Recuerdos (Anthony Bridgerton) ✔️

CAPÍTULO 4

Capítulo 4: Secretos revelados.

En los días posteriores al trágico accidente, la familia Bridgerton se vio invadida por una atmósfera de preocupación y aprensión. Las noticias sobre el estado de Penélope pesaban mucho en sus mentes y ensombrecían sus rutinas diarias. A pesar de sus mejores esfuerzos por seguir adelante con sus vidas, los pensamientos sobre la difícil situación de la pelirroja persistían en sus mentes, un recordatorio constante de la fragilidad de la vida.

Para Eloise, la preocupación era especialmente aguda. Había sido su mejor amiga desde que tenía memoria, y pensar en su sufrimiento llenaba a Eloise de una abrumadora sensación de impotencia. Se encontró incapaz de concentrarse en nada más, sus pensamientos consumidos por visiones de Penélope herida y sola.

Todos los días, Eloise acosaba a su hermano Anthony para que le diera alguna noticia sobre el estado de Penélope, con una insistencia que rayaba en la obsesión. Le preguntaba a su madre y le suplicaba que le informara cuándo podrían viajar para visitarla.

Finalmente, después de cuatro días de ansiosa anticipación, Anthony recibió un informe de uno de sus hombres que había sido enviado a Doncaster para reunir información. Había enviado a un hombre bajo su mando para que recabara informes de primera mano de los médicos que atendían a Penélope. Si bien la noticia no era del todo positiva, brindó un atisbo de esperanza de que podrían visitarla y ofrecerle su apoyo.

El vizconde no perdió tiempo en llamar a Eloise y a su madre Violet a su estudio para darles la noticia. Sabiendo que solo había una razón para que la llamaran al estudio, Eloise irrumpió rápidamente en la oficina de Anthony mientras sus ojos brillaban con ansiosa esperanza. Violet la seguía de cerca, incapaz de reprender el comportamiento de su hija.

—¡Anthony! ¿Has recibido noticias? ¿Alguna novedad sobre Pen? ¡Tengo que saberlo!—Si hay una competición de palabras rápidas, Eloise sin duda ganaría como campeona. Anthony dejó escapar un profundo suspiro mientras les hacía un gesto a las damas para que tomaran asiento en los lujosos sillones frente a su escritorio.

Levantó la vista de la correspondencia que había recibido, todavía con expresión solemne mientras relataba los sombríos detalles del informe. Cuando reveló que la pelirroja todavía permanecía inconsciente, Eloise palideció drásticamente. Pero Anthony no estaba sin un atisbo de tranquilidad.

—Su estado sigue siendo grave, pero hay leves signos de que aún puede recuperarse. El médico que la atiende se muestra cautamente optimista— dice Anthony mientras mira a su madre y a su hermana, tratando de restarle importancia a la noticia.

Esto hizo que los ojos de Eloise se abrieran de par en par, porque era la primera chispa de esperanza que había sentido en días. —¿Eso significa que podemos ir a verla?— preguntó ansiosamente, con su voz teñida de emoción y ansiedad.

Anthony asintió, con expresión todavía solemne cuando se encontró con la mirada de su hermana. —Sí, Eloise —respondió con voz suave pero resuelta—. Partiremos hacia Doncaster tan pronto como salga el sol mañana. Primero debemos hacer los preparativos necesarios.

Violet, con el corazón apesadumbrado por la preocupación que sentía por la pelirroja, asintió con la cabeza en señal de acuerdo con el plan de su hijo. —Lo entiendo, Anthony —murmuró, con la voz teñida de tristeza—. Por mucho que me gustaría acompañarte, no puedo dejar solos a los niños.

Anthony apretó la mano de su madre para tranquilizarla, con los ojos llenos de comprensión. —Me encargaré de la seguridad de Eloise, madre. Partiremos en cuanto todo esté listo —prometió, con la voz llena de determinación.

—Gracias, querido. Por favor, dale saludos a Lady Featherington de mi parte. Estoy segura de que está pasando por un momento difícil. —La voz de Violet estaba llena de emoción. Puede que no le agradara mucho la baronesa, pero como ambas son madres, sabía las dificultades y el dolor que podría estar sintiendo Portia por la difícil situación de Penélope.