CAPÍTULO 37

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Capítulo 37: Un paseo por el parque.

El silencio entre Penelope y Anthony era pesado mientras paseaban por los senderos serpenteantes de Hyde Park, con la doncella siguiéndolos a una distancia respetuosa. Era una agradable mañana de primavera, la suave brisa traía los dulces aromas de las flores frescas y las hojas recién desplegadas. Intercambiaron sonrisas y asentimientos corteses con los demás paseantes que se cruzaban, dos figuras íntimamente familiarizadas con las intrincadas danzas de la alta sociedad.

Después de varios minutos, Anthony rompió el silencio entre ellos. —Debo admitir que su invitación a dar un paseo me tomó por sorpresa —dijo, con un dejo de curiosidad en su tono—. Aunque fue una invitación bienvenida. ¿Puedo preguntarle a qué se debe la ocasión?

Penélope sintió que sus mejillas se calentaban levemente ante su mirada interrogativa. Había decidido hablar abiertamente con Anthony, pero las palabras se le atascaban en la garganta. Con una pequeña sonrisa reservada, respondió —Desearía hablar... sobre ciertos eventos de anoche, si me lo permites.

Una sombra fugaz oscureció los ojos de Anthony antes de que su expresión se suavizara y adoptara una cautelosa indiferencia. —¿Anoche? ¿Y qué eventos podrían ser esos?

Penelope Featherington se detuvo en el camino y se volvió para mirarlo de frente. Sosteniendo su mirada marrón tormenta sin vacilar con su propia mirada azul cerúleo, dijo con seriedad —No pude evitar notar un dejo de preocupación, tal vez incluso de dolor, en tu expresión. No se me escapó.

La máscara se desprendió de los rasgos de Anthony y la sorpresa y un destello de algo más ¿vulnerabilidad? ¿Miedo? se reflejaron en su rostro mientras ella se negaba a apartar la mirada.

—Quiero saber qué es lo que te preocupa —dijo Penélope con voz suave—. Por favor... Sé sincero conmigo. Comparte tus pensamientos.

Se quedó en silencio durante un largo rato, con la mandíbula tensa, como si estuviera luchando con una lucha interna. Cuando finalmente habló, su voz sonó tensa.

—¿De verdad? Me... me dolió ver que las palabras de Colin te afectaron tan profundamente anoche. —La mirada de Anthony la clavó en la de ella con una intensidad que la dejó sin aliento—. Ya has sufrido tanta angustia, Penélope. Verte sufrir más, a manos de alguien que decía ser tu amigo... —Se interrumpió, pasándose una mano dura por el cabello castaño.

—Fue difícil de maneras que no puedo describir —continuó Anthony con brusquedad—. Porque a pesar de todo... temo que ante la presencia de Colin, tus sentimientos por él se hayan reavivado. —Su expresión era de dolor, casi suplicante, mientras extendía la mano para agarrarla con fuerza entre las suyas.

—Me aterra que aún puedas albergar afecto por mi hermano, Penélope. Afecto que podría superar cualquier consideración que puedas tener por mí. —La voz del vizconde se redujo a poco más que un susurro—. Temo haber perdido mi oportunidad de recuperar tu corazón antes de que te dieras cuenta de que yo tenía parte de él.

El corazón de Penélope se encogió cuando la angustia se reflejó en el rostro de Anthony cuando le reveló sus temores de perderla debido a los sentimientos que aún tenía por Colin. El dolor en sus ojos le desgarró el alma. En ese momento juró que nunca más permitiría que semejante devastación nublara su semblante.

Levantó la mano y le acarició la mejilla con ternura, sosteniendo su mirada turbulenta, condenando todo decoro. —Oh, Anthony... No tienes por qué temer algo así. —Su voz era muy suave, sin darse cuenta de que ya había dejado de dirigirse a él usando su título.

La mente de Penélope se remontó a los dolorosos acontecimientos de la noche del baile de Featherington y al dolor persistente que las crueles palabras de Colin le habían infligido. Sabía que le debía a Anthony un reconocimiento sincero por el afecto que había sentido por su hermano a lo largo de los años.

Recuerdos (Anthony Bridgerton) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora