Narrador Omnicente
Félix dejó que sus palabras colgaran en el aire, como si el peso de la confesión fuera suficiente para hacer tambalear el mundo que Samy conocía. Ella lo miró, incapaz de responder de inmediato, procesando lo que acababa de escuchar.
Finalmente, Samy tomó una profunda bocanada de aire, tratando de poner en orden sus pensamientos.
Samy: Félix... no sé qué decir. Nunca imaginé que sentías algo por mí-
Félix: Lo sé, y no tienes que decir nada -respondió él rápidamente, levantando la mirada por primera vez-. No espero que cambies nada. No vine aquí para complicarte más las cosas. Solo quería ser honesto contigo y dejar todo claro entre nosotros-
Samy lo observó, notando la sinceridad en su rostro. Félix no parecía estar buscando una respuesta, sino más bien paz consigo mismo. Ella asintió lentamente, agradecida por su honestidad, aunque aún sentía la confusión en su interior.
Samy: Aprecio que hayas sido honesto conmigo. De verdad. Y... lamento si en algún momento te hice daño sin darme cuenta.-
Félix: No fue tu culpa -dijo él suavemente-. Yo fui el que decidió guardar estos sentimientos. Lo importante ahora es que podamos dejar todo esto atrás y seguir adelante... sin ningun problema-
Samy: Me gustaría eso -respondió ella con una pequeña sonrisa-. No quiero que esto termine mal entre nosotros. Valoro tu amistad, Félix.-
Félix le devolvió la sonrisa, aunque era una mezcla de alivio y resignación. Ambos sabían que el rumbo de su relación había cambiado, pero también entendían que seguir adelante con claridad y sin más conflictos era lo mejor para ambos.
Félix: Gracias, Samy. Espero que puedas encontrar claridad con todo lo que está pasando. Mereces ser feliz.-
Samy asintió, sintiéndose agradecida por sus palabras. Después de unos momentos en silencio, se despidieron con un abrazo. Félix se levantó de la mesa y se marchó, dejándola sola en el café. Samy permaneció sentada por un rato más, pensando, en lo que había sucedido.
Pero ahora lo que más importa, es lo que pasara con Adrián.
Narra Adrián
El día siguiente llegó con una calma que no esperaba. No había dormido mucho, pero, curiosamente, sentía claridad en medio del cansancio. Tal vez las horas de insomnio me habían dado tiempo para pensar, para intentar organizar todo lo que estaba pasando en mi cabeza.
Me dirigí a la cocina, intentando no hacer ruido. Julieta seguía dormida, así que decidí preparar café para ambos. El sonido del café goteando, mezclado con el aroma que comenzaba a llenar la cocina, me relajó un poco. Era un momento de paz, aunque sabía que duraría poco.
No pude evitar revisar mi teléfono nuevamente, buscando algún mensaje de Samy. Nada. Me dije a mí mismo que no debía obsesionarme, pero era imposible evitarlo cuando tanto estaba en juego.
Me senté en la mesa con una taza de café, mirando por la ventana. Traté de concentrarme en el presente, en el momento, pero la ansiedad estaba ahí, siempre, como un peso constante en el pecho.
Escuché pasos ligeros detrás de mí. Julieta entró en la cocina, despeinada, pero con esa sonrisa suya que siempre me daba un poco de tranquilidad.
Julieta: Buenos días -dijo, estirándose antes de tomar la taza de café que le había dejado preparada.
Adrián: Buenos días -respondí, devolviéndole la sonrisa.
Nos sentamos en la mesa, en silencio. Era un silencio cómodo, el tipo de silencio que a veces necesitaba cuando las palabras no eran suficientes para describir lo que sentía.
Pero Julieta, siendo quien es, no podía evitar mirarme con esa expresión de curiosidad, como si estuviera tratando de descifrar lo que pasaba por mi cabeza.
Julieta: ¿Cómo te sientes hoy? -preguntó finalmente, rompiendo el silencio.
Me encogí de hombros, tomando otro sorbo de café antes de contestar.
Adrián: Un poco mejor, creo. Estoy intentando no pensar demasiado en todo... pero es difícil. Solo quiero que todo se resuelva de una vez.-
Julieta asintió, comprensiva, pero yo sabía que ella también estaba preocupada. Era difícil para ella verme así, atrapado en mis propios pensamientos, sin poder hacer mucho para ayudarme.
Julieta: Lo hará, Adrián -dijo suavemente-. Solo tienes que mantener la calma. Lo peor que podrías hacer ahora es precipitarte.
Julieta: Si no puedes vivir así, tienes que arriesgarte e ir a hablar con ella-
Adrián: No se y si la cago?-
Julieta: Yo si fuera tu, hablaria con ella, talvez ella está esperando a que tú le hables- me quedé pensando, y creo que tiene razón tengo que ir a verla....
Outfit de Adrian
ESTÁS LEYENDO
Amor Prohibido- Rivers gg
De TodoAdrián Ramírez Castillo y Samantha Rivera Treviño. Adolescentes en su primer año de Universidad, formarán una amistad que durará años, y posiblemente, formar una relación, pero no sera tan fácil ya que el padre de Samantha y el padre de Adrian estar...