CAPÍTULO 18

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Capítulo 18: Una mirada al pasado.

Penelope no podría haber imaginado una existencia más plena que la que estaba viviendo actualmente. Las últimas ocho semanas habían sido un torbellino de emoción y alegría, llenas de reuniones sociales, momentos íntimos con Anthony y la reconfortante presencia de nuevas amistades.

Mientras se movía con gracia por los salones de baile y las fiestas de té de la alta sociedad, Penélope no podía evitar sentirse orgullosa de su papel como la Esmeralda de la temporada. El favor de la Reina le había abierto innumerables puertas y disfrutaba de la oportunidad de participar en conversaciones animadas y forjar conexiones con miembros nobles de la sociedad.

Pero fue Anthony quien realmente hizo que su corazón cantara. Su atención y afecto inquebrantables la llenaron de calidez y felicidad. Desde los tiernos gestos de enviarle flores y regalos hasta los besos apasionados que compartían en momentos robados, Anthony la hizo sentir querida y deseada de una manera que nunca antes había experimentado.

Su conexión ha trascendido la mera atracción física o las expectativas cortesanas. El ardiente cortejo de Anthony y su devoción inquebrantable han permitido que Penélope se sienta verdaderamente vista, apreciada y comprendida en un nivel profundo del alma. Sus gestos románticos, las visitas diarias, los regalos, el acompañarla a cada evento hablan de su auténtico deseo de tenerla siempre a su lado.

Para Penélope, esta constancia y la seguridad emocional que le proporciona han sido profundamente curativas después de su trauma y pérdida de memoria. Anthony no solo busca su cuerpo, sino su mente, su esencia. Su vínculo se basa en la relación intelectual, la comunión filosófica y un profundo encuentro de espíritus afines.

Esta intimidad emocional ha propiciado el espacio para que sus afectos florezcan y se conviertan en un amor que toca cada faceta de sus seres: espiritual, mental y física. Si bien sus exploraciones físicas siguen siendo castas en su mayor parte, la pasión entre ellos es palpable en cada mirada apasionada, en cada roce de manos. Penélope se siente completamente adorada.

Su relación física había florecido hasta convertirse en algo embriagador y estimulante. Penélope se sintió perdida en las profundidades de la pasión mientras los besos de Anthony encendían las llamas del deseo en su interior. Su tacto era a la vez suave y posesivo, provocando escalofríos por su columna vertebral y dejándola con ganas de más.

Pero no fue solo Anthony quien trajo alegría a la vida de Penélope. Su renovada amistad con Eloise le trajo una sensación de calidez y compañerismo que no se había dado cuenta de que echaba de menos. La guía y el apoyo de Eloise fueron invaluables, y ayudaron a Penélope a navegar con facilidad por las complejidades de la alta sociedad.

El resto de la familia Bridgerton también ha acogido con entusiasmo a Penélope como una de los suyos, esperando que se una a sus filas. Esta cálida afinidad ha sido profundamente enriquecedora. Penélope ya no está a la deriva y puede sentir un sentido de hogar y pertenencia que irradia del amoroso ecosistema Bridgerton.

Y a pesar del misterio que aún persistía sobre la identidad de Lady Whistledown, la familia de Penélope parecía prosperar. Portia respiró aliviada cuando sus hijas encontraron felicidad y plenitud en sus respectivas vidas. El compromiso de Prudence le trajo alegría, mientras que la inminente maternidad de Philippa la llenó de anticipación. Y en cuanto a su hija menor, Penélope, había encontrado satisfacción en los brazos del hombre al que había llegado a amar, al diablo con sus recuerdos.

A medida que pasaban las semanas, la satisfacción de Penélope con su vida en Londres se hacía cada vez mayor. Tenía todo lo que podía desear amor, amistad y un nuevo sentido de pertenencia.




Recuerdos (Anthony Bridgerton) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora