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Si algo tenía claro Jisung, era que su grupo de amigos se estaba desmoronando frente a sus ojos y no podía hacer nada para evitarlo, pero ver a Changbin tan destrozado como nunca antes lo había visto, se sentía como si una estampida de elefantes pasara por encima de él una y otra vez, porque si existiera alguien con los sentimientos más puros del mundo, ese seria Changbin, porque sus ojitos brillan cada vez que ve algo bonito, que come su comida favorita o cuando ve a sus amigos reírse por sus boberías, él es la persona que definitivamente no se merecía todo lo que estaba pasando.

Jisung apretó los puños y respiró profundo, sentía tanta rabia, pena, impotencia, que no iba a soportar quedarse de brazos cruzados viendo como a una de las personas más importantes de su vida se le caía el mundo a los pies. Así que de dio media vuelta para buscar a uno de sus mejores amigos y decirle un par de verdades.

—Jisung, ¿dónde vas?— preguntó Minho al ver que el menor darse la vuelta —No vayas cometer alguna locura de la que después te arrepientas.

—Necesito las dos versiones Minho— respondió saliendo de la habitación.

Minho salió detrás del menor para asegurarse que no le pase nada, no quería tener que curar a más gente, en la sala se encontró con Felix así que le pidió que vigilara a Changbin en lo que volvía, no podía creer nada de lo que estaba pasando, el ahora no era tan cercano al grupo de tres porque sabía que ellos compartían interés y podía pasar hasta días encerrados en el estudio, así que sabía lo importante que eran el uno para el otro y lo dolido que seguramente estaban todos.

Jisung entró a la cocina y lo primero que vio fue el rostro de Chan con múltiples heridas, sus ojos se aguaron y las ganas de abrazarlo y preguntarle si se encontraba bien surgieron de su corazón, pero también recordó el rostro de un otro amigo repleto de lágrimas y sus nudillos ensangrentados agarrándose el pechos.

—Di lo que tengas que decir— habló el mayor —si quieres golpéame, no me opondré.

—¿Por qué?— preguntó el menor mirando directamente los ojos del contrario —Solo eso quiero saber.

—Me enamoré— dijo bajando su mirada al piso —esa es la verdad

—¿Y eso es todo?— preguntó con incredulidad, y al no tener respuesta continuó —Es que no puedo creer que hayas decidido tirar todo a la mierda por eso.

—¿A caso tu no lo harías?— dijo Chan conectando su mira con la contraria esta vez

—¡Claro que no lo haría! jamás se me pasaría por la mente lastimar de esa manera a las personas que amo— exclamó con las lágrimas rodando por sus mejillas y viendo como las contrarias comenzaban a empaparse también —Jamás haría algo que pueda lastimarlos a ustedes porque considero que son mis hermanos y no sería capaz de verlos sufrir por mi culpa, pero a ti no te importo, rompiste nuestra amistad y confianza, acabas de dañar la familia que habíamos formado Chan, lo que tu hiciste, no se le hace a alguien que consideras tu hermano, Changbin te ama y yo igual, pero no sé si él va a poder perdonarte.

—Jisung yo también los am...— pronunció el mayor levantado la mirada, pero al ver como el cuerpo del menor temblaba mientras sus manos trataban de agarrar su pecho y su boca trataba de pasar aire a sus pulmones, se quedó congelado.

—Ya basta, Chan vete— ordenó Minho, sentando al menor sobre una de los muebles de la cocina —¡Que te largues! es tu culpa que esté así.

Minho sabía lo que estaba pasando y como controlarlo, en el pasado Jisung sufría a menudo de ataques de pánico y ansiedad, así que había aprendido que debía hacer en estas situaciones, todas las personas eran diferentes así que cada una tiene su manera de sobrellevar y poder pasar este tipo de crisis, en el caso del menor, sentarse y ayudarlo a controlar su respiración era la mejor forma de ayudarlo a liderar con esto, así que eso fue exactamente lo que hizo.

—Vamos Jisung, sigue el ritmo de mi respiración— el mayor pego su frente a la ajena y tomo su cara entre sus manos secando las lágrimas que aún caían —Cierra los ojos y ahora inhala por la nariz y vota por la boca, otra vez, por la nariz y luego por la boca.

Fueron varios minutos en que Minho estuvo guiando los ejercicios de respiración hasta que el llanto de Jisung cesó y su pecho se regularizó, abrazó la cintura ajena recargando su cabeza en el pecho del mayor, quien le devolvió el abrazo apoyando su mentón sobre su cabeza.

—Gracias Minmin— susurró.

—No hay de qué bebé, sabes que siempre estaré aquí para cuidarte— respondió apretando un poco más el cuerpo ajeno entre sus brazos.

—Vamos a casa, por favor— dijo separándose con lentitud y mirando los ojos contrarios.

Jisung cerró los ojos al sentir el contacto de los labios ajenos presionar sobre su frente, se sentía como si un escudo de protección se formara a su al rededor y nada ni nadie podría destruirlo nunca por más que lo intentara, era una sensación que solo Minho podía hacerle sentir cada vez que estaban juntos, porque sabía que si alguna vez su escudo se llegaba a romper, él estaría ahí para repararlo una y otra vez sin importar cuanto tiempo le lleve hacerlo.

—Vámonos a casa, Sungie— respondió, entrelazando su manos con la ajena.











mi mayor temor es que ya nadie lea el fic porque actualizo cada 6 meses, perdón la vida adulta me consume, gracias por leer tqm.

❥𝘱𝘰𝘴𝘦𝘴𝘪𝘷𝘦 𝘣∅𝘺 ✗ 𝙢𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora