento y la oficina no es muy corta, así que estaba acostumbrado a dar una agradable caminata para llegar al trabajo pero ese día la lluvia me agarró desprevenido. No quería que el planchado traje se arruira así que busque un refugio en lo que llamaba a un taxi.

Estaba maldiciendo mi suerte hasta que un ruido proveniente del fondo del callejón me distrajo, me acerque lentamente y pude ver, hecho una bolita a un pequeño niño sollozando. Avanze unos pasos y el se encogió en si mismo arrimándose más a la pared, no sé si estaba temblando de miedo o frío.
No podía dejarlo ahí.
Me incline a su altura y hablé suavemente
-"no te haré daño, te voy a ayudar"-
Él me creyó de inmediato, pensé que iba a ser más difícil convencerlo, sus hombros se relajaron y apenas hizo un gesto con la cabeza.
Lo tome en brazos y estaba horriblemente frío, el taxi llegó en un par de minutos, aquel saco que tanto me preocupe de estropear ahora está envuelto en los menudos hombros.

Lo lleve a casa y le ofrecí una toalla, él estaba distante y retraído, supuse que debía ser normal, debió de sufrir mucho miedo al perderse, supongo.

Con la calefacción encendida me senté a su lado -"¿Sabes dónde están tus padres?"-
Su mirada estaba fija en el suelo y ni siquiera parece que me escuchó, no es sordo porque ya había dado señales de que me ha escuchado.
-"¿Cómo te perdiste?"- nada
-"¿Dónde fue la última vez que viste a tus padres?"- nada y mi paciencia se agotaba
-"¿Cómo se llama tu papá?"- dije una octava más gruesa.

Ante el tono pareció responder, se giró violentamente hacia mí y retrocedió como si apenas se diera cuenta que estaba a su lado -"Vi-Vincent ..."- su labio inferior tiembla -" padre se llama Vincent"-.
-"... Dónde estoy?"- miro al rededor, se levantó y vio por la ventana del departamento viví en un venteavo piso en un gran edificio en el centro de London, la vista fue la principal razón del porque lo compre.
El retrocedió y parece que le dió vértigo. Sus ojos azules escaneaba el lugar arriba y abajo, su respiración también subía, estaba por sufrir un ataque asmático. Me levanté alarmado ¡Este niño perdido bajo la lluvia tiene asma!

-"Repite conmigo"- lo suerte firme por los hombros -" adentro~... afuera"- el parecía reaccionar un poco pero no suficiente-"sigue así-" lo guíe a sentarse -"quédate aquí, ahora vuelvo"- me apure por el botiquín bien equipado del baño y al llegar puse un poco de la sustancia de quellos botecitos, y lo coloque sobre boca y nariz asegurando que lo respire.
Se calmo después de 10 minutos. Sin embargo, sus respiración seguían siendo profundas.

-"g-gracias"- sus ojos brillaban por las lágrimas derramadas, el tendí un cambio de ropa para que no empeorará con su ropa húmeda y fría, obviamente mi camiseta le quedaba como un vestido, él era muy pequeño -"¿Cuántos años tienes?"-

-"mnh...yo...¿Dónde están mis papis? "- amenazó con volver a llorar
-"supongo que no te sabes sus números telefónicos"- no fue una pregunta -"me puedes decir el apellido de tu padre Vincent?"-

-"Pha- Phantomhive"- ese nombre, cómo no me dí cuenta sí es una versión diminuta de aquel hombre, era una persona muy peligrosa, mantiene un perfil bajo y casi imperceptible pero eso no le quita mérito, su nombre, su apellido lo procede.

Okey esto será más difícil de lo que pensé
Saque me celular -"Rebecca"- en aquel entonces mi secretaria -"cancelame todo, surgió algo importante"-.

Tiempo después el chiquillo termino volviéndose uno de mis pacientes, por él también estudié pediatría, podría parecer muy distante pero por dentro me preocupó bastante por él. Cada vez que me llama amigo, siento un cálido calor en el pecho, cada que el llora o se siente mal de alguna manera yo también me siento mal, por eso trato lo mejor para que esté feliz, no me dí cuenta de esto hasta que mi antigua secretaria se refirió a él como mi sobrino querido. Pero pensándolo bien era cierto, después de que la escoria de Vincent se marchó, supongo que obtuvo un reemplazo de figura paterna, nunca pensé en formal una familia tradicional y con este niño supe que no la necesitaba.

Entonces me encuentro aquí, con el segundo 'niño' que le brindaré mis servicios psiquiátricos, no tan emocionado como con el primero, tampoco tan amable, ya tengo suficiente de gente famosa con mi Hermano y ahora tengo que ver a un mocoso detestable, por lo que sé, tuvo una crisis o algo y desapareció por días, ahora está aquí y con claros indicios de haberla pasado mal.

-"bien, empezemos con la sesión ¿Te parece, Alois?"-

Cuando Ciel se volvió a dormir Sally y yo nos retiramos a la sala, ella estaba horriblemente callada parecía que le daba vueltas a la escena anterior, yo por mi parte no estaba 100% aquí, mi corazón seguía recapitulando la sensación de sus labios ...

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Cuando Ciel se volvió a dormir Sally y yo nos retiramos a la sala, ella estaba horriblemente callada parecía que le daba vueltas a la escena anterior, yo por mi parte no estaba 100% aquí, mi corazón seguía recapitulando la sensación de sus labios en esa suerte de beso cruel.

-"me sorprendes, pudiste manejar la situación yo creo que hubiera entrado en pánico y llamaría a Claude gritandole que venga, mantuviste la calma... Ciel podría necesitar esa actitud tuya en el futuro"- se quedó callada después de eso, ninguno de los dos quería hablar sobre la imprudencia del niño, tal vez ninguno de los dos quería decirlo en voz alta, no queríamos armar un gran alboroto por algo que tal vez sea una pequeñez, pero seguía en taladrando nuestras mentes.

Después de unos minutos Sally se retiró y yo la despedí en la puerta -"...cuídalo mucho"- no me miró y un susurro tan bajo que por poco me lo pierdo -"lo haré"- digo firme.

Apague las luces y parado en la penumbra decidí visitar a Ciel, en una silla al lado de la cama le sujete la mano y bele por sus sueños, estube perdido en mis pensamientos y anhelos, pensé que podría manejar estar cerca de este niño, pero mis sentimientos se vuelven más profundos y significativos, tanto que siento que me están ahogando, pero...si eso es lo que conlleva estar cerca de Ciel, podría aprender a respirar a través de ellos.

Daddy IssuesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora