Solo existe un hilo que separa el amor del odio, la vida de la muerte, la riqueza de la pobreza. Este concepto es tan frágil como un delicado hilo que se balancea en el viento, conectando los extremos opuestos de la existencia humana. En un suspiro, todo puede cambiar, y nuestras vidas se ven afectadas por decisiones que tomamos o incluso por las circunstancias que nos rodean.
Nuestro destino está sujeto a nuestras acciones, como si fuéramos titiriteros de nuestra propia historia. Podemos ser amados y estar llenos de vida y riqueza, pero también podemos caer en la oscuridad del odio o la pobreza. La vida es impredecible, y cada elección que hacemos influye en el resultado final. No debemos confiarnos en nuestras armas, ya que incluso las herramientas más poderosas pueden perderse en un instante. Cada caída es una oportunidad para levantarnos nuevamente, para luchar y seguir adelante.
Y ahora, el día ha llegado. Chin Hae se prepara para enfrentar un futuro predestinado para la heredera. El pueblo está ansioso, dividido entre la envidia, las apuestas y las oraciones. Lin Ae Young y Nam Ji Min, con deseos opuestos, observan con atención. La tensión es palpable entre los pretendientes, y Han Suk, con su mirada fija en Chin Hae, oculta su pánico bajo una sonrisa.
Cuando finalmente el día de la competencia llegó, la reina madre, cuyo rostro estaba marcado por la preocupación y la desconfianza en que Suk Hyun pudiera ganar, decidió tomar medidas drásticas. No podía permitir que Chin Hae derrotara al que ella consideraba “el mejor partido para su majestad”. La noche anterior, en un acto de desesperación, ordenó a uno de sus hombres más leales infiltrarse entre los sirvientes que se encontraban preparando el lugar. Este hombre, con la lealtad grabada en su corazón, entró al establo de los caballos bajo el manto de la oscuridad. Con una mirada astuta, se aseguró de identificar cuál sería el corcel designado a Chin Hae, y así poner en marcha el plan maquiavélico de la reina madre. Antes de que el sol comenzara a iluminar el cielo, este hombre, moviéndose con la sigilosa gracia de un felino, entró cautelosamente a la pista cuando aún no había nadie. Con su catana, tan afilada como su astucia, hizo un corte en la parte inferior de la montura. De esta manera, Nam Chin Hae caería durante la carrera, lo que le daría una ventaja considerable a Suk Hyun.
El aire estaba cargado de emoción y expectativa mientras la competencia estaba a punto de comenzar. La princesa, cuyo corazón latía con la esperanza de que Chin Hae ganara, no podía contener su emoción. En el momento en el que sus ojos se encontraron, ambos se sonrieron, un gesto que encendió la llama de los celos en Nam Ji Min, quien observaba justo detrás de ella. Esta, con la intención de dirigirse con Ae Young para hablar, se detiene al oír la voz de un hombre que le gritaba de lejos. Para su sorpresa, era Kim Ji Ho, que la había estado buscando por todas partes. Al verla, su rostro se iluminó y corrió hacia ella con una alegría desbordante. Sin embargo, en su prisa, chocó con una chica que pasaba caminando y terminó cayendo al suelo. Nam Ji Min, preocupada, lo ayudó a levantarse preguntándole si se encontraba bien. A lo que él respondió con una sonrisa torcida -Estoy acostumbrado a caer todo el tiempo, es normal para mí, no te preocupes-. Tras decir esto, ella solo pudo reír y le aconsejó que aunque estuviera acostumbrado, debería tener más cuidado para no terminar lastimándose. Acto seguido, Kim Ji Ho tenía intenciones de darle el pañuelo a ella, pero fue interrumpido por el fuerte grito de todas las chicas las cuales, llenas de entusiasmo, animaban a Han Suk Hyun, quien durante dicha competencia, llevaba desventaja.
Todos estaban alegres y emocionados, pero el guardaespaldas de la princesa, con su mirada aguda y atenta, fácilmente pudo notar que ella se sentía angustiada. La idea de que Chin Hae podría terminar lastimado por ella la atormentaba, y aunque solo podía desearle lo mejor, la impotencia de no poder hacer nada la consumía. Tratando de no contener sus temores, decide entrar en confianza con su guardaespaldas y expresar todo lo que guardaba en su mente en esos momentos. Él, con su rostro impasible, actuó de forma indiferente, pero cuando ella se mantuvo callada, una punzada de compasión atravesó su corazón. Aun así, se contuvo y continuó sin decir una sola palabra.
Nam Chin Hae, con su espíritu de guerrero y una preparación que parecía inquebrantable, obtuvo fácilmente la ventaja desde el comienzo. La diferencia entre él y Ha Suk Hyun era tan notable como el sol y la luna. Al terminar la primera vuelta, debía montar a caballo. Afortunadamente, Chin Hae había sido un amante de estos majestuosos animales desde su infancia, por lo que cabalgar no sería un desafío para él. En el momento en que se subió al caballo, no tuvo problemas, pero notó que algo andaba mal con la montura. A pesar de esto, no podía detenerse a revisar, así que ignoró la sensación incómoda y aumentó la velocidad. Sin embargo, solo un poco más adelante, la montura se soltó, dejando caer a Chin Hae al suelo y lastimándose el brazo.
En ese instante, Ae Young, cuyo corazón latía con preocupación, corrió hacia él. Pero fue detenida por su guardaespaldas, quien sabía que sería peligroso correr hasta allá. Aunque se sentía mal por verla tan preocupada y sin poder hacer nada, no tenía más que detenerla. Hasta que todos vieron cómo Chin Hae se levantó firmemente y caminó con calma hasta el caballo. Vuelve a montarlo, esta vez sin ningún tipo de montura. Han Suk Hyun ya lo había superado, pero aún tenía la oportunidad de vencer. Ambos se mantuvieron a la par, todos estaban nerviosos ya que existía la posibilidad de que empataran.
En el momento decisivo, el pueblo estaba tan ansioso como si la vida de todos dependiera de quien ganara esta competencia. Ae Young no era la excepción y Nam Ji Min tampoco. Al fin terminaron y el ganador sorprendió a muchos que lo apoyaban, pero habían perdido las esperanzas. La alegría se apoderó de la mayoría, pero otros se sintieron enfurecidos por tal resultado. Entre ellos se encontraba la reina madre, quien con la mente cegada por la furia caminó decidida hacia Chin Hae y fingió felicitarlo para luego hablarle al oído y advertirle
-esta vez tuviste suerte, no esperes que todo te vaya tan bien en el resto de las competencias-. Tras decir esto sonríe y sin decir ni una palabra más se va caminando.
Inmediatamente Ae Young llega con él, sin embargo, no parecía estar muy contenta, ya que estaba muy preocupada por su lesión. Sin pensar en más nada le pregunta si le dolía y toma su brazo para asegurarse de que no tuviera nada grave. Por suerte no había ninguna fractura, aun así, ella insistió en ir a ver un médico, por lo que le pide a su guardaespaldas que llamara a Nam Ji Min lo más rápido posible. Cosa la cual no fue necesaria ya que esta llegó en ese momento llena de preocupación. Mientras se dirigía allá pasó justo al lado de Han Suk Hyun, sin embargo, pareció como si no lo hubiera visto, ignorándolo, siguió caminando sin siquiera mirarlo. Esto se le hizo extraño a Kim Ji Ho, quien pensaba que Han Suk Hyun era la persona que le gustaba a ella.Todos acompañaron a Nam Chin Hae con un médico, tras una larga revisión se determinó que no habían fracturas y que él estaba bien. Solo que por medidas de seguridad era mejor que pospusieran la competencia al menos una semana para que su herida no fuera a empeorar durante la carrera de natación, la cual ya estaba decidido sería la siguiente prueba. Sin embargo, Chin Hae, insistiendo en que no tenía ningún problema importante, asegura que será capaz de participar en dicha competencia. Lin Ae Young no estuvo de acuerdo, pero como él insistía en estar bien, no le queda de otra que permitírselo. Aunque su corazón estaba lleno de preocupación, sabía que debía confiar en la determinación de Chin Hae.
Era de noche, el palacio se había convertido en un desierto oscuro y silencioso, todos habían ido a dormir. La reina madre, una figura solitaria bajo la luna, salió a caminar. Al menos, eso era lo que creían los guardias que patrullaban los alrededores. Sin embargo, sus verdaderas intenciones eran encontrarse en secreto con un hombre al que había pagado para asegurarse de que, para la próxima competencia, la herida de Nam Chin Hae fuera más grave y le dificultara nadar. Ella confiaba en que él insistiría en estar capacitado para participar, sin importar los problemas que se presentaran. Lo que no esperaba era que alguien más estuviera observando desde las oscuras sombras detrás de los muros. Por un pequeño descuido, la reina madre pudo notar su presencia, así que le hizo señas a uno de sus secuaces para que revisara la zona y viera si había alguien. Sin embargo, no tuvo suerte. Esta persona ya se había marchado y no dejó ni el más mínimo rastro. Así que, con la esperanza de haberse equivocado, la reina madre ignoró sus sospechas y volvió a sus aposentos tranquilamente.Eran las 6:08 a.m., por lo general a esta hora Nam Chin Hae solía estar despierto, pero esta vez se mantuvo dormido. Había pasado toda la noche pensando en cuál podría ser el próximo paso del atacante, ya que creía que este aprovecharía que todos estaban distraídos con la competencia. Tres horas después, Nam Ji Min llegó a su casa buscándolo y al verlo dormido, se quedó mirándolo. Toco su frente, y notó que estaba ardiendo en fiebre. Inmediatamente, corrió a buscar a un médico al palacio. Allí, Ae Young la vio corriendo desesperada y preocupada mientras salía. Como Chin Hae no había aparecido aún, cosa que estaba fuera de lo habitual, ella pensó que esa era la razón por la que Ji Min estaba tan agitada. Acto seguido, se dirigió como un destello fugaz detrás de ella para averiguar qué estaba pasando. Efectivamente, sus sospechas eran correctas. Al ver a Nam Ji Min y al médico entrar a la casa de Chin Hae, supo que algo le pasaba. Así que, sin pensarlo dos veces, entró directamente para ver qué le pasaba. Tras la revisión del médico, este dijo que solo estaba demasiado agotado y no había descansado mucho. Además, al parecer, estaba empezando a tener un resfriado por la lluvia que cayó durante la madrugada. Lin Ae Young, al oír esto, sintió como si un peso se levantara de sus hombros. Respiró profundamente y sonrió, se sintió aliviada de que no fuera nada grave. Aun así, insistió en quedarse con él para cuidarlo, lo que disgustó a Nam Ji Min, quien también permaneció allí con Chin Hae, Ae Young y su guardaespaldas. No pasó mucho tiempo y la reina madre supo de la situación de Nam Chin Hae y que estaba resfriado por haber estado afuera de noche. Esto la hizo pensar que él estuvo en el palacio y que presenció su conversación en ese momento. Decidida a averiguar si él sabía algo, se dispuso a realizar su primer movimiento para descubrirlo.
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Amor de Palacio
Romansa✮ 𝑼𝒏𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒆𝒅𝒆𝒓𝒂 𝒂𝒍 𝒕𝒓𝒐𝒏𝒐 𝒄𝒖𝒚𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒗𝒐 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒔𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 𝒚 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓. ✮ 𝑼𝒏 𝒉𝒖𝒆́𝒓𝒇𝒂𝒏𝒐 𝒄𝒖𝒚𝒐 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒏𝒄𝒉𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒚 𝒄𝒂𝒓𝒈𝒂𝒃𝒂 𝒕𝒓�...