Dudas, preguntas, años cuestionando hasta el más mínimo movimiento del viento. Viento el cual pasa como torbellino acariciando la superficie del mar. Mar del que conocemos muy poco. Al igual que las personas, a quienes, a pesar de conocer de años, solo conocemos su exterior, jamás su corazón. Preguntas sobre la oscuridad, la mente, el amor y la amistad. Las preguntas están en todos lados, pero, donde están las respuestas. ¿Están escondidas en las sombras? Quizás sí, pero muchas veces, están frente a nosotros, mirándonos pacientemente mientras como ciegos caminamos por un pasillo oscuro tropezando con dificultades buscando esa respuesta que pasea a nuestro lado.
Un largo camino en el que cada pisada se sentía como un último paso, el sonido del aire que con delicadeza movía el vestido de Ae Young, y los largos suspiros que, sin convertirse en palabras, decían: Te extrañare...
Habían pasado por muchas bromas, risas, momentos de pánico y de dolor, pasaron tormentas y jardines, y exploraron su corazón. Este no era el final, pero era una pausa no deseada. El impulso del primer beso se redujo a una simple mirada. Cuando Chin Hae se detuvo en seco, adentrándose en los oscuros ojos de su amada. Con la esperanza de encontrar ahí la valentía que tanto deseaba para, sin prejuicios, decir lo que pensaba.
De un pequeño aliento que aún tenía luego de tanto suspirar, salió una palaba, o más bien, un nombre: Ae Young...
No tuvo oportunidad de seguir, sus palabras fueron silenciadas tras recibir un brusco, pero cálido abraso, que fue sellado con una promesa que Chin Hae se juró cumplir, aunque de eso dependiera su vida.
-Sin importar que pase, prometo que hare que el atacante pague por lo que ha hecho, y así, vuelvas nuevamente a mi-
Pasaron las horas, fue el momento de despedirse, la princesa entraría al palacio y tomaría el camino a sus aposentos donde terminaría de prepararse, Chin Hae iría a la dirección contraria para seguir investigando en su casa al atacante. Estando ya frente a los enormes portones, soltar sus manos fue para ellos como si rompieran un hilo invisible que los mantenía unidos. Cada paso que los alejaba les hizo sentir un peso sobre ellos que les impedía caminar. Solo querían detenerse para correr a los brazos del otro. Así que, con miedo a cumplir sus deseos, ninguno miro hacia atrás.
Luego de una larga caminata, Chin Hae se reunió con su amigo el historiador en su hogar, este lo estaba esperando con varios registros antiguos del palacio. Nam Chin Hae se los pidió para aclarar algunas sospechas que tenía desde la muerte de la reina madre. Sin embargo, la información era escasa. Tras leer juntos varios registros, Kim Woong Sik encontró algo prometedor. Uno de estos libros tenía un listado con los nombres y los puestos de cada persona que trabajaban en el palacio en la época en la que nació la princesa heredera.
Chin Hae observo detalladamente esta lista. Sus manos empezaron a temblar y su mirada confusa se elevó para encontrarse con la de su amigo, quien sin decir nada. Afirmo, ya sabiendo que en la mente de ambos solo había una idea.
Las personas que se encontraban ahí nombradas, en su mayoría, murieron durante el ataque que sufrió el palacio aquella vez. Sin embargo, los que aún estaban vivos fueron víctimas del atacante, solo quedaban unas pocas personas, quienes no eran presa fácil debido a que sus trabajos eran todavía dentro de los muros del palacio.
Chin Hae no lo pensó más, se dirigió a donde se encontraba la princesa lo más rápido que pudo con los registros en sus manos. Llego en un suspiro, pero al parecer fue en vano, no se le fue permitido ver a la heredera. No le quedaba otra opción más que hablar con la reina.
Al principio su encuentro con su majestad también se le seria denegado. Pero al ella escuchar la voz de Chin Hae insistiendo en entrar, la curiosidad llego a su mente y lo permitió.
Chin Hae apenas le dieron camino libre se dirigió desesperado a los interiores de los aposentos de la reina. Donde le explico detalladamente su nuevo avance en la investigación. Por alguna razón, mientras hablaba fue muy fácil de notar para el que la reina parecía nerviosa escuchando la nueva información. Al este terminar de hablar, observo a su majestad esperando instrucciones, su opinión, o cualquier comentario que ella quisiera agregar a la conversación.
Sin embargo, esta guardo un incómodo silencio y mantuvo una mirada intranquila. Su mano sudorosa se levantó lentamente para pedir a Chin Hae que dejara el lugar y luego volvieran a hablar del tema. Pidió completa discreción y que este asunto permaneciera en total confidencialidad.
Ya era seguro, algo sabia la reina. Algo importante que él se propuso descubrir. Así que para llevar a cabo su objetivo se quedó deambulando como una sombra en los oscuros pasillos del palacio una vez que el sol se ocultó en el horizonte.
Ya escondido bajo el estrellado cielo, Chin Hae noto una figura femenina que salía de los aposentos de la reina y caminaba a paso lento y cauteloso, como si quisiera pasar desapercibida. Nam Chin Hae se acercó con sigilo a este personaje tratando de reconocer su rostro. Y justo como lo sospechaba, esta mujer era la reina. Quien en el desierto jardín del palacio se reunió con su esposo, el rey.
Chin Hae se mantuvo en completo silencio mientras observaba y escuchaba detalladamente esta reunión entre ambos reyes. Luego de un largo tiempo escuchando y soportando sus parpados cerrarse lentamente. El rey menciono algo que llamo su atención y le robo el sueño de un golpe.
-Si lo que dice Nam Chin Hae es verdad y el atacante esta relacionado con aquel ataque que sufrió el palacio en el pasado, entonces el atacante de tener alguna relación con el traidor que fue Cheon Yi Seok, pero quien puede ser, recuerdo que dijiste haberte encargado de ese hombre-
Ese nombre, Cheon Yi Seok, Chin Hae lo recordaba tan bien como en su infancia, el dueño de aquel apellido que el nunca quiso aceptar como suyo. Apellido el cual odio mucho mas luego de descubrir el lugar que tuvo su padre en aquel ataque.
Aun tenia muchas preguntas, demasiado que investigar y mocho que comprender. sin hacer ni el más mínimo ruido, se fue lentamente como mapache volviendo a su oscura madriguera.
Mientras corría a las afueras del palacio, una persona acuyo rostro no lograba ver choco con el bruscamente, mientras esta desconocida se levantaba comenzó a quejarse, regañándolo por no mirar su camino. Inmediatamente Chin Hae reconoció la firme y elevada voz de Ae Young. Empezó a bromear y se disculpó fingiendo no conocerla, acto seguido se despidió y fingió irse, Ae Young empezó a reír y lo retuvo aferrándose a su brazo. Ambas miradas se encontraron, y una sonrisa leve que mostraba la calma y felicidad de volver a encontrarse nació en sus rostros como una flor que recién comenzaba a florecer.
Ambos se ayudaron mutuamente y lograron salir del palacio sin que nadie los viera, así comenzaron su caminata con destino a la casa de Hwang Min-Jae, la mejor amiga de Ae Young, quien esperaba por ella para despedirse antes de que tuviera que marcharse la mañana siguiente.
Finalmente se encontraron y un cálido abrazo recibió a la heredera que tanto ansiaba ver a su amiga. Estaban alegres pero una extraña sensación tenso el ambiente, Min Jae parecía estar extremadamente nerviosa y no les permitió pasar a su casa. Ae Young tuvo un mal presentimiento.
Chin Hae observo detalladamente hacia la ventana de la casa, estaba oscura y silenciosa. Pero entre aquella opacidad del lugar logro ver una silueta que caminaba sigilosamente adentro. Chin Hae se dio cuenta de que ella no estaba sola, y decidido a descubrir quien era esa persona. Mientras ambas amigas se encontraban profundamente enfrascadas en su dialogo, el camino lentamente dentro de la casa. No encontró a nadie así que salió por la parte trasera del lugar, ahí alzo su mirada y vio a aquel hombre a la cara, su rostro estaba maltratado y viejo, su piel estaba tan arrugada como pergamino antiguo, sus ojos oscuros y cargados de lagrimas miraron al chico con nostalgia para luego darse la vuelta he irse. Chin Hae no lo persiguió, ya que sabia perfectamente quien era la persona frente a el, un hombre que el llego a odiar toda su vida y al que creyó muerto, su padre. Fue tan grande el dolor al verlo nuevamente luego de tantos a años.
Salió de la casa y al parecer ninguna de las dos chicas había notado su ausencia, ambas se dijeron adiós y despidieron en ese instante dejando detrás un silencio que decía mucho de la situación.
Un rayo de luz tornasol le dio la bienvenida a la mañana, eran apenas las 4:00 a.m., Lin Ae Young se levantó acompañada del alba que apenas se dejaba ver en el horizonte. Con sus manos aparto la suave seda de las ventanas y observo como lentamente se alejaba de su hogar, del cual muchas veces deseó escapar, pero esta vez, no quería dejar ir.
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Amor de Palacio
Romance✮ 𝑼𝒏𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒆𝒅𝒆𝒓𝒂 𝒂𝒍 𝒕𝒓𝒐𝒏𝒐 𝒄𝒖𝒚𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒗𝒐 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒔𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 𝒚 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓. ✮ 𝑼𝒏 𝒉𝒖𝒆́𝒓𝒇𝒂𝒏𝒐 𝒄𝒖𝒚𝒐 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒏𝒄𝒉𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒚 𝒄𝒂𝒓𝒈𝒂𝒃𝒂 𝒕𝒓�...